Abrazos no han servido
Armando Ríos Ruiz viernes 22, Nov 2019Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
¿Ha servido de algo la política de abrazos, no balazos, durante los 11 meses del mandato presidencial de AMLO? Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), afirman que no. Sólo hasta mayo pasado llevaba contabilizados 17,500 muertos y a la fecha casi llegan a 30 mil. Seguramente cerraremos el año con más.
Dicha política, aunada a la ineficacia de la Guardia Nacional y a la estoicidad de los soldados, con órdenes de no aceptar los retos a que son sometidos por los delincuentes y a aguantar injurias y golpes con palos, ha provocado, más bien, un envalentonamiento y hasta un abuso de los criminales, que diariamente multiplican los asesinatos y las desapariciones.
Ya percibieron que la medida se parece mucho a la dejadez, a la indolencia y al abandono. La decisión de no combatir a quienes se dedican a hacer mal a la ciudadanía, cuyas vidas parecen no importar a nadie, no tiene paralelo en la historia de México.
Mejor sería que el gobierno aceptara un “ármense y defiéndanse”. Que diera luz verde a la Secretaría de la Defensa para otorgar permisos de portación de armas. Además de estar a merced de la delincuencia, que ha crecido como nunca, también estamos indefensos, porque es delito portar un instrumento para la protección personal y de la familia..
Las críticas a la medida han surgido de todos lados. De personas que tienen nombre y de quienes no. De amigos que se reúnen en el café para comentar los acontecimientos ulteriores y de quienes se encuentran casualmente. Todos los días hay malas noticias, pero las que se refieren a la delincuencia son, sin duda, las que más preocupan.
Tiene razón el despreciado poeta Javier Sicilia, cuando dice que la política de abrazos procura, al final, el mismo resultado que las balas.
No fue recibido en Palacio Nacional, porque da flojera hablar con él, según comentaron hace poco los medios. Perdió un hijo y eso no le valió para franquear sus puertas. Contrario: a Rosario Piedra le valió mucho perder a su hermano para hacerse de la Comisión de Derechos Humanos, contra todos los pronósticos, pero con la bendición del que manda.
Sin embargo, se ha comentado que el Presidente recibirá a la familia LeBarón, cuyos miembros, niños y mujeres indefensos fueron masacrados por criminales, sin que hasta hoy se sepa por qué y de quienes se sospecha que quisieron avisar a otros grupos que son más malos que el mismo diablo y que están dispuestos a propinarles el mismo trato.
Algunos ciudadanos comunes y corrientes sospechan que para ellos se abrirán las puertas, porque también solicitaron platicar con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Son ciudadanos norteamericanos y las mentes suspicaces vislumbran que, sin son recibidos, podrían hablar demás, lastimados hasta el fondo de su corazón por las lamentables pérdidas.
Muchos también vislumbran que con una estrategia de abrazos, transcurrirán demasiados, incontables años y los mexicanos jamás veremos resultados positivos.
El único que logró victorias sin disparar un tiro, fue el Mahatma Gandhi. Pero su enfrentamiento fue con un país civilizado, que se mostraba seriamente preocupado hasta cuando hacía interminables huelgas de hambre y que finalmente aceptó la independencia del suyo. No contra hordas de narcotraficantes que inclusive han logrado imponer su ley y su poderío.
¿Cuántas voces más habrán de sumarse para lograr un cambio de estrategia y tratar de evitar, a toda costa, que la delincuencia crezca a linderos aún insospechados? Se antoja más fácil que quienes pugnan por técnicas más viables finalmente se cansen y no logren convencer a quien tiene que decidirse por la defensa a ultranza de sus gobernados.