“Malinche” viva
Armando Ríos Ruiz viernes 15, Nov 2019Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Quién fuera extranjero y vivir en México. Cuántos mexicanos no quisieran ser vistos como visitantes de otros países, para obtener de nuestros compatriotas y principalmente de nuestro gobierno, todas las atenciones, toda la admiración por el hecho de no haber nacido aquí; la adulación excesiva que hasta insulta, sólo porque muchos mexicanos creen que los no natos en territorio nacional, son forzosamente superiores.
Esa condición se ha exacerbado en el presente gobierno, que parece vivir en el intento de convertirse en líder de América Latina, con el trato prodigado a los visitantes, sobre todo cuando cuentan con el pedigrí comprado en la función pública, que los transforma visiblemente en seres privilegiados por una mano secreta, que se posó en ellos porque son elegidos del mismo Creador.
Esto, muy a pesar de quitarle prerrogativas a nuestros propios paisanos, ganadas en luchas fratricidas y contra los invasores, en medio de charcos inmensos de sangre derramada. Que ofrendaron sus vidas en aras de dejar a las generaciones posteriores un México mejor que el que ellos habitaron.
Quién fuera extranjero para recibir la bendición de “La Malinche”. Sus caricias y sus mieles. Su corazón amoroso y sus favores.
El “insigne” Gerardo Fernández Noroña, seguramente el diputado más fino del redil morenista, tuvo la feliz ocurrencia de hacer una “vaca” para asignarle un sueldo a nuestro distinguido asilado, el hasta hace unos días presidente de Bolivia, Evo Morales, de 500 pesos por cada miembro de su bancada, que sumarían 159 mil 500 pesos cada mes.
Obviamente, todos los legisladores de ese partido se volvieron locos con el arribo a México del boliviano y ahora, además de casa y toda la manutención que implica su estancia, le darán un sueldo que “ni Obama tiene”. De la noche a la mañana, de intentar un fraude para continuar como presidente de su país, se convierte en una especie de ungido en el nuestro.
Pero el sueldo podría mejorar bastante si los 500 diputados apoyan la idea de Fernández Noroña. Entonces podría disponer de 250 mil pesos mensuales para sus distracciones, para su ropa y para otros menesteres.
No importa cuánto se junte con la aportación de todos. No importa que sobrepase el salario del mismo Presidente mexicano. Parece que se trata de un semi Dios. De un ser infinitamente superior a todos nuestros congéneres, que merece eso y más. Lástima que los representantes populares de otros partidos no estén en su misma frecuencia.
Quién fuera extranjero para disfrutar de 90 millones de dólares que México destinará a Centroamérica para impulsar este territorio en aspectos sociales, económicos y otros, que, por cierto, mucha falta hacen aquí para comprar medicamentos, para destinarlos al desarrollo del campo, de la industria de la construcción en ruina y en miles de necesidades que hemos comenzado a padecer.
México no está exento de miseria. Se sabe que aquí viven casi 60 millones de personas muy pobres, con la única esperanza de recibir dos mil 500 pesos cada bimestre, de un gobierno compadecido, que ataca sin resultados la raíz de la delincuencia, pero que lucha por la transformación de nuestro territorio en un pueblo de menesterosos.
Evo Morales no solo encontró finalmente el paraíso. Seguramente, de haberlo sabido, hace años que hubiera renunciado a la presidencia. Pero todo llega a su tiempo. También en otro momento, seguramente no hubiera tenido un trato tan distinguido. Dios sabe lo que hace. Su momento es ahora.
Cuentan que tuvo una niñez y parte de su juventud precarias. Sus padres eran muy pobres. Dicen también que la presidencia de su país lo transformó. Lo convirtió en un hombre acaudalado. A pesar de esto, la vaca ya está echada.