Hanoi, entre el comunismo y el mercantilismo
¬ José Antonio López Sosa jueves 4, Oct 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Hanoi, Vietnam.- Fue como llegar a otro planeta, salimos desde Bangkok y en hora y media llegamos a Hanoi, capital de Vietnam.
Una línea aérea de bajo costo y servicio pésimo llamada Thai Lion. El aeropuerto de Hanoi muy moderno, pero con unas filas terribles para quienes solicitan el visado a la llegada, cuyo costo además de lo que se haya pagado previamente, es de 25 dólares americanos en efectivo.
Cuando salimos del aeropuerto, llegamos a una ciudad sumida en el pasado con dejos del futuro.
Miles y miles de motonetas a cualquier hora del día, haya o no lluvia, banquetas plagadas de las mismas y ni un solo espacio para que la gente pueda caminar.
Edificios de evidente construcción comunista, viejas casonas que no han recibido mantenimiento desde hace décadas y gente amable que poco habla inglés, pero trata de comunicarse con los visitantes.
Puestos de comida por doquier, muchos restaurantes con sabores y aromas exquisitos que van de la canela al jasmin, pasando por el cacahuate, jengibre y coco.
Vietnam es una república socialista, conocemos ya la vieja histora donde los Estados Unidos perdieron una guerra que pretendió que el sur absorbiera al norte, cuando fue a la inversa.
El centro de la ciudad pareciera otra urbe, todo limpio, grandes avenidas cuidadas por el ejército, embajadas, la casa presidencial, la sede del partido comunista y el mausoleo de Ho Chi Minh, el héroe nacional en Vietnam.
Hermosos templos taoistas se encuentran por doquier, muy cerca del centro, el gran parque con un lago donde el legendario John McCain llegó en paracaídas luego que su avión fuese derribado en la guerra, para permanecer por años como prisionero en los tiempos belicosos de Vietnam.
Contrasta con el mundo socialista, las decenas de tiendas llamadas “Made In Vietnam” donde se venden saldos o clones, quizás excedentes pero de marcas tan reconocidas como The North Face, Mango, Zara, Levi’s, entre muchas otras, esas que se maquilan en Vietnam y se venden alrededor del mundo, solo que a precios infinitamente más bajos.
Son negocios legales en Vietnam, incluso reciben pagos con tarjeta de crédito y la ropa y accesorios, cuestan quizás el 10 o 15% del valor que tienen en el mercado internacional.
Gente que corre de un lado al otro, miles de motonetas de nuevo, un gran centro comercial a todo lujo donde muy pocos acceden y donde lo mismo que se vende en la calle, está disponible a precios de oro. Contrastes irreconciliables e impensables en un modelo socialista.
Hanoi lleno de sorpresas entre los contrastes, al final con un toque místico que dentro del caos, la hace atractiva y hasta disfrutable.