La bohemia en Ipanema
¬ José Antonio López Sosa viernes 16, Nov 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Río de Janeiro, Brasil.- Esta ciudad se divide en dos, al norte se escucha Samba y al sur Bossa Nova, nos dijo Cecelo, el artista que nos acercó durante una mañana a la historia del Bossa Nova, su evolución y su razón de ser.
Más allá de los grandes compositores y ejecutores del Bossa Nova, Cecelo nos llevó desde los orígenes de la Samba hasta la gesta de este género, dentro de la clase media carioca en la década de los sesenta del siglo pasado.
La rítmica de la Samba de forma cadenciosa y elegante, como cuando ve uno pasar a una chica junto al mar en Ipanema o Copacabana -nos asegura Cecelo—, el Bossa Nova significó la nueva manera de interpretar y crear Samba, muy suave, con un casi nulo esfuerzo vocal pero un muy rítimico y romántico toque de guitarra o piano, casi suspirando una canción donde no hay sufrimiento, donde todo es gozo o evocación a la felicidad, aún cuando muchos no sepan como conseguirla.
Es interesante saber y conocer lo que hay detrás de un género músical, sobre todo andando por las calles del barrio de Ipanema, donde las grandes noches bohemias al ritmo del Bossa Nova sonaban en los sesenta y setenta, donde a diferencia de las bohemias del bolero en México, no se sufría por un amor, no se añoraba a la mujer que se había ido sino se hablaba de lo feliz que sería la vida cuando esa mujer llegara, de la simple dicha de solo ver pasar a una mujer por la calle o de las historias de gozo que se crearon a partir del enamoramiento utópico, platónico y a veces real de quienes escribían letras y música de este género.
La bohemia en Ipanema aún se respira, a pesar que el Bossa Nova se sustituyó por el reguetón en las playas de Ipanema y Copacabana, a pesar que la música electrónica domina los bares por las noches, aún hay rincones donde Cecelo nos dijo, el Bossa Nova sigue siendo una filosofía de vida, una forma de ver, sentir y estar presente, sobre todo quienes viven desde hace décadas aquí al sur de Río de Janeiro.
Me impresiona saber que cantantes internacionales de la talla de Sinatra pusieron al Bossa Nova en los oidos del mundo y, nunca vino a Ipanema más que al final de sus días. En fin, yo hubiese venido desde el inicio si me hubiese tocado la época dorada del Bossa Nova.
Caminar las calles de Ipanema, conversar con Cecelo es parte de un sueño cumplido para quienes llevamos la música en las venas y en el alma, es una experiencia que transforma la visión del mundo a través de una partitura.