¿Habrá más candidatas?
Ramón Zurita Sahagún lunes 19, Dic 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Ivonne Ortega Pacheco, diputada federal, ex senadora, ex gobernadora de Yucatán y ex secretaria general del PRI, inició su estrategia para buscar la nominación presidencial de su partido.
Ella, cuenta con una trayectoria amplia en la política que la llevó antes de los 40 años a desempeñarse como alcaldesa, diputada local, federal, senadora y gobernadora, en una meteórica carrera por cargos de elección popular.
Ivonne está consciente de que será difícil competir contra otros militantes de su partido que buscan lo mismo que ella, ser candidato presidencial y ganar los comicios y convertirse en Presidente de la República.
Pocas son las mujeres que buscan la nominación presidencial de su partido y ninguna que busque la nueva fórmula de independiente.
Margarita Zavala Gómez del Campo pretende ser la candidata de Acción Nacional, algo que cada vez se advierte más complicado y alguna vez amenazó con irse por la candidatura independiente, pero ya no se le ve ese arrojo.
La candidatura presidencial de Hillary Clinton envalentonó a Margarita, la que creyó que el triunfo de la candidata demócrata le permitiría consolidar su nominación.
No sucedió así y el esfuerzo de Margarita podría quedar trunco, ya que dentro de su partido y con el sistema aprobado para elegir al candidato presidencial no podría ganar la candidatura.
En el PAN, serán los militantes del partido los que decidirán quién los abandera en 2018 y hasta el momento los otros dos contendientes considerados le aventajan.
Margarita está ubicada según diversas encuestas como la segunda en las preferencias de los electores potenciales, detrás de Andrés Manuel López Obrador.
Son muchos los que consideran esas estadísticas como infladas y cuchareadas, ya que dentro de su propio partido, ella va detrás de Ricardo Anaya Cortés, presidente del partido y Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla.
Incluso se establece que la distancia se podría agrandar en el momento en que Moreno Valle pueda hacer abierta su búsqueda de la candidatura presidencial, a partir del primero de febrero.
En el caso de Anaya Cortés ni siquiera ha mencionado que busca la candidatura, aunque no necesita hacerlo, porque es demasiado obvio.
La disputa por la candidatura presidencial del PAN será sumamente enconada y podría tener un final nada agradable.
Margarita, asesorada por su esposo, el ex Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, siente que la nominación es suya y que nadie podría arrebatársela, aunque es consciente que dentro de la militancia su presencia no es tan grata.
Ella siempre recurre a la denuncia, cuando las cosas no le salen bien, como ya lo hizo en el pasado reciente, cuando pretendió una diputación federal plurinominal, la que fue otorgada a Cecilia Romero, lo que la irritó.
Para calmar su presión, los dirigentes de su partido le ofrecieron que fuese como candidata a diputada federal de mayoría, por el distrito donde vive, pero se negó, sabedora de la casi segura posibilidad de perder en las urnas.
Declinó la invitación y dijo que mejor esperaba para disputar la presidencia del partido, lo que no ocurrió, ya que ni siquiera se registró como aspirante, denunciando que los dados estaban cargados a favor de Ricardo Anaya Cortes.
Ahora, nuevamente sus lamentos son que el piso no es parejo y Anaya Cortés se beneficia como dirigente nacional del partido, por lo que exige su renuncia al cargo.
Los argumentos que esgrimen las únicas dos mujeres que aspiran a ser candidatas presidenciales, son distintos, ya que una, la priísta busca la nominación sin quejas ni denuncias y la panista lo hace al revés, quejas continuas y presión sobre los árbitros, para después, si no resulta candidata tener argumentos de defensa.
Por lo pronto, estas dos mujeres podrían convertirse en las dos nuevas candidatas presidenciales con posibilidades de triunfo, algo que solamente había pasado con Josefina Vázquez Mota, quien lamentablemente se fue hasta el tercer lugar.
Lo de Josefina llama la atención, ya que la panista fue postulada por el partido en el poder y es la primera y única que en México sucedió eso, el que el candidato gubernamental se fuese al tercer sitio de la preferencias electorales.
Francisco Labastida Ochoa fue el primer candidato del partido gobernante en perder la elección presidencial, aunque se ubicó en segundo lugar.
Josefina fue el segundo candidato del partido gobernante en perder la elección, aunque ella si se fue lejana, hasta el tercer lugar.
De las otras candidatas presidenciales, ninguna de ellas logró llegar siquiera al cinco por ciento de los votos ciudadanos.
Cecilia Soto, postulada por el Partid del Trabajo, luego de ser diputada del PARM es quien más votos alcanzó de ellas, aunque apenas superó el dos por ciento.
Patricia Mercado, actual secretaria de Gobierno en CDMX, compitió también como candidata presidencial y quedó lejos de sus adversarios.
Lo mismo ocurrió con Marcela Lombardo del Partido Popular Socialista, quien al igual que su padre, Vicente Lombardo Toledano, intentó ser Presidente de la República, fracasando ambos en su propósito.
Rosario Ibarra de Piedra es la única mujer en participar dos veces como candidata presidencial y en las dos ocasiones no levantó en las urnas y hasta provocó que su partido (PRT) perdiera el registro.
Falta poco para saber si habrá más mujeres que se animen a buscar la candidatura presidencial de su partido o hasta una nominación independiente.
Como se advierten las cosas, será difícil que mujer alguna compita como abanderada presidencial y la disputa se dará nuevamente entre puros varones.