Las mulas de Ricardo Anaya
Ramón Zurita Sahagún viernes 4, Nov 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Un viejo dicho cuestiona “de dónde se hizo de mulas Pedro”, en referencia a la cuantiosa fortuna que acumulan ciertos personajes que elevaron su nivel socioeconómico en un corto período.
Eso sucede con el presidente del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés, un joven potentado, con propiedades de gran valor económico y una riqueza que nadie le cuestiona.
Sabiendo la respuesta de los políticos que dicen trabajan para el pueblo y por su vocación de servicio, vale la pena preguntarse cómo le hace un político para volverse potentado en un lapso de 15 años.
Definitivamente, no es ahorrando su salario, el que no le alcanzaría todo junto para tener una nave industrial que vendió en 53 millones de pesos, ya que considerando un promedio de 150 mil pesos mensuales en su trayectoria política de 15 años, daría un aproximado de 27 millones de pesos, por su desempeño ene se tiempo como diputado local, secretario particular del gobernador, Francisco Garrido Patrón, coordinador de Desarrollo Humano del gobierno de Querétaro, presidente estatal del PAN, subsecretario de Turismo federal, diputado federal y presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional.
Si a eso le añadimos que tiene ingresos de más de 300 mil pesos mensuales por locales que renta en plazas comerciales, estamos hablando de una considerable fortuna cercana a los cien millones de pesos, que pocos políticos mexicanos confiesan y menos en tiempo récord.
Claro que con esos ingresos, Anaya Cortés puede financiar viajes internacionales cada semana y pagar la estancia de su esposa e hijos en Georgia, con escuelas, casa y manutención en dólares.
Por supuesto, le alcanza para eso y para más, con todo y que salario es raquítico, tan sólo 40 mil pesos mensuales (lo que le cuesta la renta de la casa en que habita su familia).
Con todo y la contribución de los 50 mil pesos que su esposa cobra por honorarios (¿dónde, a quién? si se encuentra en Estados Unidos), los ingresos de la señora no logran cubrir los gastos mensuales, por lo que tienen que echar mano de los ahorros, como son la venta de la nave industrial de 53 millones de pesos, vendida en abonos fáciles.
El “joven maravilla”, como algunos lo llaman, o el “cerillo”, como lo hacen otros, irrumpió de pronto en los medios, cuando se supo de la costosa vida que lleva y los desplazamientos que realiza cada semana para tener una agradable vida familiar.
La respuesta vino rápidamente por parte de él, que buscó los medios adecuados para dar respuesta a varios de los cuestionamientos que se le hacen.
Lo que nunca explicó o no le preguntaron es la procedencia de los recursos, lo que seguramente respondería como otros personajes que han sido cuestionados sobre ello, argumentando que son donaciones o herencia de una próspera familia.
Sin embargo, no aclara el porqué de los ingresos de su esposa o si los dos años que sacó a su familia del país, se deben a la inseguridad que se vive en México o hasta que él sea candidato presidencial.
Claro que el argumento es muy endeble, ya que justifica la salida de su familia por cuestiones del aprendizaje del idioma y de otro estilo de vida.
Y aunque dé explicación de su tres de tres y sus declaraciones ante el SAT, quedan poco claro el origen de su cuantiosa fortuna y más en estos tiempos en que se descubren las riquezas de los políticos.
No decimos que la riqueza de Anaya Cortés sea mal habida, pero sí que requiere de una explicación del cómo un joven de 37 años y 15 años en el ejercicio político logró concentrar propiedades de tanta plusvalía.
Lo que se le pide a Ricardo Anaya Cortés ahora es lo mismo que se negaron a hacer otros personajes, que hoy son perseguidos por la justicia mexicana y están catalogados como prófugos y otros más que no lo son, pero que concentraron tal cantidad de riquezas que no alcanzan a explicar el cómo y de dónde.
Por no pedir cuentas a tiempo, a Guillermo Padrés Elías y a Javier Duarte de Ochoa, entre otros personajes, las autoridades perdieron precioso tiempo de actuar y cuando lo hicieron ya dichos ex gobernadores se convirtieron en prófugos.
No es la misma situación la de Anaya Cortés, pero un personaje político que pretende insertarse en la carrera presidencial debe ser transparente, antes de cualquier cosa.
Claro que los datos de sus viajes y de su vida personal son filtrados por sus adversarios políticos y se trata de fuego amigo, pero que ya dañó su línea de flotación y que conforme se documenten otros más, frenará sus aspiraciones futuras.
El llamado “niño maravilla” continúa viviendo del debate que lo proyecto a nivel nacional, donde arrasó a su oponente Manlio Fabio Beltrones, pero su discurso se vuelve monótono, aburrido y reiterativo, donde trata de quitarse los golpes, mediante argumentos poco convincentes.
Ricardo Anaya Cortés puede estar viviendo con las horas contadas como prospecto presidencial, mientras se fortalecen Rafael Morano Valle Rosas y Margarita Zavala Gómez del Campo.
La pugna al interior de Acción Nacional se recrudece y de continuar por ese sendero, los planes de mantenerse unidos para ir juntos en la contienda presidencial pueden sufrir modificaciones.
ALIANZA ROTA
En Veracruz, los alcaldes panistas y sus homólogos perredistas se encuentra a punto de romper la alianza que sostienen para que el gobierno estatal les otorgue los recursos que le corresponden.
Los panistas consideran que la Secretaría de Hacienda no tiene que entrar al rescate del desastre financiero en aquella entidad, mientras los perredistas dicen que sí, que debe hacerlo como sucedió en otros casos.