Javier Duarte, el apestado
Roberto Vizcaíno viernes 12, Ago 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Bien dijo el veracruzano más brillante que ha habido en el estado, don Jesús Reyes Heroles, que en política la forma es fondo.
Y el fondo político ayer (durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Veracruz para encabezar la ceremonia de Graduación de la Generación 2011-2016 de la Heroica Escuela Naval Militar, en Antón Lizardo), fue que sólo hay una verdad en relación al gobernador saliente Javier Duarte: Es simple y llanamente un apestado.
A diferencia de ceremonias del pasado, donde aparecía sonriente al lado del mandatario federal, en esta ocasión Peña Nieto no tuvo la menor compasión hacia él.
No dejó que se le acercara, no lo saludó como antaño, lo evitó todo el tiempo y evidentemente ordenó que lo colocaran lo más lejos posible de él durante el acto central.
Obligados por el protocolo a invitarlo, tanto el Presidente Peña Nieto como el titular de Marina, el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, no le ocultaron a Duarte cuánto lo desprecian.
En la veintena de fotos enviadas por la Coordinación de Comunicación Social de Presidencia de la República para ilustrar el acto, el apestado gobernador sólo aparece en una y muy lejos de Peña Nieto.
En el resto queda en evidencia que el primer mandatario ordenó colocar a su derecha al secretario de Marina, Soberón Sánz, a cuyo lado estaba el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y luego otros altos mandos de Marina.
A la izquierda del Presidente estuvo el secretario de la Defensa, general Salvador Cienfuegos, a quien le seguía Renato Sales, comisionado Nacional de Seguridad y luego Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, y en el cuarto sitio, el gobernador Duarte.
Todas las fotos de Presidencia terminaron en la mujer. Ninguna -salvo una donde habla Peña Nieto y el presídium se ve lejos-, incluyó a Duarte.
De igual forma no se le permitió estar en los actos posteriores donde Peña Nieto convivió con familiares e hijos de marinos, a pesar de que, sin la más mínima dosis de dignidad ni prudencia, intentó llegar.
Evidentemente en esta ocasión no se le permitió hablar.
El invitado de honor fue el titular de Hacienda, Luis Videgaray, a quien los cadetes eligieron como su padrino de graduación.
Así, rodeado sólo de los suyos, Peña Nieto impidió que le sacaran ninguna placa al lado o sonriente con Duarte.
La conclusión es que la forma usada ayer por Peña Nieto nos muestra que en el fondo Duarte no tiene más futuro que ser, insisto, un apestado del poder.
SLIM Y SU REALIDAD
The New York Times, todavía el diario más influyente del mundo, publicó el martes pasado un extraño reportaje en el que presagian el, al parecer incontrolable derrumbe del imperio de Carlos Slim y donde se denuncia un supuesto complot realizado por las más encontradas e insospechadas fuerzas políticas mexicanas en su contra.
Pero lo más interesante de todo es que, al fin accionista importante en ese diario estadounidense, el reportaje podría estar exhibiendo a un Slim desconocido, un multimillonario en dólares quejoso, llorón, debilucho.
El largo texto del diario estadounidense, publicado bajo el encabezado de: “No todo marcha bien en el reino de Carlos Slim”, indica:
“Durante más de 25 años, Slim ha dictado los términos de la industria de las telecomunicaciones en México y ha construido un imperio, lo que lo llevó a ser uno de los hombres más ricos del mundo.
“Su fortuna se calcula en 50 mil millones de dólares, una cifra que lo ha puesto en la cima de la lista de multimillonarios de Forbes en más de una ocasión.
Sus años de riqueza en México le permitieron expandir sus negocios a lo largo del continente americano con compañías que tocan casi todas las facetas de la vida moderna: telecomunicaciones, bancos, construcción y comercio minorista, entre otros.
“Pero en su tierra, en México, el juego está cambiando. Y los analistas dicen que no hay mucho que Slim pueda hacer.
“Decididos a acabar con su dominio, los líderes de los tres partidos políticos más importantes de México hicieron a un lado sus enemistades en los últimos años y sostuvieron reuniones secretas para socavar el dominio de Slim”.
Evidentemente el reportaje habla del Pacto por México” firmado por los líderes del PRI, PAN y PRD y el presidente Enrique Peña Nieto.
Y es obvio que los reporteros que lo escribieron abusaron de sus lectores en EU, que no conocen el contexto mexicano en que operó el mencionado pacto, y menos sus alcances que dejaron al menos 12 grandes reformas estructurales que de ninguna forma pueden ser encuadradas como un complot en contra de Slim.
Es por demás obvio que el supuesto complot urdido en “reuniones secretas” es el de la reforma de comunicaciones que de alguna forma quitó preponderancia no sólo a Slim, sino a Emilio Azcárraga de Televisa y a Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca y otros emporios regionales en telecomunicaciones.
Y se los quitó porque ya habían abusado mucho de sus respectivos reinados.
Hoy Slim, hay que decirlo, luego de su inconmensurable riqueza obtenida a partir de ser el empresario dominante en México, ya no es sólo un multimillonario en este país, sino en el mundo. Y en este roll acaba de hacerse del control de Ferrocarriles en España, y está por ser el empresario dominante en telecomunicaciones y en expansión de celulares en África.
Opera empresas de todo tipo (desde Sanborns, Sears, Telmex, Telcel, American Movil, constructoras de Plataformas Petroleras y otras muchas, así como bancos y sistemas financieros) y ya no depende sólo de lo que hace en México.
Cierto, algunas van en caída, pero otras son un éxito.
Por ello no se entiende ni el tono de lamento y denuncia del reportaje de The New York Times, del que como accionista importante seguramente fue informado previamente, si no es que él mismo lo promovió, para quejarse de que todos -los de izquierda, derecha y centro así como el mismo Presidente y su gabinete-, se han unido para combatirlo y liquidarlo.
“Lo que más ha cambiado y es más importante aquí son las autoridades y su actitud hacia su imperio”, explicó Ernesto Piedras, director general de Competitive Intelligence Unit, una empresa consultora y de investigación.
“Esta es la primera vez que Slim no tiene una copia de todas las llaves”, indica en una parte el reportaje.
Pues ya era hora, ¿no?
NUÑO, DESESPERADO
¿No habrá alguien que le diga al joven Aurelio Nuño que lo que anda buscando no lo va a encontrar ni en el Senado, ni en la Cámara de Diputados y menos en largos y tediosos diálogos con conductores de radio y TV?
Y es que no, la solución del problema magisterial y de que la CNTE lo pele no la va a encontrar ahí, porque ahí no están los de la CNTE.
Por más que en esos foros echa rollo sobre las bondades de la reforma educativa, los de la CNTE ni lo ven ni lo escuchan. En este esfuerzo inútil estuvo ayer en San Lázaro y el día anterior en el Senado.
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