Javier Duarte y el nuevo PRI
¬ José Antonio López Sosa jueves 27, Oct 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Si no bastara con los problemas que este gobierno ha aquilatado durante los últimos meses, ahora se enfrentan a otro que se relaciona directamente con la impunidad dentro del Partido Revolucionario Institucional. Se trata del gobernador prófugo y con licencia, Javier Duarte de Ochoa.
Circula en las redes sociales un video, tomado del programa “Tercer Grado” de Televisa, cuando el entonces candidato Enrique Peña Nieto hablaba de caras del nuevo PRI, entre ellas nombró a Duarte de Ochoa, entonces gobernador constitucional de Veracruz, como uno de los rostros innovadores de su partido.
Evidentemente no es responsabilidad directa del hoy presidente ni de la directiva del PRI la actuación que decidió tener Javier Duarte en los siguientes años, pero sí fue visible la violencia contra periodistas, el despilfarro de recursos, los escándalos aquilatados en su administración y a pesar de ello, tanto el PRI como el gobierno federal decidieron permanecer inmóviles dejando que se siguieran acumulando delitos.
Hoy, a toro pasado, el PRI expulsa de sus filas a Javier Duarte y las autoridades federales giran una orden de aprehensión con copia a la Interpol.
Hay una palabra que define claramente esta situación que enfrenta tanto el PRI como el gobierno federal: omisión.
La omisión también conlleva a una responsabilidad, directa o indirecta, pero que al final del día, implica a unos y a otros en la situación que hoy se vive, con un gobernador con licencia prófugo al que un día tras otro, se le siguen comprobando irregularidades, enriquecimiento y todo tipo de actos de impunidad durante su gestión.
Lo que ocurra con Javier Duarte de Ochoa, será sin lugar a dudas otra prueba tanto para el PRI como para el gobierno federal (de filiación priísta), no basta con quitarle sus derechos como militante, no basta con girar una orden de aprehensión y pasar la ficha a la Interpol, es más, ni siquiera bastará con detenerlo y llevarlo ante los tribunales.
La respuesta que el país necesita es saber con claridad los delitos que cometió y la sanción que tendrá producto de un proceso apegado a derecho, donde sin importar que se trata de un gobernador o de una cara del nuevo PRI –cito al presidente Peña—la ley y la justicia es pareja para cualquier mexicano.
Javier Duarte es otra prueba y carga tanto para el PRI como para el presidente Enrique Peña Nieto. Los siguientes días serán cruciales para conocer la respuesta frente a esta prueba, otra omisión sería un paso más hacia la debacle.
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