Asilado
¬ Augusto Corro miércoles 22, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
El periodista mexicano, Jorge Luis Aguirre Jorgeluix, recibió asilo político en Estados Unidos. Se trata del propietario de un portal de internet denominado “La Polaka”.
Aguirre comprobó ante el gobierno estadunidense que fue amenazado de muerte por el gobierno de Chihuahua, que encabeza José Reyes Baeza y por bandas de delincuentes.
Hace dos años asesinaron en Ciudad Juárez al periodista Armando Choco Rodríguez. Pocas horas después del funeral al que asistió Aguirre, este a través de su teléfono escuchó una voz que lo insultó y le dijo que él era el siguiente. Lo anterior ocurrió el 13 de noviembre de 2008. Y desde esa fecha, el periodista y su familia emigraron a Estados Unidos.
El reconocimiento oficial de asilo al comunicador se efectúa en los momentos en que El Diario de Ciudad Juárez padece la violencia incontrolable en aquella localidad y pide una tregua al crimen organizado, al mismo tiempo le pide a los delincuentes que digan qué es lo que desean para evitar más muertes de periodistas.
La semana pasada el reportero gráfico del rotativo mencionado, Luis Carlos Santiago Orozco, fue ultimado a balazos. Otro periodista que lo acompañaba resultó herido.
Los directivos del rotativo encararon a los cárteles de la droga y les plantearon lo siguiente:
“Señores de las diferentes organizaciones que se disputan la plaza de Ciudad Juárez; la pérdida de dos reporteros de esta casa editora en menos de dos años representa un quebranto irreparable para todos los que laboramos aquí y, en particular, para sus familias.
“Queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos.
“Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, que esperan de nosotros como medio.
“Esta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar”.
También acusaron a las autoridades de no hacer nada respecto de la violencia que padecen los juarenses. Desde la matanza de jóvenes por parte de sicarios, los tres niveles de autoridades prometieron cambios radicales en aquella ciudad. No lo lograron. Ahora toda la población vive temerosa. El número de muertos crece día a día ante la ausencia de autoridades. En Ciudad Juárez las cosas empeoran para toda la sociedad.
Las autoridades federales se incomodaron por las declaraciones de los directivos de El Diario y en una conferencia de prensa, el vocero en materia de seguridad nacional, Alejandro Poiré, manifestó que no se pueden promover pactos con criminales. Regañó a los periodistas. Su insensibilidad frente al problema raya en el cinismo. Además, opinó muy a la ligera sobre el asesinato del reportero gráfico, Luis Carlos Santiago Orozco. Dijo que se trataba de casos personales. Es decir, nada relacionado con el periodismo.
Los directivos de El Diario descalificaron las declaraciones de Alejandro Poiré, pues ante los nulos resultados en el combate al crimen organizado, el gobierno federal no tiene autoridad moral para cuestionar los esfuerzos del diario para poner un alto a las agresiones contra los periodistas.
Alejandro Poiré, en vez de asumir una actitud crítica, sin sentido alguno, debe viajar a Ciudad Juárez y sin guaruras investigar la muerte del reportero Santiago Orozco. Luego, si logra salir airoso de esa odisea, entonces sí que dicte su conferencia desde los cómodos sillones de su oficina lejos de la selva juarense. Desde la barrera los toros se ven de diferente manera.
Queda claro que a las autoridades federales, estatales y municipales no se les da la defensa de los informadores. Sus actitudes y desplantes groseros e insensibles reflejan que viven muy lejos de la realidad. Por eso, debe considerarse como una gran victoria de Jorge Luis Aguirre su asilo político en Estados Unidos.
CONFLICTO
De los 16 cadáveres de hondureños, diez no fueron identificados y las autoridades no saben qué hacer con ellos.
Son parte de los 72 migrantes de diferentes países asesinados por los “zetas” en San Fernando, Tamaulipas. Luego de una supuesta identificación de cuerpos, éstos fueron enviados a sus países de origen. Sin embargo, algo falló. En Honduras, sólo seis fueron reconocidos por sus familiares. Los diez restantes corren la suerte de parar en una fosa común, porque las autoridades mexicanas se resisten a recibirlos nuevamente.
Antes de repatriar a los migrantes victimados, el gobierno mexicano debió agotar todos los recursos para llevar a cabo una identificación rigurosa. No se hizo y ahora surgen las fricciones entre los representantes diplomáticos.
Los dos gobiernos se culpan mutuamente del error que será muy difícil enmendar. Ya pasó demasiado tiempo y los cuerpos no se encuentran en condiciones de ser identificados. ¿A quién responsabilizar de esas fallas garrafales? ¿A la Procuraduría General de la República? ¿Al inepto gobierno de Tamaulipas? ¿A quién? ¿Otra vez México en un escándalo diplomático?
Por cierto, el sábado pasado fue secuestrado el vicecónsul hondureño, Joel Aguilar, en Veracruz. La misma suerte corrió el empleado Johnny Padilla, quien lo acompañaba. Horas después fueron liberados. Las autoridades hondureñas solicitaron al gobierno mexicano mayor seguridad para su personal diplomático.
BUENA IDEA
Es buena idea que se recorte el presupuesto de los gastos para festejar el Centenario de la Revolución Mexicana. Esto, con el fin de tener mayores recursos para apoyar a los miles de damnificados que dejó el huracán Karl en el sureste, principalmente en Veracruz… La situación económica continúa difícil en México, sólo de marzo a junio del presente año, 190 mil personas dejaron de usar sus tarjetas de crédito… El escritor Don Winslow, autor de la excelente novela “El poder del perro”, que habla de 30 años del narco en México, al referirse a la captura del capo Sergio Villarreal “El Grande”, del cártel de los Beltrán Leyva, señaló: “Todo lo que consiguen es liberar un puesto de trabajo que rápidamente será ocupado”… Benjamín Argumedo, el del corrido, sirvió a los escultores para la estatua del “Coloso” que tanta polémica levantó… Los panistas, que poco saben de historia de México no repararon en que el tal Benjamín fue un traidor contrarrevolucionario que apoyó a Victoriano Huerta “El Chacal”…