La cuesta de enero
Alberto Vieyra G. miércoles 8, Ene 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué tal le fue de fiesta del Guadalupe-Reyes? ¿Cómo le pinta la cuesta de enero, febrero, marzo y tal y tal? ¿Será un año color de hormiga o de ‘sálvese quien pueda’ por la cascada de impuestos y de incrementos en la canasta básica y en prácticamente todo?
Tramposamente el disque régimen de la “Cuarta Transformación” engaña a los mexicanos con el cuento de que no habría nuevos ni mas impuestos. Y claro que los hay. Ejemplos, tome nota: ¿ya vio cuánto cuestan los clavos de ataúd, el “chinguerito”, las chelas, los refrescos y las gasolinas? Sí, en las gasolinas pagamos 3 impuestos y esta semana se elevaron en casi 50 centavos esos impuestos, esos silenciosos impuestos con los que el gobierno de AMLO buscará bolsear a los mexicanos con más de 125 mil millones de pesos, igual que el año pasado.
Claro que también subió el impuesto predial y el agua, sólo que como AMLO engaña con una maldita austeridad republicana, equiparable a la de Benito Juárez y que no es tal, en el presupuesto de 2020 les “pichicateo” carretadas de millones a los gobiernos de los estados, a los que les deje las manos sueltas para que cobren nuevos impuestos como es el caso de las tenencias, cambio de tarjetas de circulación y muchos impuestos más. Con esa medida, López Obrador hace que perversamente los villanos de la película resulten ser los voraces gobernadores y presidentes municipales, que son los que en primera instancia recibirán las mentadas y las facturas electorales, en el caso de aquellos Estados en los que este año habrá elecciones para renovar gubernaturas, alcaldías y congresos locales. El castigo será electoral esos gobiernos y sus lacras sociales llamadas partidos políticos.
Como usted puede ver AMLO aparece como el bueno de la película y por ello, su popularidad todavía está arriba del 55 por ciento y es que la gente sabe que, a pesar de todos los pesares, AMLO es mejor, aunque sea “pior” que sus antecesores.
Hay descontento social en México por tanta carestía de la vida, incluyendo el pasaje. En el Estado de México, por ejemplo, se incrementó en hasta un 25 por ciento las tarifas y “ardió Troya”. Miles de usuarios amenazaron con empezar a quemar “chimecos”, unos destartalados camiones, convertidos en trampas de la muerte donde no solamente asaltan a cualquier hora del día o de la noche, sino que las condiciones en las que están esos autobuses son deplorables, amén del maltrato que recibe la gente por parte de operadores que jamás han sido capacitados para transportar personas, sino animales.
El descontento popular hizo que el gobierno rosa mexiquense de Alfredo del Mazo parara momentáneamente el incremento tarifario, dando al pulpo camionero un plazo de un mes para bajar el costo del pasaje. Tanto en el Edomex como en gran parte del país, donde la mayoría de los concesionarios que conforman esa mafia camionera son militantes del PRI o el PAN y usan todo su poder ante los gobiernos para conseguir los aumentos como les venga en gana.
Habrá que recordarles a gobernadores y alcaldes que, en Chile, Fuente Ovejuna amenazó con deponer al gobierno sólo por el aumento del precio en el trasporte y como dicen los rancheros allá en mi tierra “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon la tuyas a remojar”.
A fines del año pasado, el salario mínimo aumento en un 20 por ciento quedando pulverizado con toda la cascada de aumentos de precios que impactaran como puñaladas en los bolsillos de la gente durante la cuesta de enero y de todo el año.
Hay que recordarles a esos insensibles gobernantes que no tiene ni pizca de ciencia política y sensibilidad humana que sean prudentes porque el pasto está seco y podría provocar una quemazón y desatar al México bronco.