Panal va con Gali
Ramón Zurita Sahagún jueves 25, Feb 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Se terminó la larga espera y el Partido Nueva Alianza mostró que si algo sabe hacer su dirigencia nacional, es negociar con el mejor postor.
Finalmente, la dirigencia nacional de ese partido optó por respaldar a José Antonio Gali Fayad, candidato del gobernador Rafael Moreno Valle e integrarse a la alianza conformada por Acción Nacional y el Partido del Trabajo y rechazar la oferta para sumarse a la coalición creada por el PRI y el Partido Verde, alrededor de la figura de Blanca Alcalá Ruiz.
Luis Castro Obregón sopesó pros y contras de una y otra y se sumó a la que en 2010 y 2013 posicionó a Nueva Alianza en la entidad.
Un factor decisivo en la negociación fue el presidente del partido en Puebla, Gerardo Islas, quien mantiene buenas relaciones con el gobierno estatal y deja constancia de ser buen negociador y mantener al partido con buena presencia en la entidad.
Para los priístas fue un golpe seco el que Nueva Alianza se salga de la coalición, conformada por el Revolucionario Institucional-Verde y Panal en el resto de las entidades en los que habrá contienda por el gobierno estatal.
Según Castro Obregón, se decidieron por la alianza con el PAN por dos razones fundamentales: los compromisos cumplidos en materia de educación por parte del gobierno de Moreno Valle y el que Gali Fayad sea una buena apuesta.
Eso sí, quedó claro que si la alianza no es abanderada por José Antonio Gali, los neoaliancistas se bajan del barco.
La contienda electoral en Puebla se considera sumamente competida, con dos candidatos que muestran el perfil necesario para ganar.
Ambos fungieron como alcaldes de la capital del estado y cuentan con amplio reconocimiento de los ciudadanos por la gestión realizada.
Dependerá de las campañas que realicen y del cómo logran un mayor posicionamiento, al contar con alianzas sólidas y estrategias definidas.
Lo que queda claro es que desde el gobierno de Rafael Moreno Valle se hará el máximo esfuerzo para impedir la derrota de Gali Fayad, sabedores de lo que impactaría en los planes futuros del actual gobernador.
Saben que las cosas no salieron como esperaban, ya que PRD y Movimiento Ciudadano no se sumaron a la alianza en favor del candidato de Moreno Valle, lo que podría repercutir en los votos que reciba esta coalición.
Están conscientes también de que el PRD ya no es tan representativo como lo fue en 2010 y que existe un nuevo actor político, Morena, que podría fraccionar el voto y favorecer con ello a la alianza formada por el PAN.
Y es que el conjunto de partidos que respaldaron a Rafael Moreno Valle Rosas y le permitió el triunfo holgado sobre Javier López Zavala, ya no fue posible unificarlos, pero tampoco tendrán a su favor la deteriorada imagen del gobernador como fue el caso del priísta Mario Marín Torres.
Ahora, los morenovallistas son gobierno y como tal, la gestión repercutirá sobre el candidato de su partido y servirá como acicate para sus opositores.
Hace seis años, la alianza (PAN-PRD-Convergencia y Panal) encabezada por Rafael Moreno Valle y el desprestigio de Mario Marín Torres hundieron al candidato del PRI-Verde Javier López Zavala, por diferencia de diez puntos.
Moreno Valle alcanzó más de un millón cien mil sufragios, contra los 883 mil de López Zavala.
Tres años más tarde, los porcentajes se repitieron en la capital del estado, con un José Antonio Gali Fayad, protegido por la misma alianza que llevó al triunfo a Moreno Valle, obteniendo el 50 por ciento de los votos, contra el 40 por ciento del candidato de la alianza PRI-Verde, Enrique Agüera.
De esa forma, los partidos que se aglutinaron alrededor de la figura del gobernador de Puebla, ratificaron su compromiso. El mismo que formaba parte del script para el proceso electoral del 5 de junio, pero al que finalmente no se sumó el PRD como parte del elenco estelar.
El escenario es el mismo los nombres de los actores principales cambiaron, aunque el de los productores se repite.
La diferencia entre el proceso electoral del 2010 y el del 2016 es la figura que postuló el Revolucionario Institucional, la que marca dicha diferencia.
Y es que la figura de Blanca Alcalá es la mejor posicionada de todos los priístas, lo que no era López Zavala ni el entonces gobernador. Blanca reúne simpatías y su historial es terso, pero requiere que los priístas dejen atrás las disputas internas y se sumen a su proyecto las principales figuras.
Es cierto que Mario Marín Torres fue uno de los primeros en aparecer en su respaldo, pero no se sabe qué tanto puede ayudarla e incluso se dice que sería mejor no tenerlo tan cerca.
Sin embargo, Marín Torres es de los pocos priístas que mantiene una estructura en el estado, la que pudiera beneficiar a la candidata del PRI, aunque sería necesario mantenerlo a distancia.
Este proceso electoral poblano no cuenta con elementos adicionales, como lo es el reparto de ayuntamientos entre los candidatos que no alcanzaron la postulación.
Y es que entre los priístas se manejaron una serie de nombres, lo que provocó que algunos de ellos se sintieran afectados por ser relegados.
No sucedió así en el PAN, donde se conoció el nombre de José Antonio Gali Fayad desde el momento mismo en que ganó la elección para presidente municipal de la capital del estado.
En fin, será el 5 de junio cuando se conozca qué tan importante fue la incorporación del Panal a la alianza de Gali Fayad y que tanto hizo falta en la de Alcalá Ruiz.