Las mentiras del imperio
Alberto Vieyra G. miércoles 18, Abr 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Más de 300 mentiras le echó al mundo George W. Bush en el 2003, al invadir Irak, pretextando que el tirano dictador Sadam Hussein poseía armas químicas y bacteriológicas, que aún no aparecen, cuando la realidad era apoderarse del petróleo iraquí y derrocar a Hussein.
Quince años después, otro tirano llamado Donald Trump, vuelve a mentir al mundo, incluyendo al Congreso y a los norteamericanos de que el dictador sirio Bashar-al Assad posee un arsenal de armas químicas, cuando la realidad es que la bestia trumpiana busca recuperar territorios en poder del Estado Islámico y asestar un severo golpe contra la religión musulmana.
Con ese apantallador despliegue militar hecho por Donald Trump y sus aliados históricos, Gran Bretaña y Francia sobre Siria, intenta, al mismo tiempo, desviar la atención mundial y norteamericana sobre su inminente juicio por la trama rusa en las elecciones presidenciales de EU, donde según las investigaciones de la fiscalía especial sobre el caso, Rusia empleó a hackers rumanos e información potencialmente peligrosa para evitar que Hillary Clinton se convirtiera en la primera presidenta de los Estados Unidos.
El pendenciero gringo de callejón, algunos le llaman “El tigre de papel”, acaba de aparecer en Siria con su veneno de siempre retando a Vladimir Putin, quien había advertido que todos los misiles inteligentes del Pentágono, serían interceptados por los ejércitos libio y ruso. Nada de ello ocurrió y no faltan los expertos que dicen que hay evidencias de que el ataque ordenado por Trump fue concertado con los rusos para seguir engañando a los gringos bobos que votaron y aún creen en él –un 42 por ciento que lo aprueba, contra un 58 por ciento que lo detesta—
Mi colega analista, Don Ángel Trejo Raygadas, en un artículo titulado “Trump y sus inocuos juegos de guerra”, sin ambages, asegura que: “la artillería moderna de Rusia no intervino en la detención de esos misiles, a sabiendas de que no iban a provocar ninguna pérdida significativa en territorio sirio. “El tigre de papel” que en otros tiempos describió Mao Tse Tung, hoy no tiene siquiera dientes de carrizo. Está desmoronándose con el solo impacto de las infantiles y vergonzosas mentiras de su actual Tío Sam”.
Sus aliados ingleses y franceses andan todos desbrujulados también, pero tienen atestado de submarinos al Mar Mediterráneo, por donde fluye el gran comercio marítimo del Medio Oriente y, en una de esas, pueden cometer torpezas que lleven al mundo a una Tercera Guerra Mundial nuclear con fines de exterminio, y todo por las mentiras del imperio de las barras y las estrellas, o mejor dicho, de Donald Trump que, agigantadamente, está cavando su tumba política y la del imperio capitalista del mal.
Por aquella región del mundo se recuerda, en estos días, una máxima del refranero mexicano que reza que, el que a hierro mata, a hierro muere porque, si Rusia no está simulando el apoyo a su aliado Siria, la respuesta no se dejará esperar, aunque Donald Trump lleve sangre rusa judía en las venas.
Todo indica que “El tigre de papel” de las barras y las estrellas seguirá echando mentiras al mundo para salvar el pellejo, una vez que el escándalo de la sombra rusa en las elecciones presidenciales del 2016 lo acosa, hasta en el baño, de la Casa Blanca y amenaza acabar con su aberrante régimen, que ha significado para los Estados Unidos, el principio del fin del imperio de las barras y las estrellas.