¿Dónde quedó la rebelión priísta?
Ramón Zurita Sahagún viernes 15, Jul 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dos canales de televisión, uno de TV abierta y el otro de TV restringida, compitieron en rating en sus noticiarios por la presencia de dos de los presidentes de los partidos políticos más importantes del país.
Por un lado Enrique Ochoa Reza, ungido dirigente nacional del Revolucionario Institucional y por el otro, Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Nacional de Regeneración Nacional.
Paola Rojas en Televisa y Ciro Gómez Leyva en Tele Fórmula tuvieron como invitados a Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI y Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, en sus respectivos estudios.
Uno, dueño de una verborrea frenética, como concursante de oratoria, defendiendo el porqué fue electo recientemente dirigente de su partido y cómo saltó a los primeros planos políticos; el otro, sereno, fiel a su estilo, simplificado su lenguaje, explicando algunas interrogantes que se hacen sobre su persona.
AMLO precisó, por enésima ocasión, cómo y de qué vive, cuáles son sus ingresos y su procedencia.
Y es que de López Obrador existen infinidad de versiones, donde lo vinculan con mansiones, vehículos de lujo y dueño de cuantiosas fortunas, las que desmenuzó una por una.
Negó vivir en una supuesta mansión en La Toscana, un fraccionamiento de lujo situado entre Bosques de las Lomas y Santa Fe en la Ciudad de México y ratificó que vive en un departamento en otra zona de la ciudad.
Explicó que sus ingresos provienen de su salario de 50 mil pesos mensuales que gana como dirigente del partido, además de los pagos por conferencias, los que van desde los 5 mil hasta los 20 mil dólares, pasando por las comisiones de sus libros.
Dueño de la escena y del manejo de las palabras ante cámaras, López Obrador reveló que no tiene bienes propios, ya que lo que tenía lo entregó a sus hijos y que en breve presentará su declaración de 3 de 3.
El nuevo presidente del PRI Ochoa Reza, presentará también el (viernes) su declaración de 3 de 3, la que, curiosamente, no hizo durante su gestión gubernamental.
Ochoa Reza mostró parte de su histrionismo durante la entrevista realizada por Paola Rojas, ya que el dueño del escenario veía fijamente a las cámaras para que su mensaje fuese dirigido hacia el gran auditorio.
Fue cuestionado sobre las corruptelas de los gobernantes emanados de su partido y arremetió contra los de otros, por lo que lo pidió se exija a los gobernantes de otros partidos también sean cuestionados.
Los presidentes del PRI y Morena abrieron la temporada de lo que será la sucesión presidencial, por lo que no se duda que en breve los tres presidentes de los principales partidos políticos del país (PRI, PAN y Morena), sostengan el primero de muchos debates, los que ojalá se efectúen de manera clara, con lenguaje llano y sin tanta retórica, como ya mostró que trae el nuevo presidente nacional del PRI.
Pero si los dirigentes nacionales del PRI y Morena andan de periplo aprovechando todos los espacios que les son cedidos, el presidente del PAN, Ricardo Anaya Cortés, se encuentra enfrascado en una decisión que puede ayudarle en su propósito de alcanzar la candidatura presidencial, la designación del futuro presidente de la Cámara de Diputados.
En el rol de asignación acordado por los coordinadores de las tres principales fracciones en San Lázaro, el primer año le correspondió al PRD, el segundo al PAN y el tercero al PRI.
Jesús Zambrano cumple con su cometido el 31 de agosto y a partir del primero de septiembre, con la recepción del informe presidencial entrará en funciones la nueva mesa directiva, la que será encabezada por un panista.
Hasta ahí todo marcha de acuerdo a las normas acordadas, aunque el problema se suscita al interior de la fracción, ya que son muchos los aspirantes a presidir la mesa directiva por el siguiente año legislativo.
La decisión corresponde, supuestamente, a los propios diputados panistas, aunque es, finalmente, el presidente del partido el que decide, como también en el caso del coordinador de la fracción.
Los aspirantes son varios, algunos de ellos sumamente cercanos al dirigente nacional del partido y al propio coordinador (Marko Cortés) que fue impuesto por Anaya Cortes, aunque hay varios que aspiran al cargo, cuya relación no es cercana, ni mucho menos afectiva.
Es aquí donde Anaya Cortés se juega parte de su futuro, ya que de tomar la decisión equivocada podría afectarle al interior del partido y alterar sus planes de candidato presidencial.
¿Y LAS IMPUGNACIONES?
Los primeros días de Enrique Ochoa Reza como presidente nacional del PRI han transcurrido sin grandes novedades, con el usual recorrido por las frecuencias de radio y TV, conociendo entrevistas de todo tipo y anunciando sus intenciones de acercarse a las bases, es decir nada fuera de lo cotidiano.
De los reclamos e impugnaciones que se hicieron a su nombramiento poco sobrevive, ya que su principal impugnador Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca, no acudió ante los tribunales y organismos electorales para presentar sus argumentos que le impiden a Ochoa Reza ser dirigente de ese partido.
Varias organizaciones patito del PRI también se pronunciaron en contra del arribo de Ochoa Reza, tales como Solidaridad que encabeza Arturo Barajas y Democracia 2000 de Víctor Manuel Gómez y Ramiro de la Rosa, además de un repentino personaje (Esteban Ruiz Carballido) que apareció en la escena pública amparándose como sobrino de Luis Donaldo Colosio.
Cada uno de ellos aprovechó sus cinco minutos de fama y hasta ahí quedaron las cosas. Lo mismo sucedió con Hugo Díaz Thomé, ex dirigente nacional juvenil del PRI, quien intentó ser el competidor de Ochoa Reza y fue rechazado su registro.