No pueden solos
Ramón Zurita Sahagún lunes 29, May 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En México se pusieron de moda las alianzas de los partidos políticos, al comprobarse que ninguno de ellos reúne las características necesarias para ganar solos una elección en las urnas.
Las alianzas se dan de todo tipo, entre partidos antagónicos, de distintas ideologías, de facto, pero todas conllevan un propósito común, hacerse del poder y desde ahí incumplir sus promesas de campaña con los ciudadanos y con sus aliados.
Es curioso ver cómo los partidos menores se alquilan al mejor postor y se ven en alianza con la izquierda, con la derecha, con el centro o con quien mejores condiciones les proponga.
En el Estado de México, los partidos participantes dejan en claro que sus candidatos no convencen al número de ciudadanos necesarios para obtener los votos que los lleven el anhelado gobierno estatal.
Todos intentan mostrar que son lo suficientemente grandes para ganar, pero en el terreno de la realidad muestran lo contrario y recurren al llamado para que se les unan otros aspirantes o convocan a la declinación de los candidatos catalogados como menores.
Morena es un partido que se jacta de no hacer alianzas con nadie, ya que la fuerza de sus seguidores es suficiente para lograr sus propósitos, pero lo hace también como regla general para no contaminar sus filas con elementos nefastos o que lleguen precedidos de mala fama.
En Veracruz tuvo su primera oportunidad de triunfo en los comicios del cinco de junio pasado y aunque su candidato creció de manera rápida, quedó en tercer lugar, alejado 200 mil votos del ganador y a cien mil del segundo lugar.
Fue un gran despertar del partido que un año antes había conseguido su registro y más que con un candidato desconocido en el estado consiguiera más de 800 mil votos.
Ese experimento dio paso a buscar un fenómeno similar en el Estado de México, donde una maestra (Delfina Gómez Álvarez) que había ganado los comicios para alcaldesa en Texcoco y la diputación federal por ese distrito del oriente del estado, fuese seleccionada como la abandera de este partido nuevo y su nominación prendió en la ciudadanía.
El fenómeno Delfina sacudió, aunque parece, finalmente, que no le alcanzará a su partido para llevarla a la victoria, por lo que el dirigente nacional de su partido Andrés Manuel López Obrador, convocó a otras fuerzas políticas a sumarse a su abanderada.
Los morenistas no previeron ese escenario, por lo que AMLO recurrió primero al exhorto y después al chantaje y amenazas de que aquellos que no apoyaran en el Estado de México quedarían fuera de todo tipo de alianzas en la presidencial del 2018.
Tal vez, la presión ejercida para que ocurriese este fenómeno de adhesión no fue la adecuada, aunque los resultados del Estado de México, sin importar quien gane, mostrarán la necesidad de que los partidos recurran a las alianzas con rumbo a la presidencial del 2018.
Morena siempre se ha mostrado reacio a esas alianzas, pero las circunstancias lo pueden orillar a buscarlas de nueva cuenta o aceptar la adhesión de los demás partidos de izquierda, para formar una gran alianza.
Los demás partidos si son propensos a las alianzas, las hacen de todo tipo y en algunos casos les reditúan favorablemente, pero en otras les quedan a deber.
Al PAN le fue benéfica la alianza con el Partido Verde en la presidencial del 2000, la que ganó con su candidato Vicente Fox Quesada, aunque su relación terminó con esa victoria y los del partido del tucán procedieron a aliarse con el PRI.
Después de eso, el PAN optó por consignar alianza con el PRD en algunos estados, lo que se volvió productivo, ganando algunos estados y ahora busca refrendar esa alianza en la presidencial.
El PRI, el antes poderoso partido, sabe que solo no va a ningún sitio y recurre al compromiso con el Partido Verde y la anexión de otros pequeños partidos, que venden su amor a alto costo.
Los priistas tienen como clientes a Nueva Alianza, que también se une al PAN en algunos estados y a Encuentro Social (otro partido nuevo) que lo mismo va solo, que se alía con el PRI o con quien le ofrezca mejores condiciones.
Un partido que se puede catalogar como pordiosero, que vive de la limosna pública es el PT, que lo mismo se alía con los partidos de izquierda que con el PRI o con el mejor postor.
Otro de los partidos sobrevivientes es Movimiento Ciudadano, el que mantiene, hasta el momento, sus alianzas con la izquierda o hasta va solo en algunos comicios o se niega a participar en otros.
Todos ellos verán, de acuerdo a los resultados, en la elección del Estado de México la necesidad de jalar con algunos otros partidos en una mega alianza o determinar si se atreven a ir solos en la contienda presidencial, con el riesgo de que sus votantes no les alcancen para una eventual victoria.
Lo cierto es que la mayoría de ellos están conscientes de que para ganar los comicios se requiere del establecimiento de alianzas, aunque estas no sean lo más ortodoxas posibles y, en algunos casos, le produzcan rechazo de los militantes y ciudadanos en general.
Cobertura total
Lejos de declinar a favor de otro candidato (Juan Zepeda), la panista Josefina Vázquez Mota, aseguró que su partido tendrá una cobertura del 100 por ciento de las casillas y de esa forma logrará un triunfo, que ni siquiera en su partido ven.