¿Y la familia?
¬ Salvador Estrada martes 23, May 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
Por primera vez, de verdad, se rompió el silencio en Los Pinos. El presidente Peña Nieto pidió un minuto de silencio por los periodistas asesinados, pero los comunicadores asistentes lo rompieron gritando ¡justicia!, ¡justicia!
Este grito se lanzó por el asesinato del periodista Javier Valdez y por los caídos en el cumplimiento de su deber en lo que va del sexenio, pero exigir justicia para castigar a los criminales no es suficiente. Con la muerte de los periodistas sus familias quedan desprotegidas, sin el sustento diario. No hay protección para ellas. Están condenadas a vivir en el abandono.
La justicia debe llegar a las familias de los periodistas asesinados y es menester que se legisle para otorgar un seguro de vida a las viudas y huérfanos de los comunicadores que caen en el cumplimiento de su deber.
A la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos Contra la Libertad de Expresión se le debe de otorgar por ley un fondo suficiente destinado a las familias que quedan en la orfandad, a fin de que puedan sobrevivir, independientemente de que brinden protección a los comunicadores y sus familias ante agresiones que pudieran vivir.
Para darle efectividad a la acción de la justicia el fiscal fue cambiado. Entró un Ricardo, por otro Ricardo. Se fue Nájera y llegó Sánchez. El primero no logró sacar adelante su trabajo para hacerle un reconocimiento. Este segundo tendrá que redoblar esfuerzos y trabajar con dedicación y sin límite de tiempo, porque sólo cuenta con 19 meses para cumplir su cometido.
La mayoría de los asesinatos se cometieron en los estados de Sonora, Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz y fueron atraídos por la Procuraduría de General de la República, pero hasta ahora no se han dado a conocer los avances de la investigación y mucho menos se han presentado a los asesinos. La justicia no es pronta ni expedita en el caso de los periodistas que caen muertos perforados por las balas a las afueras de su casa o en sus centros de trabajo.
Ya basta de cuentos y de demagogia. No más mentiras a la ciudadanía. El gobernador de Chihuahua, Javier Corral, anunció que ya se había identificado a los asesinos de la periodista Miroslava Breach, pero hasta el momento nada de nada, sólo lo anunció para “quitarse la presión de los medios” y salir del paso.
No basta con pedir justicia. Urge acabar con la corrupción en la que viven los políticos y aplicar la ley para que puedan ser aprehendidos, juzgados y encarcelados y quitarles “el fuero de la impunidad”.
Ya no es suficiente “romper el silencio” para clamar justicia. Ahora hay que romper la cadena de corrupción e impunidad. Y acabar con la violencia que se vive en muchos estados del país y en la Ciudad de México. Y proteger a las familias de los periodistas que han sido asesinados, que no se sabe si por políticos o por los cárteles.