En la carrera presidencial aún nada para nadie; no hay que olvidar que los sondeos pueden fallar
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 10, Abr 2017Como veo, doy
Jorg Palacios
- “Las encuestas me merecen respeto, pero todavía no inicia el año electoral”: Jesús Zambrano
- “Lo peor que pueden hacer los partidos es guiarse por las encuestas”: Javier Herrera
Ahora que están de moda las mediciones de opinión en vísperas de la sucesión presidencial de 2018 y después de que casi ninguna de las encuestas le atinó en los sondeos que se hicieron en torno a las elecciones que hubo a fines del año pasado en los Estados Unidos, donde la mayoría perfiló que ganaría la candidata del partido demócrata, Hillary Clinton, y al final ganó el republicano Donald Trump, es válido preguntarnos por el valor que los ciudadanos mexicanos debemos dar a los prematuros resultados que circulan en medios de información tradicionales, digitales y todo tipo de redes sociales respecto al proceso electoral que se avecina.
Aunque para los encuestadores representa una fotografía del momento o un termómetro sobre el referido proceso electoral, todas tienen como finalidad predecir quién va a ganar la elección o anticipar en términos probabilísticos el partido o el candidato que tendría una mayor posibilidad de triunfar y tan solo la semana pasada llegaron a la opinión pública tres estudios con resultados diferentes y más allá de ellos nos surge otra pregunta ¿será el ánimo de los electores el mismo de este año para el siguiente?
Y las preguntas surgen porque ante la encuesta realizada por El Financiero, que señala la caída del hasta ahora puntero en las encuestas AMLO, en las redes sociales se calentaron los ánimos entre los seguidores de este personaje y lo menos que hicieron fue descalificar la metodología de la misma.
Ah, pero esos que se molestaron por el muestreo negativo contra su favorito son los mismos que en el espacio cibernético aplaudieron los ejercicios respectivos en Excélsior y El Universal, porque ahí sí sus preferencias se vieron correspondidas.
Sin que sea nuestra intención descalificar uno u otro resultado y sin que haya necesidad de confrontar metodologías de cada uno de los estudios de opinión realizados, lo importante en estos casos es considerar los tiempos y las circunstancias para adelantar los acontecimientos, y en ese interés es preciso señalar que el año electoral para lo que se conoce como la madre de todas la elecciones, la presidencial, aun no inicia, y salvo el candidato con casi quince años en campaña, en la mayoría de los partidos no hay definición de candidatos ni campañas adelantadas, por lo que un acercamiento a la realidad, a través de los estudios demoscópicos, tendría que hacerse cuando menos ya iniciado el año electoral, eso aunque ninguna de ellas nos puede asegurar que sus resultados serán los mismos del día de la jornada electoral, porque las encuestas son un aviso de cómo va la competencia más no un adelanto de cómo terminará.
Ya dimos el ejemplo estadounidense y eso nos permite asegurar que en la carrera presidencial no hay nada asegurado para nadie de los posibles competidores, todavía.
VA MI RESTO.- “Las diversas encuestas me merecen respeto”, nos dice al respecto el vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva, y precisa que si acaso tiene la enorme duda de si “se hicieron bien”.
Y abunda que hay que tomar en cuenta que “todavía ni siquiera inicia el proceso electoral, va a arrancar allá por la primera semana del mes de septiembre y luego a finales del año se van a ir quedando claramente establecidas las candidaturas y particularmente las posibles coaliciones o alianzas electorales para la elección presidencial, y será hasta dentro de 10 u 11 meses cuando empiecen las campañas”.
“He conocido muchas campañas -añade Zambrano Grijalva– y vaya que he estado en muchas de ellas, recuerdo por lo menos la de 2006, en donde el puntero en las encuestas, que era Andrés Manuel López Obrador, llevaba una ventaja de alrededor 14 puntos y terminó prácticamente empatada, entonces no me angustian las encuestas, las respeto, hay que tomarlas en cuenta, algo te están diciendo cercano a la realidad”.
En el mismo sentido, el diputado federal del PVEM, Javier Herrera, vicecoordinador de la bancada verde, nos hizo un comentario sobre el valor de las encuestas dadas a conocer.
“Lo peor que pueden hacer los partidos es guiarse por las encuestas, además de que han fracasado.
Entonces lo que menos se puede hacer hoy, es confiar o basar decisiones políticas con base en ellas”, apuntó.
En fin, con las encuestas hay que irse con cuidado porque los que saben dicen que como herramientas para medir el estado de ánimo de los electores han dejado de ser certeras y en algunos casos hasta se dice que los ejercicios demoscópicos tradicionales, o sea levantamientos por teléfono, casa por casa o en el tú a tú, en la era conocida como de “los algoritmos” o “el internet”, hoy en día parecen obsoletas.
Y en ese contexto es como hay que darles su valor a dichos sondeos, porque eso de querer adelantar vísperas puede resultar entretenido hasta que uno se da cuenta que para quien se despierta temprano siempre existirá otro que se desvela, y hasta ahí porque como veo, doy.