Jaime Bayly revela su vida en “El niño terrible y la escritora maldita”
Cultura martes 3, May 2016En la ruta de las letras
Patricia Correa
- Una novela de un amor improbable y escandaloso, publicado por Ediciones B
“Cuando no escribo, siento que mi vida es incompleta. Cuando no escribo, me enfermo, literalmente me enfermo. Cuando no escribo, pienso que la vida no tiene sentido”, revela el autor de “El niño terrible y la escritora maldita”, Jaime Bayly.
Nadie parece entender a Bayly: ¿cómo es posible que un cuarentón casi gay, con novio desde hace años y dos hijas encariñadas con éste, anuncie de pronto en televisión que se ha enamorado de una joven de la que podría ser el padre y poco después haga alarde de que está embarazada? Nadie parece entender a Lucía: ¿cómo es posible que una joven de veinte años, la más bonita del colegio, la más hermosa de la universidad, perseguida por los chicos más guapos, con aires de niña mala, se enamore de un hombre con fama de gay que podría ser su padre? DIARIO IMAGEN platicó en exclusiva con el autor.
– ¿Qué te motiva a ser escritor?
“Cuando no escribo, siento que mi vida es incompleta. Cuando no escribo, me enfermo, literalmente me enfermo. Cuando no escribo, pienso que la vida no tiene sentido. Una manera de darle sentido es escribiendo”.
-¿Por qué decides escribir una novela autobiográfica?
“Todas mis novelas se inspiran en mi vida. Todas. Todas son autorretratos literarios. Así como Frida Kahlo estaba siempre pintándose obsesivamente, yo vuelvo al autorretrato para capturar un momento de mi vida generalmente contrariado”.
-¿Cómo surge la idea de crear el programa de “El niño terrible”?
“Hago televisión desde los 18 años, y ya tengo 51. El periodismo me llevó a la televisión y la televisión a las novelas. Sigo haciendo televisión porque no conozco otra manera de ganarme la vida”.
-El amor de Lucía es parte fundamental en tu vida, ¿cuál consideras que fue la conexión especial entre ustedes?
“El amor por las ficciones. El amor por los libros. El amor por las películas. Somos adictos a cualquier ficción poderosa, escrita o audiovisual, que nos permita evadirnos de las mediocridades inevitables de la vida misma”.
-Tu relación con Casandra, madre de tus hijas, ¿por qué piensas que el amor termina?
“En mi caso ha terminado siempre porque me he enamorado de otra persona, o porque me he cansado de una persona, o porque ha sentido que la compañía de una persona no mejoraba mi soledad. El amor es el intercambio libre de dos soledades. Pero tiene que mejorar la soledad, lo mismo que la literatura tiene que mejorar la página en blanco, y la música mejorar el silencio”.
-¿Esta novela va dirigida a un público en especial?
“A las mujeres capaces de entregarse audazmente a una gran pasión amorosa, a pesar de las advertencias de la razón”.
