Se diluye la generación post-revolucionaria
Roberto Vizcaíno lunes 27, Feb 2017Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El sábado murió Gustavo Carvajal Moreno. Lo conocí bien. Fuimos amigos desde los 70, cuando él era jefe de prensa de la UNAM, con Pablo González Casanova como rector.
Con su muerte se diluye la última generación de la post-revolución. De ella quedan ya pocos. Con mucha edad y enfermedades encima.
Gustavo no sólo fue un gran mexicano de su tiempo, de ideales surgidos de la Revolución de 1910 e ideología de avanzada, sino un personaje que sin tener cargo diplomático alguno, navegó por todos los movimientos progresistas del mundo entero, no sólo de América Latina, donde concentró su mayor legado.
Amigo personal de líderes de la talla de Fidel Castro, Felipe González o Luis Inazio Lula da Silva, que de guerrilleros como Manuel Marulanda Vélez, reconocido durante decenios como “Tiro Fijo”, creador y líder de las FARC hasta su muerte.
Muy cercano a dirigentes de la socialemocracia europea, o a los movimientos emergentes de Latinoamérica, Gustavo era un viajero incansable. No había mes que no estuviera arriba de varios aviones para ir a conversar con alguien en Chile o Argentina o en Dinamarca o París, siempre para intervenir en la solución de algún conflicto regional, el impulso a algún programa o la solución de algún secuestro.
En esos andares formó parte durante años de las comisiones de Paz para Colombia.
No fueron pocas las veces que en sus casas y dominios protegió a personajes perseguidos por los poderes en turno en sus países. Tampoco fueron pocas las que intervino con senadores o altos funcionarios norteamericanos en Washington para intentar distensionar situaciones con movimientos latinoamericanos.
Gustavo quien me brindó su amistad y que me confió muchas de esas andanzas suyas durante estos 47 últimos años, sin duda fue un ser pleno, que hizo de su vida lo que le gustó, un personaje sin duda de novela que sin embargo pasó casi inadvertido para la mayoría de los mexicanos.
ORIGEN Y DESTINO
Hijo de Ángel Carvajal, ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Energía y de Gobernación en el régimen de su amigo Adolfo Ruiz Cortinez –y se dice, uno de los aspirantes presidenciales de aquella época–, Gustavo nació el 29 de octubre de 1940 en Santiago, Tuxtla, Veracruz, aun cuando el Diccionario Biográfico del Gobierno Mexicano afirma que nació en la ciudad de México.
Desde que yo recuerdo, él siempre dijo que era originario de Los Tuxtlas, y me quedo con eso.
En 1958 ejecuta el primer gran acto político de su vida, al afiliarse al PRI e ingresar a la Dirección Juvenil Nacional del partido que nunca abandonaría.
Luego de cursar Derecho en la UNAM se ocupa como catedrático de la Escuela Nacional Preparatoria y en las facultades de Derecho y de Ciencias Políticas.
Pronto llega a la secretaría particular del titular de la PGR y ahí pasa a ser director de la Prepa 6 en Coyoacán donde vive los acontecimientos del 68.
A la llegada de Pablo González Casanova a la rectoría de la UNAM, inmediatamente después del 68 y de la dimisión del Javier Barros Sierra, es convocado a ser Director General de Información y Relaciones Públicas de la Máxima Casa de Estudios.
Época de turbulencias, González Casanova dura apenas un par de años en la UNAM y Gustavo regresa a la cátedra de la que reaparece a mediados de los 70 como secretario particular del candidato del PRI a la Presidencia de la República, José López Portillo.
Ya como presidente, López Portillo lo designa subsecretario del Trabajo, y después titular de la Reforma Agraria de donde pasa a la dirigencia nacional del PRI desde donde diseña y da vida a la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, la COPPPAL, de la que fue presidente y líder vitalicio hasta su muerte.
Es ahí cuando inicia su participación en la Internacional Socialista, el Parlamento Latinoamericano y otras organizaciones y corrientes progresistas del mundo.
EL EXILIO
Por razones que no le gustaba comentar, vivió el exilio durante el sexenio de Miguel de la Madrid. Esos años los ocupó justamente para, desde París –donde se refugió en un cómodo departamento del arrondissement 16–, ser una especie de embajador sin cartera con la socialdemocracia y los partidos de izquierda europeos.
El presidente Carlos Salinas lo rescata y designa como director de TABAMEX y luego de BANOBRAS y Luis Donaldo Colosio lo impulsa como candidato a senador, cargo que ocupa de 94 a 98.
Aspirante entonces a la gubernatura de Veracruz, es obligado por el presidente Ernesto Zedillo a pedir licencia en el Senado y a ocupar la dirección general de Caminos y Puentes Federales de Ingreso, para así quitarlo del camino de Miguel Alemán Velasco, quien finalmente llega a ese cargo.
En 2000 logra ser diputado federal, Cámara en la que ocupa la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores, desde donde continúa consolidando sus relaciones internacionales.
Para entonces era representante ante el Parlamento Latinoamericano y miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Interparlamentaria Mundial.
Durante sus últimos 10 años fue perdiendo cada vez más su nivel de interlocución con la dirigencia de su partido, a la que de vez en vez acudía ante algún llamado de emergencia, para dar alguna opinión, un comentario, o para ayudarlos a salir de algún problema gracias a sus vínculos y amistades internacionales.
Nunca perdió la lucidez y su ubicación respecto de una realidad política y económica marcada fuertemente por el cambio y la incertidumbre.
Su preocupación central, como suele ocurrir a los políticos de esa generación, siempre fue el país.
Este es un rápido esbozo de este político veracruzano que se nos adelantó la semana pasada. Parte de una generación que se diluye y pierde rápidamente.
VIDEGARAY AHORA EN EL SENADO
Luego de un rápido encuentro con los coordinadores de las bancadas de diputados federales, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, asistirá mañana al pleno de la Cámara de Senadores, donde explicará sus medidas y proyecciones con que enfrenta la ahora conflictiva e incierta relación bilateral México – Estados Unidos.
Esa comparecencia servirá además para analizar el contexto en que opera la nueva administración de EU.
Los senadores pedirán que Videgaray les explique todo lo relacionado con las nuevas acciones ejecutivas sobre migración y seguridad fronteriza y el estado de la renegociación del Tratado de Libre Comercio y la cooperación bilateral en materia de seguridad.
Pablo Escudero indicó que sin duda, durante esta comparecencia, los grupos parlamentarios expondrán su visión y propuestas para construir las posibles respuestas de México ante el clima hostil que permea las acciones del gobierno de los Estados Unidos.
Consideró que el diálogo republicano entre los poderes fortalecerá al Estado mexicano y reafirmará la voluntad de continuar la colaboración para lograr una estrategia que atienda la defensa de nuestros connacionales y sus familias, así como los intereses comerciales y de seguridad de nuestro país.
rvizcainoa@gmail.com
www.endirecto.com.mx
@_RVizcaino
facebook.com/rvizcainoa