Basta de muertos
¬ Augusto Corro martes 21, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
En Ciudad Juárez, el crimen organizado avanza incontenible. Una muestra de ello se refleja en el planteamiento que hace “El Diario de Ciudad Juárez” a los cárteles de la droga que se encuentran enfrascados en una guerra sangrienta. En esos enfrentamientos, los periodistas resultan ser víctimas indefensas de la delincuencia.
En el editorial del periódico mencionado, sus directivos le preguntan a los narcos qué es lo que quieren para dejar de matar a sus comunicadores. La semana pasada, el reportero gráfico, Luis Carlos Santiago Orozco, fue asesinado a tiros. Otro más resultó lesionado. Hace dos años, el también comunicador, Armando Rodríguez Carreón, fue ultimado a balazos.
En el caso de Santiago Orozco, los asesinos utilizaron una manta para amenazar a funcionarios de correr la misma suerte, si no devolvían una cantidad de dinero en disputa. Por otra parte, apareció una pinta de “La Línea” en la que se deslindaba de la muerte del periodista mencionado.
Por eso, los directivos del mencionado rotativo le piden a las bandas de narcotraficantes que les digan qué es lo que quieren de ellos para que dejen de matar reporteros. Dicen que los comunicadores no son adivinos y que por lo tanto expliquen qué desean que se publique o no para saber a qué atenerse y dejar de pagar tributo con la vida de los periodistas.
Añaden: “Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indiquen por tanto que esperan de nosotros como medio.
“No es una rendición. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar.
“Para los que estamos al frente de esta empresa editora, si bien nuestros objetivos y misión de bien informar a la comunidad siguen siendo los mismos de hace 34 años, en estos momentos no le hallamos sentido en seguir poniendo en riesgo la seguridad de tantos compañeros para que sus vidas valiosas sean utilizadas como vehículos de mensajes, cifrados o no, entre las diversas organizaciones, o de estas hacia las autoridades oficiales.
“Hasta en la guerra hay reglas. Y en cualquier conflagración existen protocolos o garantías hacia los bandos en conflicto, para salvaguardar la integridad de los periodistas que las cubren. Por ello, les reiteramos; señores de los diversas organizaciones del narcotráfico, que nos expliquen que quieren de nosotros para dejar de pagar tributo con la vida de nuestros compañeros”.
En el texto se refieren, además, al vacío de poder que priva en un entorno, donde no hay garantías para que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y actividades con seguridad y el periodismo se ha convertido en una de las profesiones más riesgosas.
Del editorial se deduce que las autoridades de los tres sectores, municipal, estatal y federal fueron rebasadas por las acciones criminales de los narcotraficantes. Todos los ciudadanos viven en la zozobra, la angustia y el temor de perder la vida. Imposible la coexistencia pacífica en una sociedad donde la muerte es la que reina.
En Ciudad Juárez no existe esperanza alguna de que se vuelva a la normalidad, porque, desafortunadamente, se encuentra en uno de los caminos más importantes del trasiego de la droga rumbo a Estados Unidos.
TEATRO PANISTA
A pesar de que el senador Gustavo Madero será designado como presidente del Partido Acción Nacional (PAN), los blanquiazules gustan de simular acciones democráticas: hacer teatro político. No hay vuelta de hoja. El chihuahuense será ungido como líder. Sin embargo, a la elección tendrán que darle visos de democracia.
Para esto se manejan los nombres de otros distinguidos panistas como supuestos competidores de Madero. Ellos son Francisco Ramírez Acuña, Blanca Judith Díaz Delgado y Cecilia Romero (la ex comisionada del Instituto Nacional de Migración). Personajes idóneos para dirigir los destinos del PAN en momentos difíciles y llenos de incertidumbre ante la sucesión presidencial del 2012. A alguno de estos cuatro aspirantes a la presidencia panista le tocará revivir o hundir al blanquiazul.
Los antecedentes políticos de Gustavo Madero tienden más al gris. Nada extraordinario Empresario con carrera legislativa cumple muy bien las órdenes de su jefe Felipe Calderón Hinojosa. En política la falta de inteligencia se suple con disciplina. En el Senado se esmera por la aprobación de las iniciativas presidenciales. Aunque dicen que es venerado por sus colegas, existen resquemores y rechazos de algunos panistas, que no olvidan la forma tan indigna como se trató a Santiago Creel para hacerlo a un lado del liderato de senadores.
De Ramírez Acuña su sentido del oportunismo lo tiene en la pelea por mantenerse en la cúpula blanquiazul. Con tino y arriesgando el pellejo destapó a Felipe Calderón Hinojosa, como precandidato presidencial. Hecho que provocó el derrame de bilis de Vicente Fox. Después del zafarrancho político las aguas volvieron a su nivel. Ramírez Acuña le atinó al bueno.
Una vez en el poder Felipe Calderón Hinojosa nombró secretario de Gobernación a Ramírez Acuña como pago en efectivo de su aventurerismo. Sin embargo, su pésimo desempeño en esa dependencia fue efímero. No pudo con el paquete. Finalmente alcanzó a ser diputado y en la Cámara baja sobrevive en franco pleito con los periodistas. Ahora entra en el juego democrático, sin ningunas posibilidades de triunfo.
Por otra parte, Cecilia Romero ya dijo que también quiere pastorear a los panistas. Recién fue renunciada del Instituto Nacional de Migración. Su actividad como funcionaria dejó mucho qué desear. Como nunca, los migrantes fueron víctimas de las bandas de narcos, secuestradores y de policías coludidos con la delincuencia para abusar de los extranjeros indefensos.
El poder de Cecilia Romero se encuentra en la ultraderecha panista presidida por el grupo secreto denominado “El Yunque”, el sector elitista del partido mencionado. Tampoco se le ven tamaños para dirigir el partido. Y finalmente se encuentra Blanca Judith Díaz Delgado. Se trata de una dirigente panista que se formó en la infantería de esa organización política. Tiene suficiente carisma y experiencia para poner a temblar a cualquiera que le pongan enfrente. Parte de su carrera política la hizo en Nuevo León, donde logró derrotar a sus adversarios.