Pillos y mercenarios
Alberto Vieyra G. miércoles 29, May 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Un total de 14 millones 162 mil 503 electores votarán este domingo 2 de junio en los estados de Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Baja California y Puebla.
En Tamaulipas, Quintana Roo y Durango, los comicios serán para renovar alcaldías y Congreso local.
Las dos entidades que revisten particular importancia son Baja California y Puebla, donde se renovarán gubernaturas.
Pero vayamos por partes: en Baja California, todo indica que sólo un milagro salvará al PAN, que perdería ese bastión que ostenta desde 1989. Tampoco se descarta un revés electoral contra Jaime Bonilla, un prepotente empresario acostumbrado, como el “rey midas” a hacer dinero las 24 horas del día y ahora con la bendición de López Obrador. Bonilla no tiene ni pizca de experiencia en materia política y administración gubernamental. Pujará para ganar la gubernatura en Baja California, sobre todo después de que sus guaruras atropellaron a un sencillo habitante en Tijuana y lejos de ofrecerle una disculpa y darle los auxilios de rigor, lo escondieron en un rincón, lo que ha provocado estupor entre los electores californianos, que seguramente se las cobrarán en las urnas al ex priísta, y hoy, morenista.
Por su parte, otro mercenario de la política, Jaime Martínez Veloz, primero priísta, luego morenista, perredista y otra vez perredista ha repuntado extraordinariamente, a grado de que en las encuestas registra un empate técnico con el también tránsfuga del poder, Jaime Bonilla, y los rancheros allá en mi tierra sostienen la tesis que: “caballo que alcanza, gana”.
Y ahora, echémosle un vistazo a Puebla, donde la elección será entre decentes e indecentes. Puebla es una reserva de votos, con 5 millones 600 mil electores en el padrón y con un grado de crispación que raya en lo grotesco y lo increíble. El candidato de Morena, indecente y mercenario, Miguel Barbosa, un ex perredista, quien en el pasado fue enemigo número uno de López Obrador, y ahora, por esas extrañas artes del poder político, un irredento “amlista” y morenista, que a punto de estirar la pata que le queda, busca ser gobernador poblano.
Barbosa, por desgracia, es un grosero indecente, un rufiancito del cual podrían avergonzase todos los poblanos. Ya no se vale por sí mismo, requiere de lazarillos porque su diabetes terminal lo ha dejado ciego y en dos ocasiones le han amputado una pierna. ¿Está apto para gobernar? No. Entonces ¿quién gobernaría en Puebla, doña Yeidckol Polevnski o algunos pillos que están metidos en asuntos torcidos?..
Por el otro lado, está un hombre decente que, si bien no sabe nada de política, no tiene cola que le pisen en cuestiones de corrupción, a diferencia de Barbosa. Se llama Enrique Cárdenas, un hombre sin partido y ligado a las cuestiones académicas que ha sido postulado por una alianza PAN-PRD y otras hierbas de olor, y ha sido objeto de una encarnizada guerra por parte de Miguel Barbosa, que su enfermedad de poder, le hace sentir pasos en la azotea. Sólo que son pasos reales.
Ojalá que los electores en los 5 estados del país elijan con el mayor sano juicio para que después no se arrepientan por llevar al poder a ineptos, rufianes y tránsfugas del poder.