Cambió la suerte
Armando Ríos Ruiz miércoles 11, Dic 2019Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
El personaje influyente y poderoso en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, fue detenido en Texas. Muchos mexicanos, buenos y malos, deben regocijarse por la noticia, debido a que en sus momentos de gloria, el entonces secretario de Seguridad Pública dejó muchos resentimientos y una historia terrible a su paso.
Fue aprehendido este lunes en Dallas, acusado de recibir muchos millones de dólares del Cártel de Sinaloa, capitaneado por Joaquín, “El Chapo” Guzmán, a cambio de permitir el tráfico de cocaína, cuando muchos agraviados pensaban que continuaría intocable, como todos los políticos delincuentes de este país.
Hace no mucho, se habló de este personaje. Se dijo que a través de su esposa había adquirido restaurantes e instalado consultorías de seguridad. Su actividad de empresario le redituó fama de cambio absoluto de vida.
Cuentan que antes de ser nombrado secretario, el cargo estaba destinado para Luis Cárdenas Palomino, quien contaba con un negro historial en el que figuraba un asesinato en su juventud y que éste pidió que mejor que dicho puesto recayera en su amigo, García Luna, para evitar investigaciones y reflectores en su contra.
En aquel entonces aparecieron muchas “narcomantas” en 14 estados de la república, dirigidas al presidente Calderón, en las que lo acusaban, junto con Cárdenas Palomino y Armando Espinoza de Benito, director de Crimen Organizado, de golpear, “cargar” con droga y armas, de matar y quemar a ciudadanos inocentes y de extorsionar a grupos delictivos.
Sin embargo, ninguna autoridad se preocupó de ordenar la mínima investigación en contra de los aludidos. Recuerdo que se recurrió al trilladísimo argumento de que las denuncias públicas provenían de organizaciones criminales y esa era razón suficiente para despreciarlas. Para desecharlas.
En otra ocasión, Edgar Valdez Villareal, “La Barbie”, dio a conocer que un grupo al mando de García Luna les hacía entregar fuertes cantidades de dinero y que el presidente Calderón intentó arreglarse con los altos mandos de los grupos de malhechores. Mencionaba con insistencia a Cárdenas Palomino.
Se habló, inclusive, de la enorme suerte de ambos personajes: Genaro y Cárdenas, hechos para trabajar conjuntamente al servicio del crimen y dotados de un ángel guardián que siempre estuvo pendiente de que ninguno de los dos fuera tocado. Hoy parece que uno de ellos reflexionó y abandonó a su protegido.
Otro caso muy sonado fue el de la francesa Florence Cassez, enjuiciada por el delito de secuestro. Ministros de la Suprema Corte conocieron del asunto y dictaminaron, una vez estudiado a conciencia, que hubo un montaje televisivo hecho por García Luna, para inculpar a la extranjera.
La mentira policíaca que se transmitía en vivo, resultó una simulación y a pesar de que meses después, García Luna aceptó las acusaciones de Cassez, de que se trató de un montaje dispuesto desde el día anterior, nada ocurrió. Continuó imperturbable.
La sentencia de 60 años de prisión para la presunta responsable fue suspendida y Cassez puesta en libertad, a principios del sexenio de Enrique Peña Nieto. Activistas, organizaciones civiles y diputados, solicitaron una rendición de cuentas del funcionario.
También se conoció, a nivel de rumor, que en la casa del narcotraficante de origen chino Zhenli Ye Gon, en donde encontraron más de 205 millones de dólares y a la que arribó Genaro, había en realidad mucho más.
Cuando terminó su mandato fue visto en un aeropuerto clandestino de Sinaloa, al cual arribó con su inseparable Cárdenas Palomino y dos colombianas. Allí abordaron un avión para perderse hasta tiempos mejores.