Borrachera de dádivas
Alberto Vieyra G. miércoles 10, Abr 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Durante la campaña electoral, Andrés Manuel López Obrador acatarró con su borrachera de dádivas para quienes serán sus votantes cautivos durante este sexenio y lo que vendrá después del 2024.
Entonces, el señor López Obrador hablaba de una realidad irreal, pues pensaba y sigue pensando que bajando el IVA y el ISR en la frontera, así como algunos impuestos en las gasolinas y no aumentar impuestos para los ricos de la corporatocracia, a las arcas de la nación entrarían carretadas y más carretadas de dinero para regalarlo en dádivas a los electores cautivos, principalmente jóvenes y personas de la tercera edad.
Hoy, ya en el gobierno, el señor López ya vio que esa irrealidad no es real, es decir, que no es lo mismo que lo mesmo y tan es así, que sigue sin pagar becas a los jóvenes ninis, ni mucho menos la pensión doble para adultos mayores, pues ahora ya salió con la leguleyada cantaleta de que dichas pensiones se pagarán a partir de los 68 de edad, y no desde los 65.
La cuestión es que la Cámara de Diputados ya aprobó esos presupuestos para el 2019. ¿Quién se los va a robar o dónde van a quedar?, pues el presidente ya salió con que a chuchita la bolsearon o que dijo mi ama que siempre no.
Su borrachera de dádivas se está convirtiendo en una borrachera real, toda vez que no haya de dónde sacar tanto dinero para despilfarrarlo al más puro estilo del sexenio Echeverrista.
De milagro López Obrador no nos ha dicho lo que dijo Felipe Calderón de que: “Los 400 grupos empresariales más importantes de México rara, rarísima vez pagan impuestos”.
Allí está el meollo del asunto. Esto quiere decir, que los mexicanos de abajo seguiremos cargando a los mexicanos de arriba y por ello, será imposible que el país crezca al 2 o 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), como jura y perjura el señor López Obrador.
En los últimos dos días, se han producido cuando menos 3 alertas internacionales que han encendido los focos rojos de la economía mexicana.
Primero, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) estimó, que, si bien le va a México, solo podrá crecer este año 1.4 por ciento del PIB.
En segundo lugar, vendría la estocada del Fondo Monetario Internacional, que, al dar sus proyecciones económicas mundiales, redujo para México el crecimiento del PIB del 2.1 por ciento a 1.6 por ciento del PIB.
¿Ya adivinó usted cuál es el futuro que nos aguarda a los mexicanos en la era neoliberal de la “Cuarta Trasformación”? Sí, desempleo, más y más inseguridad y violencia, más ultraje a la dignidad de los mexicanos con dádivas de borrachera sexenal, imparables aumentos en precios de la canasta básica y, en fin, que el futuro no es nada halagüeño para los mexicanos en la feria de las mentiras.
Pero ¿Cómo queda el señor López Obrador quien, jura y perjura que todos están mal, y que él es el único que está bien en los números, “pues México podrá crecer en 2 o hasta 3 por ciento del PIB”? ¡Un engaño más!
“La incertidumbre por las políticas económicas de la nueva administración, serán determinantes y un claro factor a seguir para México”, aseguró la Consejera Económica y Directora de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.
Sí, hay incertidumbre ante la falta de claridad en el rumbo que lleva el barco mexicano, en manos de un capitán, a qué puerto se dirige.
Ese solo hecho, hace que los inversionistas no vean a México con buenos ojos o que simplemente México no esté en sus planes para invertir y crear nuevos empleos. Si no hay empleo, no hay crecimiento económico.
Es hora de que don Andrés Manuel López Obrador ponga los pies en la tierra y se olvide de su borrachera de dádivas y que le cranie para llevar a cabo una verdadera reforma fiscal en la que los ricos de la corporatocracia y todos los habitantes de México que tengan entradas económicas, incluyendo a los casi 30 millones de compatriotas que se debaten en la economía informal, paguemos impuestos. Sí, como dicen los rancheros allá en mi tierra “O todos hijos o todos entenados. O todos coludos o todos rabones”.