“Que se vaya Duarte”, piden en Veracruz
¬ Mario San Martí viernes 19, Feb 2016Consensos y disensos
Mario San Martí
- Impunidad incidirá en elecciones jarochas
- Mala imagen del gobernador afecta al candidato Yunes Landa
Son muchas voces en Veracruz y fuera de esa entidad las que piden que por el bien de los veracruzanos, el gobernador Javier Duarte de Ochoa debe de irse; por el bien del PRI y su candidato, Héctor Yunes Landa.
El actual gobernador debe hacerse a un lado; para una mayor transparencia en las actuaciones judiciales respecto al asesinato de varios comunicadores, Duarte de Ochoa debe separarse del cargo: Por el abandono gubernamental en que se encuentran sus paisanos, lo más conveniente es un gobernador interino, uno que concluya con mejores resultados la administración local.
Ese es el panorama en Veracruz, ese el ánimo de la mayoría de sus habitantes.
A un gobernador que carece de autoridad moral para dirigir los destinos en una entidad donde los problemas de las desapariciones, secuestros, asesinatos y todo tipo de violaciones a los derechos humanos, lo que le queda es pedir licencia para separarse del cargo, no sólo para que llegue alguien que pueda con la tarea de gobernar, sino para que se le finquen responsabilidades o se le deslinde de ellas por las constantes anomalías en materia de inseguridad, y de las cuales en algunas se le señala como el origen y promotor del problema. Ese es el punto.
El desprestigio de la figura del gobernador y las constantes acusaciones que en su contra pesan por posibles actos de corrupción, por omisiones en la procuración de justicia, por negligencias en la atención de violaciones a los derechos humanos, por irregularidades en el sobreendeudamiento de las arcas estatales, por señalamientos de abuso de poder, todo ello en su conjunto incidirá en las elecciones próximas en contra de sus partidos y por eso los priístas son los principales interesados en que Duarte de Ochoa se vaya a su casa.
“Si su imagen y mala administración no ayudan, que deje a otro que lo haga mejor pero que no estorbe”, dicen los del partido tricolor a nivel nacional, pero sobre todo los de tierras jarochas.
Además de sus atractivos turísticos, Veracruz se distingue por tener un atractivo especial, uno de tipo electoral y por esas razones los partidos políticos pelean con enjundia ese territorio.
En el padrón electoral está esa seducción, ya que Veracruz representa casi seis millones de votos y en tiempos de sucesión presidencial la región es estratégica para todo candidato que quiera tener un resultado cómodo o de mayor legitimidad a la hora de hacer la sumatoria nacional de votos.
Eso lo saben en el PRI y también en el PAN, por eso los priístas demandan la separación de un gobernador que ha traicionado, con su mala actuación, el ideario tricolor; por eso también el panismo solicita que Duarte se vaya, porque saben que un mal gobernador lo único que le queda es querer ganar “a la mala” y temen la mano gubernamental en las próximas elecciones.
No hay duda, Duarte debe de irse, para dar mayores garantías al proceso electoral en Veracruz; priístas, panistas y veracruzanos en general saldrán ganando con una decisión así. Veremos.
YUNES, DEL PRI.– Héctor Yunes Landa es un político de alto perfil, con experiencia en el campo administrativo y en las lides partidistas y parlamentarias, pero en vísperas de elecciones su plan de gobierno, su trayectoria, su honestidad y carisma corren el riego de sucumbir o por lo menos generar uno que otro trago amago durante su campaña ante la mala imagen de Javier Duarte de Ochoa. Por eso los veracruzanos priístas en particular y ciudadanos en general, dicen que un buen mensaje de cambio en el rumbo adoptado es que Duarte renuncie y deje que los votos fluyan en sana competencia y en el marco de la democracia.
Hay mucha razón en el enojo de los veracruzanos, la dignidad de Yunes Landa, su trabajo, su esfuerzo, será poco si antes Duarte no se va, porque su permanencia es un duro mensaje de impunidad y de que las cosas seguirán igual en una entidad que está dolida por la actuación de su gobernador.
De la decisión que tome Duarte estará en juego el destino de los veracruzanos, de ese tamaño es la responsabilidad que tiene frente a sí el vilipendiado mandatario estatal, y en ese destino ya no hay más opciones que la renuncia, que bien puede ser legalmente disfrazada en el marco legal con una licencia indefinida. Usted tiene la última palabra señor gobernador, todavía.
EL OTRO YUNES.- Como andarán de mal las cosas en las tierras del poeta musical, Agustín Lara, que ante un gobierno ciego ya anda por ahí un tuerto que quiere ser el rey de chocolate.
Se trata del senador con licencia Miguel Ángel Yunes, quien -ante los tumbos gubernamentales de Javier Duarte- ya se frota las manos y como candidato del PAN aspira a llegar a la silla estatal, y sueña en esa posibilidad porque con la mala administración de Duarte cree que los veracruzanos olvidarán su negro historial como funcionario del ISSSTE, donde lo menos que se dice es que desvió recursos de dicho instituto para fines políticos en tiempo de su alianza con la entonces líder del magisterio, Elba Esther Gordillo.
Y eso es sólo un botón de muestra de un Yunes Linares que en toda su trayectoria la traición y la corrupción lo han acompañado. Pero ahí está, y se aprovecha de la mala imagen de Duarte, porque eso le representa un borrón y cuenta nueva.
DATO FINAL.- Nadie en Veracruz duda de que Héctor Yunes Landa sea la mejor opción para gobernar esas tierras. En su semblanza destaca haber sido diputado local y federal y senador de la República; ha tenido cargos importantes en dependencias como INFONAVIT, FONATUR, FONHAPO. Ese es el Yunes que debe ganar, pero la mala imagen de Duarte hace dudar a los jarochos.