Allá, dinastías y linajes; aquí, vil nepotismo
Francisco Rodríguez miércoles 25, Jul 2018Índice político
Francisco Rodríguez
En territorio huehuenche, por efecto imitación, quisieron perpetuar el linaje de la supuesta clase política igual que lo hicieron las dinastías del otro lado del mundo. Lo único que lograron fue atestar el panteón político de nuestras vergüenzas con fósiles muy difíciles de tragar, imposibles de sufrir en este páramo de la miseria.
George Gilder, biógrafo de la familia Rockefeller, escribió no hace mucho: “Cuando David va a Rusia es tratado a cuerpo de rey… y resulta curioso que nadie sea capaz de reverenciar, halagar y exaltar a un Rockefeller tan bien como lo hacen los marxistas”. Eran los dueños del mundo.
El Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral y el Bilderberg Group, entidades financiadas por los grandes oligopolios económicos de Rockefeller, han estado por décadas detrás de los sobornos parlamentarios, los negocios sucios y las invasiones bélicas más escandalosas de que se tenga memoria.
Ya lo había advertido Theodore Roosevelt cuando tomó posesión hace más de cien años: “todo esfuerzo por desmantelar al Grupo resultaría fútil, a menos que se ocasionara un grave detrimento a todo el cuerpo político “. El mal necesario, según el dueño del Gran Garrote de los policías yanquis.
De esa dinastía nacieron la Standard Oil, de Nueva Jersey, de Nueva York y de Ohio, la Vancuum Oil, la Humble Company, etcétera. Uno de sus cachorros, William Taft, llevado a la presidencia de los Estados Unidos, manifestaría públicamente su rechazo a las legislaciones antimonopolios, calificándolas de insensatas e inoperantes.
La conformación de los mastodónticos conglomerados económicos, que no ha hecho sino acentuarse con el transcurso del tiempo, contradice formalmente las cacareadas reglamentaciones anti-trust, así como el sofisma del libre mercado, entelequias propagandísticas del Imperio, que los tecnócratas de petate se fumaron hasta el delirio.
El brote de este cáncer culminó en 1955 con la fusión del Chase National Bank y el Bank of Manhattan Company, ligado al grupo Warburg, fusión de la que resultó el Chase Manhattan Bank, presidido desde 1969 por David Rockefeller, nieto del fundador de la dinastía y alguna vez vicepresidente de los gabachos.
Desde entonces, la jaculatoria preferida de la dinastía sería “Dios bendiga a la Standard Oil” ubicada en el frontispicio del edificio matriz en Nueva York y la divisa de su imperio económico, perpetuada en el tiempo por sus descendentes: “Por el bien de la humanidad”. Así se las gastan.
Uno de los candidatos a la Casa Blanca, Robert Taft, llegó a manifestar: “desde siempre, todos los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados Unidos hemos sido nominados por el Chase Manhattan Bank”, presumiendo la intervención de los dueños de la economía en las campañas y los compromisos de los ganadores.
La relación es tan numerosa que sólo pueden citarse algunos de los más significativos, entre los cuales figuran Douglas Dillon, Allen y John Foster Dulles, Robert Patterson, Richard Nixon, Ronald Reagan, los Bush y Dean Rusk, destacados protagonistas todos ellos de la escena pública estadounidense de posguerra.
La lista continúa con los nombres de quienes constituyeron el relevo generacional de esa dinastía, como Walt W. Rostow, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger, salidos igualmente de los foros y organismos patrocinados por la Fundación Rockefeller. Toda una influencia en las altas esferas del poder.
En el camino y en las fosas quedaron sus competidores y un largo rosario de artimañas, extorsiones, sobornos e irregularidades de toda índole, donde acá en Chayotitlán de las Corruptelas fuimos protagonistas pasivos. Nada que no siguiera la propia lógica del capitalismo salvaje, llevada a sus naturales consecuencias.
En la vieja y la nueva Europa, las dinastías imponen sus gustos con natural ahínco. Entre las familias de postín es inútil evitar mencionar la todopoderosa presencia de la Casa Rothschild, centenaria y omnipresente desde que fueron mecenas de Carlos Marx durante sus estudios en la Universidad de Berlín.
Los Rothschild, la fuerza detrás de Junker, el mago de las finanzas de la Comunidad Económica Europea, están metidos en todo. Son los dueños, entre otras cosas, de la mayoría accionaria del banco HSBC, también establecido ampulosamente en territorio chichimeca, con todas las prebendas que eso conlleva.
HSBC es el consorcio preferido para cualquier negociación trasatlántica de respeto en la actualidad. Maneja las cuentas secretas de la gran mayoría de nuestros próceres de petate, nacidos para fracasar en todo, menos en las gigantescas fortunas de sus bolsillos. Las grandes cuentas consolidadas del menguado Atlacomulco Power se encuentran resguardadas en los paraísos fiscales que maneja HSBC, así como la otra caterva de banqueros, favoritos del salinismo rupestre .
Mientras en el mundo se afianzan las dinastías oligárquicas, acá en el rancho grande sus imitadores de papel cuché —que pretendieron la instauración de las monarquías civiles— fueron arrollados por el voto popular. Las grandes ambiciones del monarquita Yunes Linares y del frustrado cachorro evidencian el truene de la especialidad.
Lo mismo pasó con el hijín de El Croquetas Albores Guillén en un proceso gubernamental chiapaneco que lo arrolló y llevó al poder al sencillo Rutilio Escandón, un político novel auspiciado por Morena y por ya saben quién. Los hijitos de Emilio Gamboa Patrón, Rosario Robles, Agustín Basave y hasta el entenado de Graco Ramírez, en Morelos, fueron defenestrados por el respetable en todas sus líneas. No quedaron ni pelos.
Los linajes huehuenches han pasado a mejor vida. Entraron por derecho propio y para quedarse ad eternum en el panteón político, en ese camposanto antes tan atestado de cadáveres del narcotráfico, enterrados por sus papis, cuyas fosas ahora disputarán los juniors de este rocambolesco escenario.
Este terremoto del 1 de julio trajo un mar de fondo que hasta el yunquismo panista sufrirá más temprano que tarde los efectos de la ola de reivindicación popular, que ya está hasta la madre de los abusos, la corrupción y la ceguera imbíbita de este grupito de farsantes y chantajistas, cuyas fortunas están repletas de enemigos abatidos por las fuerzas públicas al servicio del peor postor.
Nadie votó por ellos. Aunque sigan resistiéndose a perder el poder en Puebla, donde los oficios del maridito y su pareja Toni Gali no pudieron más que el enojo de los masacrados de siempre. Imposible.
El remolino los alevantó. Lo dicho: allá, dinastías y linajes; aquí, vil nepotismo y gran camposanto político, esperemos que para siempre. Enterremos con júbilo los nefastos recuerdos de Chayotitlán de las Corruptelas.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Sólo el hijo de Pedro Joaquín Coldwell la libró en Cozumel, pese a ir como candidato del PRI a la alcaldía de Cozumel. De no haber triunfado en la justa electoral Pedro Joaquín Delbouis, seguramente su abuelo don Nassim se hubiera levantado de la tumba para reclamarle su derrota. + + + Cada vez son más los priístas descontentos con la presencia de Claudia Ruiz Massieu y Salinas de Gortari en el interinato de la dirigencia nacional de lo que queda de su partido. “No entienden que la sombra de sus tíos Carlos y Raúl Salinas fue una de las muchas causas que nos llevaron a la lamentable situación en la que nos encontramos”. Lady Cortinas, como llaman a la hija de José Francisco Ruiz Massieu por la ropa con grandes estampados que usa, mientras tanto, aparece en todas las recientes fotografías con una sonrisa de oreja a oreja que muchos no identifican si es de nervios o de sorna. + + + Y en el PAN tampoco dejan de golpearse unos a otros. Hace un par de días, el gobernador chihuahuense lanzó un golpe bajo al poblano Rafael Moreno Valle, quien aspira a dirigir lo que queda del blanquiazul, deslizando que el aparente triunfo de su cónyuge formal es fraudulento. Se llevan fuerte. + + + Y en el PRD, calma chicha tras la tormenta que los arrasó al borde de la desaparición del mapa político. + + + Informa Bibi Villavicencio que dos enormes refinerías van a ser construidas a partir de 2019 en Texas. Las mayores que se hayan erigido en los últimos 40 años. Una, a cargo de MMEX Resources, y la otra por Raven Petroleum. Y pregunta la asidua lectora: “¿sólo es negocio para los texanos?” Al parecer sí. Aquí todavía hay quienes dicen que ya no es negocio construir esos complejos.
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