Los que faltan • II
Ramón Zurita Sahagún miércoles 7, Dic 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Mencionábamos ayer que un nuevo aspirante a la candidatura presidencial del PAN asoma la cabeza, aunque realmente nadie le da oportunidad, ni siquiera para figurar en la contienda interna.
Se trata del senador Ernesto Ruffo Appel, todo un ícono dentro del panismo, por tratarse del primero en ganar un gobierno estatal, lo que consiguió desde la alcaldía de Ensenada, cuya victoria había conseguido tres años antes.
Nunca en la historia política sexenal de México, un candidato ajeno al PRI había ganado una gubernatura, hasta que en 1989, Ruffo Appel derrotó a Margarita Ortega Villa y con ello mandó al ostracismo a los candidatos mujeres durante muchos años.
Antes de la derrota de Ortega Villa, solamente dos mujeres habían sido candidatas de un partido y ganado la elección: Griselda Álvarez y Beatriz Paredes.
Después de ello, Amalia García Medina, Ivonne Ortega y Claudia Pavlovich, la primera del PRD y las otras dos del PRI, han gobernado un estado por la vía de la elección directa. 27 años después de aquella dolorosa derrota para el PRI en Baja California, pocas mujeres han sido candidatas y menos todavía ganado la elección.
Es cierto que otras como Dulce María Sauri y Rosario Robles han gobernado, pero lo hicieron por la ruta del interinato.
Con todo y ello, el gobierno de Ernesto Ruffo en Baja California fue desastroso, con problemas familiares, aumento de la criminalidad y pocos resultados, pero le valió para que desde entonces la entidad sea gobernada por militantes de Acción Nacional, en algo que se volvió rutinario para los electores, ir a las urnas y votar siempre por el mismo partido.
Nunca más los priístas lograron recuperar la confianza ciudadana para gobernar la entidad. Si acaso alguna vez ganaron los dos principales ayuntamientos Mexicali y Tijuana al mismo tiempo, pero nuevamente fueron derrotados en los comicios estatales.
De ahí que Ruffo Appel, el hombre que venció a la maquinaria del PRI se convirtió en una leyenda dentro del partido.
Así pasaron los años y fue hasta 2012 que propuesto como candidato a senador que Ernesto Ruffo Appel volvió a los primeros planos políticos, de los que se había despedido en 1995.
En alguna ocasión anterior, Ernesto manifestó su deseo de competir por la candidatura presidencial y en otra más por la presidencia nacional del partido, sin éxito.
Hoy que alza nuevamente la mano para pasar lista de presente y abrir sus aspiraciones presidenciales, no es considerado dentro de la burbuja que representan Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno.
Dentro de los tres gobernadores que dejarán de serlo a principios del 2017, solamente el poblano Moreno Valle es quien guarda un futuro político promisorio, con todo y que es el último en entregar la estafeta a su sucesor Antonio (Tony) Gali Fayad, lo que hará el 1 de febrero.
Los otros dos son Mario López Valdez de Sinaloa, una total decepción como gobernante, quien llegó con el respaldo de la coalición formada por Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, luego de que los priístas le cerraron la puerta.
“Malova”, como es ampliamente conocido en Sinaloa el todavía gobernador, encendió una llama de optimismo con su candidatura, rebelándose al sistema que impuso al candidato del gobernador Jesús Aguilar Padilla, el próspero empresario Jesús Vizcarra.
López Valdez resultaba el candidato natural, había ganado el Senado de la República en 2006, unos comicios donde el priísmo fue vapuleado, pero la obsesión del continuismo de Aguilar Padilla lo desechó y buscó la oportunidad por la coalición mencionada.
Antes de ello, López Valdez había sido funcionario del gobierno estatal en las administraciones de Juan Millán y el propio Aguilar Padilla, además de alcalde de Ahome (Los Mochis).
“Malova” era famoso en el estado por una cadena de ferreterías y por ser el propietario del equipo de beisbol invernal Cañeros de Los Mochis, además de ser un personaje festivo, simpático, deportista y bailador.
La ventaja con que derrotó a su adversario priísta fue amplia y las expectativas muchas, aunque fue un soberano fracaso su gobierno, tanto así que el priísmo recuperó con facilidad el triunfo en las urnas, seis años después con un candidato sumamente gris, como lo es Quirino Ordaz Coppel, quien asume el gobierno el próximo 1 de enero de 2017, aunque la ceremonia se realizará el 31 de diciembre de 2016.
Mario López Valdez es de los que desperdiciaron los atributos políticos con que contaba y dedicó su tiempo a los placeres del poder.
En Tlaxcala sucedió algo similar, ya que Mariano González Zarur buscó durante 24 años ser gobernador del estado y cuando se le hizo, se olvidó de gobernar y se enfocó en su ganadería de reses bravas y en cobrar viejos agravios de quienes lo despreciaron durante largos años.
Mariano siempre fue relegado por quien, hasta la fecha, detenta el poder político en Tlaxcala, Beatriz Paredes, quien prefirió apoyar a otros aspirantes antes que a él.
Eso le costó a Mariano perder la elección en su primera oportunidad como candidato, al tiempo de ver pasar primero a la propia Beatriz Paredes, José Antonio Álvarez Lima, Alfonso Sánchez Anaya y Héctor Ortiz.
Tesorero del gobierno estatal a los 25 años y yerno del entonces gobernador Emilio Sánchez Piedras, González Zarur se convirtió en una figura prepotente y amante de la fiesta, por lo que nuca encajó en el grupo de Paredes Rangel, ella sí protegida de su entonces suegro, Sánchez Piedras.
Mariano termina un gobierno sumamente opaco, aunque pudo sembrar a su “delfín” como sucesor, por lo que Marco Antonio Mena Rodríguez asumirá a mediados de enero el nuevo gobierno.