La vigencia de Orwell
¬ José Antonio López Sosa lunes 30, Jul 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Sin lugar a duda, Rebelión en la Granja se convirtió en un referente universal desde que su autor, escribiera este cuento como una crítica no explícita pero muy ilustrativa, de lo que ocurría en la Unión Soviética el siglo pasado.
Uno de los ejemplos más claros es lo que ocurre hoy en Nicaragua, Daniel Ortega llegó con la revolución sandinista a luchar por los derechos del pueblo para derrocar al dictador Anastasio Somoza, cuyo sangriento y opresor régimen —con el apoyo de la United Fruit Company y los gobiernos de Washington— cerraron cualquier posibilidad de democracia en aquel país.
Ortega y los sandinistas lograron el cometido y liberaron a Nicaragua de las garras de la dictadura y, en pleno Siglo XXI, años más tarde, pareciera el viejo guerrillero Daniel, haber seguido un paso tras el otro, el guión de la Rebelión en la Granja de Orwell.
Hoy es él el dictador, hoy es él el represor, hoy es él y su esposa una especie de monarquía en Nicaragua. Condenan de terrorismo y complot internacional a cualquier expresión opositora y matan a sus jovenes con tal de conservar el poder.
Pero, ¿en qué momento Ortega se mimetizó con Somoza?, de nuevo me refiero a Rebelión en la Granja, no hay explicación más clara del cómo se migra del libertario al opresor, del luchador del pueblo al monarca disfrazado de republicano.
Vale la pena leer el material que el colega Gustavo Armenta (hoy columnista de El Financiaro) publicó en su momento como corresponsal de guerra durante el movimiento sandinista en Nicaragua, conversando con él escucho el desasosiego y la muerte de la gente en aquel lejano momento histórico, que pareciera replicarse cuando vemos las noticias de lo que a diario sucede en Nicaragua.
Hay otros ejemplos: Cuba y Venezuela son también, réplicas del cuento de Orwell. El caso de Cuba está en transformación, merece quizá el beneficio de la duda, pero el caso de Venezuela es impresentable, Chávez y Maduro siguieron al pie de la letra la Rebelión en la Granja de Orwell y, siguen agregándole capítulos.
Por cierto, en Israel se mostró una vez más la intolerancia y la censura a los periodistas: fue despedido Avi Karz, caricaturista que, tras la aprobación de una legislación que merma los derechos de ciudadanos no judíos, caricaturizó una “selfie” que se tomaron algunos políticos con el presidente Netanyahu, dibujándolos como los cerdos de Rebelión en la Granja de Orwell.