Conquista Santos su 6o. título en el infierno
Deportes lunes 21, May 2018- Con un marcador global de 3-2
Los Guerreros del Santos se coronaron en el estadio Nemesio Díez, al empatar 1-1 con Toluca en la vuelta de la final disputada, lo que les dio el título con un marcador global de 3-2.
El ambiente era completamente escarlata, festivo, de confianza, pese a cargar con el 1-2 que trajeron desde Torreón. Toluca fue a lo largo del Clausura 2018 un animador constante, un protagonista, muchas veces, sin reflectores, pero con una afición y un estadio que se le brindaban al máximo.
La final no podía ser diferente. Si hubiera sido por el impulso anímico, los Diablos habrían comenzado goleando a Santos Laguna. El aliento multitudinario se tradujo en intensidad, en fuerza, en intenciones ofensivas por cuenta de ambos. Encuentro emotivo y abierto.
El momento era del Toluca, pero Julio Furch, como el frío que empezaba a irrumpir en el Nemesio Diez. Corría el minuto 9, cuando Carlos Izquierdoz se recargó en la banda izquierda, atrajo la marca de los rivales próximos y en un par de movimientos encontró descubierto a Julio Furch, que con la pierna derecha fusiló a Alfredo Talavera. Duelo de ida y vuelta. Los Diablos respondían por todas las vías posibles. Al 23’, los de casa presionaban por delante del medio campo, pero las conexiones aparecían cada vez más erráticas. Fallaban pases de mero trámite.
Por si le faltaba drama, al 30’, Hernán Cristante se vio obligado a modificar su once, debido a la lesión de Pablo Barrientos (rodilla derecha) e incorporó a Pedro Canelo: mismas funciones, pero un perfil diferente; el de recién ingreso, con condiciones más defensivas que de creación en ataque. Como factor sumado al desplome emocional de los Diablos, e sumó un remate de Izquierdoz que se estrelló en el poste de Talavera y claro, la insistencia e ímpetu de Santos Laguna. El escenario era muy adverso.
Al 38’, una luz comenzó a iluminar el sendero de los Diablos. Sambueza probó desde fuera del área de los Guerreros, obligando a Jonathan Orozco a esforzarse al máximo para evitar el primer tanto de los de casa. La pelota se dirigía hacia el ángulo superior derecho. Incluso Antonio Ríos probó fortuna en el arco de Orozco en los instantes finales del primer tiempo. Tocaba remar contra corriente, componer la disyuntiva en cuestión y solo existía una fórmula para hacerlo: con goles.
Cristante mandó a Reyna para el complemento. Ángel tendría su mayor responsabilidad en todo el semestre: construir en ofensiva, marcar la pauta del ataque choricero. Apuesta arriesgada. Los de Siboldi mantenían el orden atrás, así como posibilidades adelante cada que se lo proponía. Al 60’, el propio timonel uruguayo decidió que era momento de guardar el esférico y le dio ingreso a Diego de Buen y Jorge Villafaña, ambos, recuperadores, en lugar de Javier Cortés y Osvaldo Martínez. A pesar de la desventaja en el global (1-3), la afición roja volvió a hacerse sentir. La desesperación tocaba la puerta.
Cuando transcurría el 64’, Canelo tuvo un mano a mano que perdió ante Orozco, había sido la opción más clara de todo el encuentro. Cristante, consciente de que su equipo requería de empuje ofensivo, apostó por Gabriel Hauche, otro volante de ataque. Sin embargo, hay días en los que nada te sale. Toluca estuvo ahí, generó más opciones de gol, trató de hilvanar balones con idea, incluso en el planteamiento, los de casa no podían ser más ofensivos. La noche en el Estado de México era agridulce si vestías de escarlata.
En los minutos finales, Hernán no debaja de deambular por su área técnica, se llevaba las manos a la cintura y luego al rostro, en forma de incredulidad y hablaba constantemente con Joaquín Velázquez, su auxiliar. La desesperación fue total cuando al 82’, Gabriel Hauche voló otra ocasión muy clara… El propio argentino cerraría la pinza tres minutos más tarde, para conseguir el empate parcial. Restaban cinco minutos por jugarse y los Diablos estaban a un tanto de los tiempos extras.
El tiempo fue insuficiente, Toluca se quedó muy cerca del alargue forzado y Santos de protagonizar un fracaso rotundo, en caso de perder la ventaja. Los últimos minutos eran densos, pasaban muy lentos para la visita y a máxima velocidad para los de casa. No pudo ser. Los de la Laguna terminaron con la hegemonía de títulos arrebatados por cuenta los Diablos. Dos de los mejores equipos del semestre disputaron el trofeo de campeón y los Guerreros supieron sufrir y aprovechar sus oportunidades. Ahora, es tiempo de disfrutar.