¡Vaya con los Anaya!
¬ Salvador Estrada jueves 26, Oct 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
Los Anaya son ahora el blanco de ataques por su comportamiento personal o por su actuación en la vida política, lo cual los hace aparecer ante la ciudadanía “como los malos de la película”.
El primer Anaya es Ricardo, presidente del Partido Acción Nacional, y el segundo es Alberto Anaya, líder nacional del Partido del Trabajo y cada uno es señalado por diversos motivos.
Ricardo Anaya, a quien legisladores lo anunciaron en cartulina como “Canaya”, resulta que ahora es “traidor”, calificativo que le endilgó, la secretaria general del Movimiento de Regeneración Nacional, Yeidckol Polevnsky.
La “güera de Morena” señala que Ricardo Anaya, debido a sus aspiraciones presidenciales ha traicionado a diversos personajes del PAN y ha dividido a su partido, por lo cual es “traidor número uno de la derecha”.
Dice la Polevnsky que Ricardito ha traicionado a todos con los que ha trabajado, lo mismo a Gustavo Madero que a Felipe Calderón, y que en el PAN hay gente muy dolida, muy lastimada, por él.
Y Alberto Anaya, que se acaba de reelegir en el cargo, para quedar en el Récord Guinness, por ser dueño y presidente del partido desde 1990, está defendiendo a su esposa, María Guadalupe Rodríguez, por haber desviado ¡cien millones de pesos! destinados a Centros de Desarrollo Infantil. Se cree que Héctor Quiroz, líder del PT en Aguascalientes, es coautor de una red de lavado de dinero, liderada por Lupe Rodríguez, lo cual está siendo investigado. Por “ese pequeño detalle”, Héctor Quiroz fue a comparecer en el Reclusorio Norte, porque de esa lana se le entregaron 12 millones.
Y mientras se aclara “la danza de los millones”, Alberto Anaya ya sacó la cara para defender a su señora. Dice que los liderazgos del Partido del Trabajo estamos limpios y que el PT irá con Andrés Manuel López Obrador.
Los conocedores creen igual que Alberto, que esa acusación de lavado de dinero, obedece a que cambió de bando y no le fue fiel a quien lo ayudó para que no perdiera el registro de su partido en las elecciones del 2012.
Sin embargo, no se descarta que para aclarar el caso, los Anaya, su esposa y él, sean llamados a declarar o se les gire orden de aprehensión.
Con esas “broncas” político-personales los ciudadanos ya no saben qué rayos pasa y exclaman: ¡vaya con los Anaya! Uno, traidor y “CAnaya”, y otro, “chaquetero”, por cambiar de bando.