Linchamientos
Alberto Vieyra G. martes 19, Mar 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Ante un Estado fallido, en México se ponen de moda los linchamientos públicos, no solo de la agraviada fuente ovejuna que se hace justicia por propia mano, sino los linchamientos mediáticos encabezados por el Presidente de la República desde Palacio Nacional, cada mañana, semejando un auténtico Torquemada.
¿Pero que es un linchamiento?
De acuerdo con el tumba burros se trata de, ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo.
Sí, el Presidente de la República lincha con todo el poder del Estado y solo porque hay mexicanos que no piensan igual que él. A esos mexicanos de derecha o no de derecha pareciera querer quemarlos en leña verde.
Muestra de ello, la semana pasada, testigos fuimos los mexicanos del linchamiento que sufrieron los empresarios encabezados por Alejandro Jesús Quintero ex televiso y al iniciar la presente semana el historiador Enrique Krauze señalados con dedo índice por el presidente como artífices en “una campaña negra”, orquestada contra AMLO en el 2016 bajo el título de: “El Populismo en América”.
Según López Obrador, detrás de Krauze estarían en el complot otros empresarios, entre los que figura Enrique Coppel Tamayo, en conjunto todos ellos serán investigados por el nuevo instrumento de venganza política llamada Fiscalía General de la República, pero como se trata de “supuestos delitos electorales”, claro está que no son graves, los personajes señalados por el dios sexenal no pisarán la cárcel.
De lo que se trataba era de hacer ruido, de lincharlos públicamente solo para el escarmiento y como una advertencia contra críticos e intelectuales que no comulgan con la forma de pensar con el Presidente de la República y de que se tienen que conducir con pies de plomo, porque de otro modo, todo el poder del Estado caerá sobre ellos en caso de que su crítica alcance al dios sexenal.
A esto aquí y en China, se le llama autoritarismo, linchamientos de un populista que como todos los populistas antipluralista, anticrítico, intolerante contra quienes no piensan como él en una nación diversa.
¡Qué triste y lamentable! que el Presidente de la República use todo el poder del Estado para echarle al fuego altas dosis de gasolina con rencor.
No está por demás reiterarlo, que no hay democracia en el mundo sin crítica. Pero, además, el señor AMLO no puede pensar como los intelectuales de derecha, a los que amenaza con que el Estado NO financiará durante su avaro sexenio.
El señor López Obrador se está peleando con todo el mundo. Está unificando a México, pero en su contra. Debería leer y releer el espíritu de la democracia norteamericana.
En cada contienda presidencial, poderosos grupos empresariales se gastan millonadas de dólares patrocinando a unos y a otros candidatos, incluyendo “campañas negras”, como ocurre con los hermanos Charles y David Koch, que son capaces de comprar la presidencia de los Estados Unidos y una vez trascurridos los procesos electorales, cada chango a su mecate y nada de venganzas políticas, menos de desgastes emocionales y políticos que no conducen a nada. Por ello, la democracia gringa está casi exenta de conflictos post- electorales.
Cuando han existido fraudes, alrededor de doce presidentes gringos han llegado a La Casa Blanca, por la vía del fraude electoral, incluyendo el mismísimo George Washington, en ese momento la encargada de decir quién gano es la Suprema Corte de Justicia, en la que los norteamericanos creen plenamente, a diferencia de las instituciones mexicanas a las que el Presidente de la República ha aconsejado a los mexicanos mandarlas al diablo.
¿No le parece a usted que AMLO chilla mucho? ¿Llevará a buen puerto a México sus afanes de dividirlo, haciendo un México pro-AMLO y un México anti-AMLO?