Luna de miel
Alberto Vieyra G. jueves 28, Mar 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Durante la inauguración del Mundial de Futbol México 1970, el entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, recibió una escandalosa rechifla a cargo de más de 100 mil espectadores en el estadio Azteca.
En 1986, durante la inauguración del segundo mundial de futbol en México, el entonces todopoderoso de Televisa, Guillermo Cañedo, dio la bienvenida al entonces mandatario azteca, Miguel de la Madrid Hurtado y todo el Coloso de Santa Úrsula se desgranaría en un sonoro abucheo. Y más aún cuando el Presidente pronunció su discurso inaugural, recibiría otra andanada de chiflidos.
El mismo escenario del Azteca seria mudo testigo del abucheo que sufrió el panista, Felipe Calderón, durante la inauguración del Mundial Sub 17 con el partido entre México y Uruguay.
¿Por qué hago historia?
Mire usted, dicen los sabios que cuando un pueblo y los individuos no leen historia, están condenados a repetirla. Si lo hubiese sabido el señor presidente don Andrés Manuel López Obrador, no se habría metido en terreno barrido, sometiéndose a un sonoro abucheo, durante la inauguración del nuevo estadio de beisbol de Los Diablos Rojos del México, el pasado viernes 22 de marzo, propiedad del empresario, Alfredo Harp Helú.
¿Qué nos dicen estos ejemplos históricos de abucheos y desaprobación de los gobernantes en turno?
En primer lugar, nos dicen que hasta hoy, ningún Presidente de la República ha pasado la prueba de Fuenteovejuna en los estadios.
¿Se acabó ya la luna de miel entre “el pueblo bueno y sabio” y el presidente Andrés Manuel López Obrador quien ahora comienza a vivir la luna de hiel?
Por si esto fuera poco, durante su gira esta semana por Baja California y Sonora, el señor López Obrador fue objeto de sonoras rechiflas, burlas y abucheos, principalmente de los morenistas californianos, que ya cantaban victoria y cacareaban la gubernatura de esa entidad donde comienza o termina la patria mexicana. Ahora, seguramente sabe el señor presidente que el ejercicio del poder desgasta y que su popularidad fue muy efímera, porque seguramente no ha entendido que solamente con acciones de gobierno se gana el respeto ciudadano, no con monólogos que instan a la división y al encono entre los mexicanos.
Y de la agria luna de miel, ya le comenzó a dar la vuelta al mundo. Primero por el “ridículo” del señor López Obrador exigiendo públicamente al Papa y al rey de España que pidan perdón a los pueblos de América por el ultraje a su dignidad sufridos durante la conquista, cuando debió haberlo hecho silenciosa y ortodoxamente por la vía diplomática, y en segundo lugar, porque el Financial Times, el pasado martes en una entrevista con el magnate mexicano, Ricardo Salinas Pliego, quien cuestionó al régimen lopezobradorista por haber cancelado el Aeropuerto Internacional de Texcoco, con pérdidas por más de 100 mil millones de pesos para los mexicanos. Además de que sus proyectos de infraestructura son poco rentables, igual con los programas sociales que darán al traste con las finanzas nacionales.
Salinas Pliego con una fortuna de más de 9 mil millones de dólares y como miembro del Consejo Coordinador Empresarial del régimen de la 4T, criticó la centralización del poder en la administración de López Obrador. “Como gerente tienes que aprender a formar un equipo, confiar en ellos, delegar y evaluar. Él (el presidente) no parece estar haciendo eso. Tiene problemas con confianza y delegación”, resumió. ¡Y eso que son amigos!… habrá que decirles serenos, morenos. Porque esto no se acaba hasta que se acaba.
¿Le espera al señor López Obrador un sexenio de luna de hiel después de la efímera luna de miel?