Perú, ejemplo anticorrupción
Francisco Rodríguez martes 21, Feb 2017Índice político
Francisco Rodríguez
En unos cuantos minutos, el presidente del Perú, un hombre de la tercera edad, elegido a la buena, puso la pica en Flandes. Pidió a su Congreso decretara la muerte civil para los gobernantes corruptos de su país, dispuso someter al ex mandatario ladrón Alejandro Toledo a la jurisdicción de los tribunales locales, y exigió a las empresas extranjeras pagar las reparaciones de todos los prevaricatos.
Pedro Pablo Kuczynski se ganó la admiración de los latinoamericanos. Sus palabras están dando la vuelta al mundo. Logró que su país recuperara, de un solo golpe, la dignidad arrastrada por los mentecatos, se apropió de las tres erres: rebeldía, rabia y revancha, que las masas contestatarias de estas tierras enarbolan desde hace décadas.
No lo hizo por un afán de aumentar su popularidad. Sólo por elementales razones de justicia popular y sobrevivencia. Cualquier sistema que pretenda estabilidad y gobernanza en el mundo moderno tendrá que acudir de hoy en adelante a la sencilla fórmula que acaba de recetar Kuczynski. No por quince minutos de fama, sino en nombre de la dignidad y de la permanencia.
“Los corruptos no nos robarán la esperanza”: Kuczynski
”En mi sábana blanca vertieron hollín, han echado basura en mi verde jardín, si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar… lo va a lamentar…”, sólo una frase de la moderna trova continental, resonó en los oídos de los corruptos de Latinoamérica. La honestidad del peruano llenó de contenido muchas formas democráticas desafortunadamente en desuso. Regresó el sentido de la historia. Esa es la trascendencia de la decisión de Kuczynski.
Bajo la consigna: “Los corruptos no nos robarán la esperanza”, Kuczynski tomó la iniciativa de bajar la cortina de los negocios peruanos a todas aquellas empresas que se hayan complicitado en el Perú con sus gobernantes, para que nunca más vuelvan a tener derecho a concursar en alguna licitación o merecer un contrato. Puede ser que hace unos días haya cambiado la historia.
Igualmente, decidió que ningún gobernante acusado de corrupción pueda tener siquiera la posibilidad de regresar a la administración, recibir estipendios, competir por un cargo. Les ha decretado la muerte civil. Y es justo: si Alejandro Toledo es detenido, será el segundo presidente tras las rejas, después de Alberto Fujimori, el ex dictador.
La voz popular contra la explotación de nuestros pueblos
¿Cuántas sentencias de este tipo harán falta para cortarles las manos a los ex presidentes Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón? Porque sus infamias también llegan a sus familias, las involucran en actos predatorios contra la soberanía y el patrimonio nacionales.
Todos los contratos que de hoy en adelante sean firmados para proveeduría, obras o servicios con el gobierno peruano, deberán contener la cláusula anticorrupción. Obligarán a las partes a aceptar con anticipación las penas que pueden aplicárseles en todo caso de peculado, robo, abuso de funciones, prevaricato e influencias extraordinarias, dictamina Kuczynski.
Recompensar y proteger a los ciudadanos que denuncien cualquier caso de corrupción de las empresas o del gobierno. Una decisión demasiado fuerte, una medicina muy amarga para los paladares de los exquisitos, o de los conformistas. La voz popular presente en la lucha histórica contra la explotación de nuestros pueblos.
Kuczynski condena, ofrece, exige y remata contra los corruptos
Condena Kuczynski a la empresa brasileña Odebrecht, tan conocida por Lozoya y sus beneficiarios a pagar 262 millones de dólares por los daños causados por los entrambuliques que obstaculizaron la construcción de la carretera Interoceánica, vías férreas y el gasoducto del sur de Perú.
Ofrece Kuczynski a la opinión pública la información personal, y no sólo la limitadísima de conflicto de intereses tan presumida por nuestros rabanitos con su “3 de 3”, conteniendo todos los datos físicos, emocionales y patrimoniales de todos los miembros del gabinete peruano, para ser examinados y probados en el ejercicio de sus funciones.
Exige Kuczynski a Trump que si los Estados Unidos están escondiendo al fugitivo de la justicia, Alejandro Toledo, resguardado en San Francisco, lo regresen de inmediato al Perú para que se someta a la jurisdicción de la justicia andina y responda por sus crímenes, considerados de lesa humanidad. ¡Tómala barbón!
Remata Kuczynski declarando que las empresas condenadas por casos de corrupción no puedan transferir recursos fuera del país, si antes no pagan a los trabajadores y proveedores de esa nación y si no liquidan primero las obligaciones de la reparación de los daños causados al patrimonio soberano de los peruanos. El dinero de las ventas de sus activos garantizará el pago.
Trump actúa movido por la vanidad y dizque por supremacía de raza
Ética y transparencia para todos los negocios e inversiones públicas, ha ordenado Kuczynski. Ya está en los libros de las grandes gestas latinoamericanas, al mismo nivel que los expropiadores, que los maestros de nuestra infancia, que los grandes poetas del pueblo, que los eximios artistas nacionales.
En las antípodas, en el extremo execrable se encuentra Donald Trump, otro de la tercera edad, el kamikaze anaranjado que toma decisiones cada cinco minutos para destruir a su país. Movido por miedos y odios esquizoides y ancestrales, inyectados en las médulas de la basura blanca, Trump no actúa por sobrevivencia, como Kuczynski, sino movido por la vanidad y por un malentendido orgullo de supremacía de raza.
No ha ido lejos por la respuesta. La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, acaba de decir en el Senado que las decisiones de deportación de migrantes de Donald Trump son un obstáculo para el crecimiento de su país. Ante la nula fuerza laboral estadunidense y el decaimiento de la productividad, reconoce la aportación de los desplazados. Ha de haber sentido lo que “Drácula”, cuando le enterraron la estaca.
¿Y México, dónde está?
El nacionalismo democrático de Kuczynski, frente al aislacionismo racista de Trump. Dos personajes enfrentados a su propio espejo. ¿Y México, dónde está? Incompetentes, demasiado ambiciosos en moneda de cuño corriente, atrapados por los moches, atolondrados, entregándose a más no poder a las decisiones del kamikaze anaranjado y de las empresas sobornadoras: rumbo al suicidio, por miedo a encontrarse con su principio.
Mientras el escándalo de Odebrecht sacude a las clases políticas de América Latina, los gesticuladores de aquí, con los bolsillos repletos de sus “entres”, van con todo en contra de cinco jefes de quinto talón en Pemex, el mayor coyote petrolero de América Latina, como siempre en un país de políticos, de mandatarios de papel cuché. Remando a brazo partido contra las evidencias. A pesar de que está suficientemente comprobado y demostrado que la constructora brasileña Odebrecht firmó acuerdos con los gobiernos del mismo Estados Unidos, Brasil y Suiza para pagar multas por 4 mil 500 millones de dólares para resarcir sobornos por cientos de millones de billetes verdes en todo el continente, de los que disfrutaron, aquí hacen como que la Virgen les habla.
En Los Pinos se hacen occisos ante el escándalo Odebrecht
A pesar que la fuerza popular está tomando un papel decisivo en la lucha anticorrupción, en México se le enderezan obuses de papel. A pesar de que puede ser causa de la destitución de grandes corruptos, como Juan Manuel Santos, Toledo, Kirchner y Maduro, entre otros, los gobernantes se sienten a salvo.
A pesar de que el sentenciado Marcelo Odebrecht reconoció ante la Corte de Brooklyn, en Estados Unidos, haber entregado sobornos por cerca de diez millones de dólares a funcionarios de Pemex, después de aquella reunión a la que Lozoya lo llevó a Los Pinos, se hacen los occisos, como quien ve llover.
Los políticos, otra vez confinados por la corriente histórica latinoamericana. Creyendo que los muros los protegen de la avalancha humana que busca honestidad, valor civil y transparencia. Otra vez, con la espada de Damocles sobre sus cabezas. ¿O usted qué hubiera hecho?
Índice Flamígero: Es inconcebible que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público utilice para sus litigios laborales a un sedicente abogado. Hay por lo menos 28 juicios en los que Jaime Loé Rangel se acreditó como apoderado legal de la SHCP, sin serlo, ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, y son la base del Expediente PAR/478/2013, mediante el cual se le fincó el procedimiento de responsabilidades en la Secretaria de la Función Pública. Pero como no lo han podido encontrar no lo han sancionado. Lo hace público la doctora Lilia Cortés —usted recuerda su caso: la persiguen por haber puesto en evidencia cómo se alteran criminalmente los presupuestos de egresos de la Federación— para que las personas se puedan defender, porque nadie les ha dicho que Jaime Loé Rangel no es abogado y están vigentes los juicios en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje. Por el momento, la doctora Cortés escribe “mi prioridad es recuperar mi vida en todos sus ámbitos, he padecido la injusticia en carne viva, un viacrucis por 14 años como castigo a no corromperme, frente a un gobierno que tiene doble discurso, por un lado piden que los servidores públicos que no se corrompan y por el otro castigan la honestidad como un delito. Me queda claro que nada de lo que me puedan ofrecer en Hacienda va a reivindicar el daño que me hicieron, pero quiero evitar que alguien más lo padezca”. Anuncia, asimismo, que está por presentar una querella judicial en contra de Max Albeto Diener Sala, procurador Fiscal de la Federación, por dar largas a sus demandas y no resolverlas. ¡Éxito, doctora! ¡Duro contra los corruptos! + + + Dos epigramas, dos, de El Poeta del Nopal, antecedidos por comentarios de don Alfredo Álvarez Barrón:
1) Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina de Borbón, se convirtió en el primer familiar de un rey que es condenado a prisión…
La saga del hombre guapo
no tuvo un final feliz:
un monetario desliz
¡y se ha convertido en sapo!
2) Afirma Josefina Vázquez Mota que aprendió la lección de 2012 como aspirante presidencial, “esos fantasmas ya no están aquí”, declaró en entrevista…
Para aliviar sus quebrantos,
el pan de todos los días,
exorcizó en Tres Marías
¡la casa de los espantos!
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