Rescatan a 271 adictos de centro de rehabilitación
Nacional jueves 19, May 2016- Explotación y abuso sexual, en Tonalá
La Fiscalía General de Jalisco rescató a 271 adictos de un centro de rehabilitación que operaba en Tonalá, plagado de procedimientos infrahumanos y donde se cometían permanentemente abusos.
Se trata del albergue Despertar Espiritual, que se ubica en la colonia Lomas Bonita, donde había explotación laboral, tortura, abuso sexual y hasta delincuentes con órdenes de aprehensión, que habían escogido ese lugar para esconderse.
Eduardo Almaguer, fiscal general del estado de Jalisco, resumió el lugar desmontado, luego de un operativo policial, con 4 palabras: un centro de crueldad.
El descubrimiento se hizo luego que una mujer formuló la denuncia ante las autoridades, tras pretender sacar a un familiar que fue internada en contra de su voluntad, pero le cobraban mil 500 pesos para sacarlo.
En dicho albergue, sito en la calle de Aldama número 70 de la referida colonia , fueron detenidos Israel Pedraza Orozco y Sergio Pacheco Sánchez, los administradores, y 11 personas relacionadas con la operación del albergue.
En el operativo fue desplegada la Fuerza Única, que al ingresar al lugar descubrieron que había internados 112 menores, de los cuales 43 eran niñas y 69 adolescentes y jóvenes, en un rango de 8 a 17 años, pero lo asombroso fue que la totalidad tenía huellas de maltrato y cuando los “anexados” mostraron a la policía los implementos que se utilizaban para infligir tortura.
Dentro del grupo de los rescatados había cinco menores y cuatro mujeres adultas que sufrían agresiones sexuales por parte de los responsables del “centro de rehabilitación”. Ninguno de los liberados quería estar ahí, pues todos se quejaron primero del maltrato psicológico, unos mostraron huellas de quemaduras con cigarros y otros señalaron a los “custodios” que los obligaban a practicar sexo oral.
Otro hallazgo fue la clasificación de 11 sujetos que contaban con órdenes de aprehensión vigentes por parte de la fiscalía, por robo calificado y delitos contra la salud y confesaron que utilizaban el albergue como escondite, por lo cual tenían un anexo dentro del anexo, pues éstos buscaban algo de confort.
También confesaron que dentro de este grupo hay personas que en el día salían a robar o a ver qué conseguían para comer y que en la noche simplemente llegaban a descansar, no sin antes dar su “entre” a los administradores.
Todos se quejaron de recibir alimentos descompuestos por su manejo insalubre; el registro de una plaga de pulgas y chinches en camas, ropa y unos baños deplorables.