Los rezagados del PRI
Ramón Zurita Sahagún martes 12, Sep 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Arrancaron con un supuesto piso parejo, pero de un gran contingente de aspirantes presidenciales que se sintieron con derecho de buscar la nominación priísta, el número se ha reducido sensiblemente.
Varios de ellos mantienen sus esperanzas latentes y realizan movimientos tendientes a posicionarse, aunque saben que sus ilusiones son vanas y lejanas de concretarse.
De una baraja en la que se incluían los nombres de varios secretarios del gabinete y de otros personajes ajenos al mismo, se disminuyó sensiblemente el número de aspirantes.
Uno a uno fueron marginados, quedando en cada momento menos prospectos.
Algunos de ellos mantienen esperanzas de lograr revertir esa tendencia que los dejó fuera, pero se advierte casi imposible que suceda.
Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, tomó un segundo aire cuando Donald Trump ganó la elección en Estados Unidos y el fue designado secretario de Relaciones Exteriores, pero se nota lejano de toda posibilidad de ser candidato.
Eso sí, Videgaray tiene en dos de sus principales pupilos al posible candidato presidencial del tricolor: José Antonio Meade Kuribreña y Aurelio Nuño Mayer.
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, sigue siendo el mejor posicionado de todos los priístas, aunque se le dan pocas posibilidades de ser el abanderado del tricolor, basado en los negativos que arrastra y que son, el mal manejo de los programas de seguridad y su incapacidad para desterrar la violencia.
José Eduardo Calzada Rovirosa, secretario de Agricultura, hace hasta lo imposible por ser tomado en cuenta, aunque no le funciona y sigue lejano del conocimiento popular.
Se la agrega su fracaso como gobernante para mantener al PRI como el partido gobernante en Querétaro, con todo y que le dejó que impusiera a su candidato.
Claudia Ruiz Salinas dejó de ser considerada cuando fue nombrada secretaria general del PRI, luego de pasar por dos secretarías del gabinete presidencial. Primero fue secretaria de Turismo y después de Relaciones Exteriores. En realidad nadie la daba posibilidades de insertarse, pero ella maniobró para presentarse como la mujer con mayores posibilidades dentro del partido tricolor.
Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía. En algún momento se pensó en él por ser otro personaje priísta con una gran carrera, donde ha sido diputado, senador, gobernador, secretario de Turismo, de Energía, director de Fonatur, presidente nacional del PRI, con una carrera que abarca cuarenta años como político y con buena imagen, alejada de escándalos y muchos más de la corrupción que sacude actualmente al mundo priísta.
El problema de Joaquín Coldwell es su figura apocada y sin luces, que le impediría un posicionamiento rápido.
Enrique de la Madrid Cordero es el más enjundioso perseguidor de la candidatura presidencial del PRI, aunque poco caso le hacen. Su propósito no encaja en ningún sitio, declara que está listo, saca videos, da entrevistas, manda mensajes en las redes sociales y nada, no crece ni en las encuestas ni en el conocimiento de la gente hacia su persona.
Rosario Robles Berlanga, titular de Sedatu, su pasado la persigue, pero tampoco es militante del PRI, aunque eso ya no es obstáculo para ello. Rosario no ha sido considerada para ello, ya que es pieza fundamental en el esquema de gobierno del Presidente Enrique Peña nieto, con todo y los señalamientos que se hacen contra ella, desde sus tiempos de titular de Sedesol.
Existe un sexteto de secretarios que nadie ha tomado en cuenta como aspirantes presidenciales, unos porque se les considera sin el talante suficiente para ello, otros por las acusaciones en su contra.
Luis Miranda Nava, secretario de Desarrollo Social, es sumamente prepotente e ignorante, aunque se mantiene en cargos de primera línea por su cercanía con el Presidente Peña Nieto.
Ildefonso Guajardo Villarreal, secretario de Economía, es un político de bajo perfil que desarrolla bien su labor, pero que está encargado de las negociaciones del TLC y se encuentra sumamente ocupado en ello.
Arely Gómez González, de la Función Pública, pasó de la PGR a esa titularidad, sin que se genere nada destacable.
Gerardo Ruz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, está cuestionado por abusos y supuesto actos de corrupción dentro de su dependencia y es de los secretarios peor calificados.
Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo, salvo el escándalo de acusaciones que sobre él hizo el abogado Carlos Salazar Douglas, ha pasado sin problema en la dependencia.
Rafael Pacchiano Alama, encargado de la Semarnat, es otro no priísta que pasa sin pena ni gloria por la dependencia.
Los militares, Vidal Soberón, de Marina y Salvador Cienfuegos de Sedena, no juegan en esta liga.
Toda esa situación deja al PRI con la opción de una terna, donde parece reducirse a dos, con el tercero manteniéndose en la cuerda floja. José Antonio Meade y Aurelio Nuño se mantienen a la cabeza de las preferencias priístas, mientras José Narro se aferra a dicha posibilidad.
Yunes y Yunes
Lo que bien se aprende no se olvida y Miguel Ángel Yunes, gobernador de Veracruz, sabe de estrategias electorales, por lo que la aparición de despensas con el logo de su hijo, el principal aspirante panista al gobierno de Veracruz, no está lejanos de su conocimiento.
Es cierto que se sancionó a varios funcionarios que se prestaron a dicho juego, pero eso hace recordar lo que hacía su principal adversario, Fidel Herrera Beltrán en tiempos electorales, la divulgación de la marca Tío Fide, en una bebida que se repartía gratis y otros productos.
Bien harían las autoridades electorales en contabilizar y sancionar a quien fue el promotor de dicho reparto.