Desabasto y huachicol
¬ José Antonio López Sosa martes 15, Ene 2019Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Es evidente que el robo de combustible, conocido coloquialmente como huachicol, es una de las muestras de la corrupción que se aquilató en las últimas administraciones, el presidente López Obrador ha apostado su bono democrático y su capital político para hacerle frente a este delito.
Ahora bien, aparentemente todo ha obedecido a una estrategia, que ante el desabasto de combustible —sobre todo gasolina—, cada vez queda menos clara, si le sumamos la pésima comunicación institucional del gobierno federal para explicar la misma, así como la duración y los tiempos de regularización por entidad, la ciudadanía entra en enojo y luego caos ante el desabasto.
Apenas ayer el gobierno de la República informó de la estrategia con un poco más de claridad, ya cuando el desabasto lleva días.
Estos hechos, también han mostrado la cara perversa de la sociedad, salvo excepciones de personas que usan los vehículos como fuente o parte de sus empleos, buena parte no está ni ha estado dispuesta a hacer sacrificio alguno como producto del desabasto, se ha insistido en comparar este hecho con lo que ocurre en Venezuela e incluso hay quien dice públicamente que prefiere que el huachicoleo siga como está, antes de padecer unos días la falta de combustible.
Nos comportamos como una rancia sociedad medieval.
Por otro lado, para que la ciudadanía se convenza que se trata de una estrategia clara, es necesario tener con claridad hasta donde se pueda, las maniobras, fechas y detenidos, alcances y garantías que esto no ocurrirá más, más allá del discurso contra la corrupción.
En otro orden de ideas, aún no queda clara la estrategia del gobierno para combatir el robo de combustible, qué bueno que se combata pero qué malo que se afecte a la ciudadanía, la que siempre paga los platos rotos, con Fox o Peña, con Calderón o López Obrador.
Esta crisis ha mostrado la peor cara del gobierno, la de las carencias de comunicación y la peor cara de la sociedad, la de la falta de solidaridad.
Una mezcla perfecta para entender nuestro subdesarrollo, como estado y como sociedad.