Temblorina en el PAN
Alberto Vieyra G. viernes 8, Feb 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Sólo seis elecciones habrá en México durante el 2019 y las gubernaturas de Puebla y Baja California le quitan el sueño al PAN y a su jerarca nacional, Marko Antonio Cortés Mendoza.
La temblorina se apoderó de ese partido fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín, después de que las tendencias para las gubernaturas de Puebla y Baja California favorecen con más de 20 puntos porcentuales al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El PAN ganó por primera vez la gubernatura de Baja California en 1989, triunfo que le fue reconocido por el entonces jerarca nacional del PRI, Luis Donaldo Colosio y desde entonces, esa entidad donde comienza o termina la patria mexicana es el bastión número uno del partido blanquiazul. Es Baja California algo así, como propiedad de “los bárbaros del norte”, que controlan absolutamente todo.
Su candidato al gobierno bajacaliforniano es José Óscar Vega Marín y buscará con su larga experiencia en la administración pública y su arrastre evitar la vergüenza de la derrota, pero todo indica que el PAN y el ungido se conformarán con el segundo lugar.
Por lo que se refiere a Puebla, tras la trágica muerte de Martha Erika Alonso y su marido Rafael Moreno Valle, el PAN quedó prácticamente en la orfandad y sin un líder visible capaz de materializar el voto sentimental en favor del PAN. Podría yo adelantar, que Puebla está perdida de facto o por default para el PAN, después del acuerdo secreto entre Morena y el PRI, que llevó a la gubernatura interina poblana al priísta Guillermo Pacheco Pulido, un dinosaurio de colmillos retorcidos y con ortodoxia del viejo PRI, cuya misión fundamental será acabar con la crispación social que existe entre la partidocracia poblana que ha dividido peligrosamente a los poblanos.
Esa crispación ha sido atizada principalmente por AMLO y Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, quienes buscarán seguir dividiendo a los poblanos para evitar la derrota a la derechona panista, a la que odia el Presidente. A toda costa se busca evitar que López Obrador sufra en Puebla la vergüenza de la derrota. No cabe duda de que Barbosa es uno de esos mercenarios más tóxicos de la política mexicana.
Es tal el encono que prevalece en Puebla, que hasta el INE que encabeza Lorenzo Córdova se encargará de organizar las elecciones para evitar cualquier sospecha de mano negra pachona y metichona en la elección de gobernador en Puebla.
En Aguascalientes se habrán de elegir 11 ayuntamientos y además de gobernador, Baja California elegirá 26 diputados locales y 5 ayuntamientos; en la tierra de los alacranes y cuna de mi general Francisco Villa, Durango, se renovarán los 39 ayuntamientos, mientras que, en Tamaulipas, que hoy es un polvorín político por el estallamiento de huelgas en las maquiladoras, asunto en el cuál ni el gobierno federal ni el estatal atan ni desatan, se elegirán 22 diputaciones de mayoría relativa y 14 plurinominales; mientras que los quintanarroenses renovarán el Congreso local, compuesto por 25 diputados.
De las seis elecciones que habrá este año en México, sólo Puebla y Baja California están convertidas para López Obrador en razón de Estado, pues con el revés político que propinaría al PAN, descargaría gran parte de su odio que siente por la derecha panista en México.
¿Será el principio del fin del PAN?