El amor entre el PAN y el PRD en Guerrero
¬ José Antonio López Sosa jueves 27, Ene 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
No cabe duda que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, en el año 2006 el PAN y el PRD parecían partidos irreconciliables, sobre todo con el dudoso triunfo de Felipe Calderón en la elección federal resuelta en tribunales.
Las alianzas en los distintos estados del país, cantadas con antelación y que en muchos casos llevó a la coalición PAN-PRD a ganar los comicios, parecían un escándalo ante los ojos impotentes de los priístas y demostraron que en la política no hay límites a los ciudadanos.
En Guerrero el próximo domingo es la elección y unos días antes el candidato del PAN decide declinar a favor del candidato del PRD, ¡qué cosa!, no me asusto como priísta por necedad sino por la capacidad camaleónica de los políticos de transitar de la derecha a la izquierda y de regreso sin temor alguno a traicionar a sus ideales o a sí mismos.
Hay que ser analíticos y evaluar los hechos con cautela, los priístas no están ardidos sino lo que le sigue, por ello tienen la verborrea al máximo arremetiendo contra el candidato perredista, el PRD y el PAN, aunque dicho sea de paso este candidato hasta hace poco tiempo era también priísta, ¡qué tal!.
Esta alianza de último momento sirve para darnos cuenta que a cambio de un coto de poder, cualquiera es capaz de cambiar de partido, de ideología o inclusive declinar a favor de un contrincante.
Así tenemos ejemplos vivos en la política mexicana que no necesariamente han participado en alianzas: Marcelo Ebrard fue funcionario del gobierno de Carlos Salinas, como secretario de gobierno del Distrito Federal cuando Salinas de Gortari era presidente, ¿ahora qué?, tras aliarse con Andrés Manuel López Obrador (al declinar a su favor en el año 2000) resulta que su ex jefe es también ahora su enemigo. Manuel Camacho fue parte de gabinete de Carlos Salinas, ahora es parte del movimiento de López Obrador y por consecuencia Salinas es su enemigo. Demetrio Sodi de la Tijera, priísta, panista y perredista se llama a sí mismo político sin partido, ¿la ideología y los principios entonces?
En fin, así podríamos continuar dando a conocer que eso de las alianzas no es nuevo, lo preocupante son las formas y los tiempos en los que se hacen.
Finalmente, la mayoría de los políticos tienen un pasado priísta, ¡claro!, hace 15 años si no era dentro del PRI no se podía hacer carrera política, así que relucir el pasado priísta como símbolo de ataque desde el PRI, lejos de considerarse parte de una estrategia debería darles vergüenza porque exhiben la forma en que este partido autoritariamente dominó todo durante 7 décadas.
El domingo a ver qué dice el pueblo de Guerrero, más allá de sesudos analistas y muy bien pagadas casas encuestadoras.
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