John Reed: México Insurgente
¬ Humberto Matalí Hernández jueves 3, Nov 2011Al son de las fábulas
Humberto Matalí Hernández
-¡Qué valientes somos los mexicanos
-dijo festivamente-. Nos matamos
unos a otros, como esto!…
John Reed. | México Insurgente
Los testimonios del proceso inicial de la Revolución Mexicana, durante la secuela al asesinato de Francisco I. Madero, escritos por John Reed (Portland 1887-Moscú 1920) son sin duda alguna de los relatos escritos más reales y conceptuales, reunidos por un excelente periodista, que convivió con el torbellino de caos y violencia, con mente guerrera que fue Francisco Villa y encontró a un caricaturizado Venustiano Carranza.
“México Insurgente” es sin duda un documento impactante al relatar la lucha posterior al asesinato de Madero y la guerra contra el gobierno tiránico de Victoriano Huerta, como centro de la confrontación por el poder entre los caudillos revolucionarios del país. Un libro que por la ceguera oficial y la censura impuesta al movimiento revolucionario por el festivo gobierno derechista que se topó con el Centenario de la Revolución Mexicana, debió ser revisado difundido en este año del centenario.
John Reed -Pancho Villa lo bautizó como “Juanito”- permaneció en México entre 1911 y 1914, como corresponsal de la revista estadounidense Metropolitan. En su país era un reportero con amplio prestigio profesional. Graduado en Harvard, donde como hombre de izquierda fundó un club socialista en el centro de formación de los reaccionarios y conservadores de esa universidad. También funda periódico, con redactado mordaz y sarcásticamente, que lo incorpora al periodismo profesional. Viaja por diferentes partes de los Estados Unidos para cubrir huelgas y protestas contra los consorcios explotadores de los trabajadores. Lo impulsa la lucha obrera aprendida de su padre. Es también un socialista activo. Como corresponsal fue testigo de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución de Octubre en Rusia y el ascenso al poder de los bolcheviques en l917.
En 1911 llega a México como corresponsal e inicia la odisea de convivir, estudiar e investigar la lucha revolucionaria. Para ello, conoce y trata a diversos caudillos, en especial a Pancho Villa y estudia a Venustiano Carranza. Del general Villa logra uno de los mejores retratos, sólo superado por las excelsas crónicas de Martín Luis Guzmán, en “Memorias de Pancho Villa”. Las dos son descripciones tomadas directamente del personaje.
Durante cerca de 50 años, México Insurgente fue una obra olvidada, ignorada como resultado de la hipocresía oficial y por temor a las crudas y violentas descripciones de Red. Además vivían varios de los caudillos y guías revolucionarios, algunos protagonistas de la barbarie descrita en el libro. No se prohibió su publicación, pero se le anuló.
Comprometido emotiva y políticamente con las demandas revolucionarias, John Reed se transforma de imparcial periodista en un partidario de las exigencias sociales, al integrarse a las demandas de justicia, el resultado es la riqueza descriptiva de sus crónicas, donde reconoce la importancia de la lucha social de los campesinos y obreros. Pero es objetivo.
A través de anécdotas y crónicas devela la personalidad de Francisco Villa. Muestra su lado humano, tanto como los arranques violentos y furia, que supone son calculados.
Se ha esparcido un gran número de historias sobre las violaciones de mujeres por Villa. Le pregunté si eran verídicas. Tiró de su bigote y se me quedó mirando fijamente largo rato con una expresión inescrutable.
-Nunca me he molestado en desmentir esas consejas –dijo-. También dicen que soy un bandido. Bien; usted conoce mi historia. Dígame: ¿ha conocido usted alguna vez a un esposo, padre o hermano de una mujer que yo haya violado? -Hizo una pausa y agregó-: ¿O siquiera un testigo?
Después Reed hace una magnífica y breve descripción del general Villa:
Fascina observarlo descubrir nuevas ideas. Hay que tener presente que ignora en absoluto las dificultades, confusiones y reajustes de la civilización moderna.
-El socialismo, ¿es alguna cosa posible? Yo sólo lo veo en los libros, y no leo mucho, es la respuesta rescatada por el periodista.
Sobre Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista, John Reed logra una magistral crónica, donde narra la única entrevista que le hizo, acompañado de otros corresponsales, en el cuartel de Hermosillo, Sonora.
Era Venustiano Carranza: un hombre de vida recta y altos ideales; un aristócrata, descendiente de la raza española dominante; un gran terrateniente, ya que sus familiares siempre habían sido grandes latifundistas…, después lo describe durante la entrevista, como histriónico, soberbio, que dirige el levantamiento armado desde la oscuridad de una habitación tétrica y a pesar de las tinieblas no se quita los lentes negros, un mesiánico que menosprecia a Francisco Villa, al considerarlo obediente como un soldado raso.
Contraste de hombres, uno del pueblo y el otro criollo con aires nacionalistas y redentores, que como en la actualidad, 90 años después siguen en la misma pugna y aberrante soberbia.
John Reed muere en 1920 en Moscú, convertido en todo un socialista. Por el libro Diez días que estremecieron al mundo los soviéticos le rindieron homenaje de héroe, al sepultarlo en el Kremlin. En la nueva Rusia es un personaje respetado y su obra difundida.
Existen varias ediciones de las dos obras, en especial destaca la de Porrúa que las reúne en un tomo. Por cierto, en las principales librerías hay un contraste de precios. Hay ediciones baratas de 30 pesos y otras caras que valen tres veces más. En l973 la extinta Ediciones de Cultura Popular, presentó la primera edición y con un excelente análisis. Con suerte se puede encontrar en algunas librerías de viejo.
En la década de los setenta, Paul Leduc dirigió una excelente versión cinematográfica con Claudio Obregón en el papel de John Reed. Villa es interpretado por Heraclio Zepeda. Aparece nuevo novelista.
El domingo 28 de noviembre en la feria del libro tapatía aparece la primera novela, de lo que promete ser una secuela, sobre imaginarios crímenes donde intervienen motivos de los prelados y miembros del alto clero católico. El autor es Alejandro Villagrán, que presentó Andreo, hijo de Dios. La obra viene dentro de la colección de La escritura invisible de la casa editorial Terracota.
En unos días este espacio hará la síntesis de la obra de Alejandro Villagrán que lo merece por original, por los personajes y sobre todo porque es un excelente guía de los pasillos intrigantes del Vaticano.