Anaya y su futuro incierto
¬ Augusto Corro miércoles 31, May 2017Punto por punto
Augusto Corro
La derrota de Josefina Vázquez Mota afectará la imagen de ganador del líder panista, Ricardo Anaya.
La blanquiazul no triunfará en el Estado de México (Edomex). Lo que al principio de la campaña parecía una aspirante con todo para llegar al poder estatal, poco a poco se vino abajo.
Según las encuestas cayó al cuarto lugar de las preferencias electorales.
Ese resultado negativo para los panistas afectará al dirigente nacional panista, Ricardo Anaya, porque perderá la joya de la corona.
Aunque es posible que el PAN triunfe en Coahuila, la pérdida de la gubernatura en el Estado de México será demoledora para el dirigente.
No tendrá la fuerza suficiente para conseguir el apoyo de los militantes de su partido en la búsqueda de la candidatura presidencial en el 2018.
Aunque le arrebató al Partido Revolucionario Institucional (PRI) siete gubernaturas en las últimas elecciones, la derrota en el Edomex debilitará su capital político.
Es seguro que ya tomó las medidas pertinentes para enfrentar la situación difícil que se avecina. Sus adversarios tendrán los argumentos necesarios para frenar sus aspiraciones.
Es posible que ante esa situación se abra más la puerta para darles acceso a otros aspirantes a la candidatura presidencial, que también desean Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, y el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Anaya dijo que definiría su situación rumbo a los comicios presidenciales después del 4 de junio próximo. En caso de confirmar sus deseos de participar en la lucha por llegar a Los Pinos, tendría que renunciar al liderazgo.
Así como obtuvo victorias importantes en los estados, Anaya sufrirá la derrota más importante con Vázquez Mota en el Edomex. La candidata panista no pudo levantar vuelo.
Una cosa sí es segura: en Acción Nacional se intensificará la lucha por el poder, con su dirigente devaluado por la derrota ya anunciada de su partido en las elecciones mexiquenses.
URGIDOS DE DIRIGENTE
Juan Zepeda, candidato perredista a la gubernatura del Estado de México, se encuentra en los cuernos de la luna. No faltaba más. Sus seguidores y los propios dirigentes de su partido así lo manifiestan.
Colocarse en tercer lugar como aspirante al gobierno de la mencionada entidad no refleja mayor importancia. Sin embargo, en el PRD ya empezaron las especulaciones de llevar a Zepeda a la dirigencia nacional del sol azteca.
Los amarillos se encuentran urgidos de un líder que saque al partido del hoyo al que lo llevaron el divisionismo y otros errores. Los dirigentes de los últimos años, con su entreguismo al gobierno federal dañaron la imagen del partido.
En el presente, Alejandra Barrales se encuentra al frente de esa institución política y desde que llegó a la dirigencia los problemas se multiplicaron. Entre éstos se encuentra la renuncia de un grupo de senadores a la militancia perredista.
Otro, su presunto interés por aliarse con Acción Nacional para las elecciones presidenciales del próximo año. Luego surgió el rechazo de las tribus amarillas.
Hace varios años los líderes del PRD abandonaron el partido y lo dejaron en la orfandad política. Desde entonces, los líderes escasearon en esa organización política. Les urge conseguir un dirigente. Por eso, Juan Zepeda, aunque sea con pocos méritos, tiene las posibilidades de convertirse en el presidente nacional perredista que esperan los amarillos. Vaya.
TRAS LOS TRAIDORES
Para seguir en la misma sintonía del conflicto, en la cúpula del poder perredista ya se habla de una purga de traidores. Sí, de aquellos militantes y líderes que se presentaron en mítines de otros partidos políticos.
La dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, según trascendió, llamará a cuentas a aquellos amarillos, de diferentes jerarquías, que sin recato alguno manifestaron su apoyo a los morenos.
La dirigencia tendrá que reflexionar sobre su posible actitud exigir cuentas a los perredistas de corazón morenista, porque en una de esas el éxodo correligionarios empezó hace ya varios ayeres, como señalamos líneas arriba.
Para el PRD no terminarán los problemas, porque los amarillos saben bien que si son maltratados en su partido, tienen otras opciones políticas para su militancia en la izquierda.
A Alejandra Barrales le quedó muy grande el cargo de dirigente de un partido en vías de extinción.