En busca de estrategia priísta
Ramón Zurita Sahagún martes 25, Oct 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Soltar a los aspirantes a la candidatura presidencial es una de las estrategias que analiza el Partido Revolucionario Institucional, ante el rezago que sufren sus aspirantes ante los de otros partidos.
La medida se duda, ya que dentro del partido tricolor se establecen usos y costumbres y esa no figura dentro de ellas, por lo que tendría que innovarse en ese rubro.
Los priístas saben que la siguiente contienda presidencial será una competencia sumamente cerrada y que el único beneficio que les puede aportar la cerrada competencia es la pulverización del voto, la que, finalmente, les puede ayudar.
Por lo pronto, los prospectos del PRI se ven rebasados por los de otros partidos, especialmente el de Morena y los de Acción Nacional, los demás se encuentra por debajo del priísta mejor posicionado, según las encuestas.
Es cierto que a las encuestas y sondeos no hay que creerle todo, pero también lo es que la población en general empieza a rechazar a todo lo que huela a priísmo.
Por eso, es que los priístas amagan con la posibilidad de ir con la nominación del secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, un no militante priísta, pero cercano su ideología, ya que trabaja con priístas como antes lo hizo con panistas.
Sin embargo, la posibilidad de que vayan con Meade Kuribreña es sumamente frágil, ya que los propios priístas rechazan esa idea y lo sienten como una imposición.
Los priístas están conscientes de que deben adoptar medidas pronto, ya que hasta el momento los aspirantes de otros partidos cuentan con el espacio necesario para hacer proselitismo, sin ser sancionados por ello.
Dos de ellos son presidentes de partidos, por lo que pueden recorrer el país, sin problemas de ninguna clase y jalar agua a su molino, sin que les traiga consecuencias de ninguna clase.
Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena y puntero en la mayoría de las encuestas recorre el territorio nacional de arriba a abajo y del Golfo al Pacífico, al derecho y al revés.
Ricardo Anaya Cortés, presidente del PAN, hace lo propio como dirigente partidista, al tiempo que establece alianzas que podrán fortalecerlo en lo futuro.
Margarita Zavala Gómez del Campo, tiene su fundación y una gran libertad para sostener reuniones de todo tipo y el respaldo de ser esposa del más reciente ex presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Rafael Moreno Valle Rosas está un tanto atado a su responsabilidad como gobernador de Puebla, pero en los primeros días de febrero quedará liberado de esas tareas y podrá hacer proselitismo por todo el país.
Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de gobierno de la CDMX, trae varios proyectos en cartera que le permiten trasladarse a los estados que los adoptan como es el de Médico en tu Casa, aunque mantiene limitantes frente a los otros que se encuentran liberados.
Jorge Germán Castañeda Gutman y Pedro Ferriz de Con, que pretenden competir como independientes se mueven por todo el territorio nacional y expresan su interés por convertirse en candidatos presidenciales, aunque los números no les favorecen.
Otros mantienen la duda si le entran o no a buscar la nominación presidencial.
En el caso de los aspirantes priistas todos están atados de manos, ya que pertenecen al gabinete presidencial o, en su defecto, su actuación como gobernador terminará hasta septiembre del año próximo.
Son varios los que manifiestan deseo de entrar en la competencia, aunque varios de ellos no reúnen el empaque para ello.
Las dos mujeres aspirantes, Claudia Ruiz e Ivonne Ortega, no han crecido lo suficiente en conocimiento como competir con posibilidades.
Aurelio Nuño se quedó sumamente rezagado, mientras que Luis Videgaray pasó al olvido en ese terreno.
Quedan solamente tres miembros del gabinete que pueden ser tomados en cuenta para esa posibilidad, uno más que los otros, aunque están limitados por la responsabilidad que tiene por el momento.
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, es quien sigue encabezando las preferencias, en lo que respecta a los priístas. Él ya fue diputado federal y gobernador de Hidalgo, antes de ser parte del gabinete presidencial.
José Narro Robles, secretario de Salud, ya fungió como rector de la UNAM, posición que lo fortalece en sus posibilidades de competir por la candidatura presidencial el PRI. Antes de eso fue subsecretario de Gobernación y de Salud y encabezó la Fundación Colosio del PRI.
Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, cuenta con una de las currícula más espectaculares del priísmo. Fue diputado local, diputado federal, senador, presidente nacional del PRI. También fue director de FONATUR, secretario de Turismo y actualmente funge como titular de Energía.
El otro aspirante que mantiene vivo el partido tricolor es el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, quien se encuentra concentrado en su trabajo de gobernador y tendrá que mantenerse activo para que su partido gane los comicios del año próximo. Los tiempos parecen actuar en su contra, ya que culmina su gestión el 15 de septiembre del año próximo, cuando la lucha podría estarse decidiendo.
Por eso, el PRI deberá innovar para encontrar un método que les permita a sus aspirantes participar en la sucesión presidencial, sin ser sancionados o llamados a cuentas por las autoridades electorales.
Uno de ellos podría ser enlistarlos como ha sucedido en etapas pasadas como en la sucesión de Luis Echeverría o la de Miguel de la Madrid o realizar una elección interna, cerrada o abierta, como ocurrió para las contiendas presidenciales de 2000 y 2006, aunque en ambas perdió el partido tricolor.