¿Candidatas en México?
Ramón Zurita Sahagún martes 2, Nov 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El triunfo de Dilma Rousseff, candidata presidencial oficialista en Brasil, reanimó el tema sobre la posibilidad de que una mujer gobierne México. Cierto es que la mujer encuentra un espacio importante dentro de la actividad política nacional y que varias de esas mujeres se encuentran más capacitadas que sus colegas del otro género.
También que la ciudadanía ve con simpatías esa posibilidad y que existen mujeres que podrían hacer mejor papel dentro de la administración pública que varios de los últimos presidentes de la República.
Y aunque el número de mujeres sumamente capaces es enorme, la realidad es que pocas políticas se encuentran en buen posicionamiento, como para ser lanzadas por algún partido como sus candidatas presidenciales.
Tres de ellas podrían ser establecidas dentro del género de políticas-políticas y desempeñan un favorable papel dentro de esta actividad, donde dos de ellas tienen amplias posibilidades de competir por la candidatura y la otra se encuentra más rezagada.
Beatriz Paredes Rangel, priísta y Josefina Vázquez Mota, panista, son las dos mujeres mejor posicionadas políticamente y que se encuentran ubicadas dentro del rango de posibilidades con miras al 2012. Otra priísta, Ivonne Ortega Pacheco, es animada para revelar sus propósitos con esa mira.
Sin embargo, doña Beatriz y doña Josefina no se encuentran en su mejor momento político y sus posibilidades son mínimas, más en el caso de la priísta que la panista.
Con una hoja de servicios espectacular, Beatriz ha sido cuatro veces diputada federal, una más senadora, gobernadora, embajadora, subsecretaria de Gobernación y de la Reforma Agraria, dirigente del sector campesino y presidenta de su partido, además de coordinadora de su bancada en la Cámara de Diputados y es la única persona en la historia política de México en responder a tres informe presidenciales.
Pocos políticos, hombres o mujeres, reúnen tantos cargos de primer nivel como la todavía presidenta del PRI, a la que solamente le falta ocupar dos posiciones: una secretaría del gabinete presidencial y la candidatura presidencial de un partido. Con todo y ello, las posibilidades de Beatriz son escasas, ya que por encima de ella, en posicionamiento electoral, se encuentran el fenómeno Enrique Peña Nieto y el experimentado Manlio Fabio Beltrones, cuando menos dentro de su partido.
Mayores posibilidades tiene la panista Josefina, con una hoja adecuada a sus pretensiones, la que construyó en una década, con cargos de primer nivel. La actual coordinadora de la bancada panista en la Cámara de Diputados, fungió además como secretaria de Desarrollo Social en la administración presidencial de Vicente Fox y secretaria de Educación Pública en la de Felipe Calderón. Dos veces diputada federal y coordinadora electoral de la campaña presidencial de Felipe Calderón, son los pocos cargos, pero todos ellos de relevancia que acumula.
Dentro de su partido no se advierte claridad, ni ventaja de quienes podrían disputar con ella la candidatura presidencial. Ernesto Cordero, Heriberto Félix, Alonso Lujambio, Juan Molinar y Javier Lozano, entre otros, no han permeado entre los potenciales electorales más de lo que lo ha hecho Josefina.
En el caso de la gobernadora de Yucatán, su carrera ha sido vertiginosa, saltando de un cargo público a otro, sin concluir el anterior. Fue alcaldesa, diputada local, diputada federal, senadora y hoy gobernadora, pero los expertos consideran que le falta madurar y que a sus 38 años puede esperar todavía un sexenio más, para mostrar su potencial político.
Otra política que fue considerada dentro del abanico de posibilidades presidenciales fue la perredista Amalia García Medina, ex gobernadora de Zacatecas, con una buena hoja curricular, por su paso por la diputación local, federal, senaduría, presidenta del partido (PRD) y gobernadora, pero a la que su castillo de naipes se le vino abajo con los desfiguros realizados en su actuación como gobernadora y la gran carga de mal gobierno dejada, con un fuerte tufo a corrupción.
En la historia política reciente, cuando menos cinco candidatas han sido presentadas en los cinco últimos procesos electorales presidenciales, con resultados que no dejarían satisfechos a nadie.
Rosario Ibarra fue hasta en dos ocasiones candidata presidencial del mismo partido (PRT) hoy desaparecido y con el que no consiguió nada. En 1982 logró la supervivencia del partido, pero sin derecho a representantes populares y seis años después perdió el registro.
Cecilia Soto, candidata del Partido del Trabajo es la que mejor papel realizó en una contienda presidencial, cuando registró el 2.75 por ciento de los sufragios emitidos y garantizó la primera bancada de este partido en la Cámara de Diputados.
Marcela Lombardo, hija del legendario Vicente Lombardo Toledano, compitió en la misma elección que Cecilia, quedando rezagada, sin lograr refrendar el registro del anquilosado Partido Popular Socialista.
Patricia Mercado intentó dos veces competir por la Presidencia de la República (2000 y 2006), consiguiéndolo en la segunda ocasión. Su participación fue pobre y el partido perdió el registro nacional como tal, al no alcanzar el porcentaje necesario para ello.
Viéndolo objetivamente, la participación de las mujeres como candidatas presidenciales ha sido pobre, aunque ahora la historia podría cambiar.
*Grandioso el megapuente tomado por diputados y senadores, el que deberá servirles para recargar las pilas y volver con ánimo a sus tareas legislativas, las que se acumulan al reducirse el tiempo del período ordinario de sesiones que deberá concluir el 15 de diciembre próximo.
Por lo pronto, los diputados deberán aprobar, con la mayor prontitud posible, los nombres de los tres nuevos consejeros del IFE, los que debieron presentarse en días pasados.
También tienen encima la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, el que, aparentemente, se encuentra planchado.