¿A quién creerle?
Ramón Zurita Sahagún lunes 6, Jun 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Nuevamente como sucede cada ocasión en que hay procesos electorales, los candidatos, sin importar el partido al que pertenecen, se proclaman ganadores, sin contar siquiera más que con su buena voluntad o deseos de ganar.
La rapidez con que lo hacen, provoca confusiones y malestar entre los adversarios de los diversos partidos, pero más que nada entre los ciudadanos que concurren a las urnas.
Cada uno de ellos muestra sus cifras y lanza proclamas victoriosas y lo único que genera es desconfianza hacia unos y otros, lo que deriva en ausencia de las casillas en los siguientes comicios.
Los candidatos de cada uno de los partidos con posibilidades de victoria, se rehusaron a reconocer la victoria del adversario, dejando constancia de que los tribunales electorales serán el siguiente paso que darán los que resienten que los números no corresponden a los que ellos tienen.
Doce estados fueron a la contienda en el proceso comicial del pasado domingo 5 de junio y dejaron constancia de su intención de convencer al electorado, lo que se aprecia no lograron en su mayoría.
Es cierto que la competencia ahora es más cerrada y que las cifras de unos y otros se cierran, dejando atrás aquellos tiempos en que el partido único (PRI) era tan arrollador que sus triunfos se conocían apenas cerrando las casillas.
Los comicios del 5 de junio no estuvieron exentos de incidentes, en los que además participaron integrantes del Poder Legislativo, como sucedió en Veracruz, donde el senador Fernando Yunes Márquez, hijo del candidato de la alianza PAN-PRD fue detenido junto con una camioneta, en la que transportaba dos maletas.
En Quintana Roo, otros senador, por coincidencia panista, fue copado y mantenido como rehén por adversarios, al ser detectado grabando ciertas irregularidades, de supuestos dirigente y militantes del PRI.
Nada nuevo si se advierte que son procedimientos que cada proceso electoral se presenta, sin que pase nada después.
Eso y las proclamas triunfalistas de unos y otros, son parte de los vicios que no se han podido erradicar dentro de la vida democrática del país.
Los tribunales serán ahora la ruta a recorrer, sobre todo después de conocerse que en Veracruz, ambos candidatos Yunes se proclamaron victoriosos, con cifras similares de cuatro y cinco puntos de ventaja.
Héctor Yunes Landa anunció su victoria por cuatro puntos, mientras su primo hermano, Miguel Ángel del PAN, manifestó su triunfo por cinco puntos.
Ambos al igual que otras entidades tendrán que recurrir a los tribunales, por las impugnaciones que presentan.
En Veracruz ya es algo recurrente, ya que hace 12 años (2004), los panistas y su candidato Gerardo Buganza no quedaron satisfechos con las cifras que no les favorecían y fueron ante las autoridades, las que unos días antes de la fecha de toma de posesión ratificaron el triunfo del priísta Fidel Herrera Beltrán, por lo que se consideró un puñado de votos, 30 mil sufragios de diferencia que se convirtieron en poco más de medio punto.
Seis años más tarde (2010) se enfrentaron en las urnas, el priísta Javier Duarte de Ochoa y el panista Miguel Ángel Yunes Linares y las cifras del instituto electoral le dieron la victoria al priista, por lo que el panista impugnó con supuesta pruebas de fraude, las que no fueron validadas por el tribunal electoral que le concedió la victoria al priísta por cerca de tres puntos porcentuales.
Tal vez, por eso, en esta ocasión, los dos Yunes, primos, candidatos del PRI uno y el PAN, el otro, decidieron dar sus cifras alegres que les otorgan, supuestamente el triunfo.
Pero Veracruz no es el único estado en que los partidos y sus candidatos opten por los tribunales para dilucidar si sus protestas proceden o no.
Las quejas fueron recurrentes y algunas se consideraron como atrocidades por parte de los partidos derrotados.
La realidad evidencia que nuevamente las encuestas fallan y que son instrumentos usados por unos y otros para favorecer o empañar la realidad.
La lección de esta ocasión es revisar y atender las fallas y errores cometidos y buscar como enmendarlos para evitar que la contienda presidencial se pueda ver empañada por situaciones similares.
Una de las propuestas que deberán ser revisadas será la de implementar la segunda vuelta como un opción, ya que los comicios cada vez se vuelven más competidos y pocos son los candidatos ganadores que llegan a rebasar siquiera el 45 por ciento de los sufragios.
No hay duda de que Veracruz, Tlaxcala, Quintana Roo, Durango, Tamaulipas y Oaxaca, entre otros, se irán a tribunales y será ahí donde se defina quién resultó ganador.