La ASE desarticula banda de plagiarios y homicidas
* Especiales, Seguridad miércoles 15, Dic 2010- El jefe de los secuestradores se mantenía al lado de la familia de la víctima para saber los pasos que daban
Santiago Tianguistenco, Estado de México.- Efectivos de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) esclarecieron el secuestro y homicidio cometido en agravio del empresario Juan Castillo Acosta, avecindado en este lugar, quien fue privado de su libertad el día 18 de septiembre del presente año y de quien su plagiarios exigían 10 millones de pesos para liberarlo.
La corporación dio a conocer que entre los detenidos se encuentra el presunto autor intelectual del plagio, Benjamin Olivares García, así como tres de sus trabajadores, entre ellos uno de sus hermanos Álvaro Olivares García, Víctor Martínez Hernández, (a) El Güero, y Carlos Alfredo Pérez, (a) El Flaco.
Destaca que las investigaciones que dieron como resultado la detención de los presuntos secuestradores se dio luego de que los familiares de la víctima denunciaron el ilícito.
Juan Castillo Acosta fue interceptado por los cuatro sujetos el 18 de septiembre por la mañana cerca de su domicilio, en el lugar donde acostumbraba ejercitarse. Los sujetos se lo llevaron con rumbo desconocido en una camioneta tipo Van color blanco.
Al día siguiente los plagiarios se comunicaron con la familia desde una caseta telefónica ubicada en la delegación Álvaro Obregón del Distrito Federal, donde exigiían el pago de 10 millones de pesos para liberarlo; 24 horas después volvieron a comunicarse y dijeron que volverían hablar el día 22 de ese mes, pero se perdió todo contacto con los presuntos delincuentes.
Al seguir varias líneas de investigación, una de ellas llevó a interrogar a Benajamín Olivares García, quien desde que supuestamente conoció del plagio de su amigo, no dejó de apoyar en todo momento a los familiares de la víctima.
El pasado lunes, el hijo de la víctima acudió a una sucursal bancaria de Toluca a retirar un millón de pesos para entregarlo a los secuestradores y lo mismo hizo Benjamín Olivares García, quien sería la persona que se encargaría de entregar el dinero a los secuestradores.
Debido a las sospechas levantadas, fue interrogado por agentes policiacos y cayó en contradicciones y terminó por aceptar ser el presunto responsable del plagio y muerte del empresario.
El día que secuestraron al empresario lo trasladaron al rancho de Olivares García, en donde lo mantuvieron con vida los días 18 y 19 del mes de septiembre y el día lunes 20 del mismo mes, por la mañana lo sacaron del lugar y por la noche lo regresaron sin vida.
El cuerpo del empresario fue sepultado en las caballerizas del rancho y su tumba fue cubierta con una capa de cemento y paja, que rociaron con cal para evitar que emanaran olores putrefactos.
Derivado de lo anterior, la Agencia de Seguridad Estatal, mediante labores de inteligencia y análisis de información, logró la detención del resto de los plagiarios, quienes fueron puestos a disposición de las autoridades ministeriales.