¡Sólo Dios lo sabe!
¬ Salvador Estrada jueves 18, Feb 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Fíjense nada más que cosas tiene la grilla. La visita del Papa Francisco fue aprovechada por algunos políticos, o quiso ser utilizada por aquellos que dicen tener altura de miras, que sin querer queriendo, querían pararse el cuello.
El jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, le dio la bienvenida a la Ciudad de México al jefe del Estado vaticano, en la entrada de Catedral, y le obsequió “las llaves de la ciudad”. Una ceremonia breve de casi un minuto. Y aunque Mancera quería una ceremonia en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento para lucirse, echar verbo, y “quedar bien con Dios y con el Diablo”, el Papa le dijo “nones”, porque no le gusta que le soben el lomo, como dicen en Argentina, cuando buscan la adulación.
Craso error del doctor Mancera. Semanas atrás le había dado las “llaves de la ciudad” a Yoko Onno, la viuda de John Lenon, cuyo mérito fue acabar con el cuarteto de Liverpool, lo cual no perdonan sus seguidores. ¿Quién le sugirió darle las llaves? Estas se entregan a presidentes, reyes, príncipes, según la tradición. Y la japonesa no entraba en esas cartas.
Empero, por otra parte, la visita del Papa permitió que en Michoacán el ex presidente Felipe Calderón acudiera a misa. Seguramente los pecados le pesaron demasiado y arrepentido fue por la bendición papal. También andaba su esposa Margarita en esa misa, que tal vez fue a pedir “un milagrito”: ser candidata a la Presidencia de la República. Y Felipe le rehuyó a la prensa cuando lo descubrieron entre los fieles ¿La visita del Papa subirá los bonos del partido?
El ex mandatario no quiso saber nada del PAN…y se perdió entre los creyentes.
Y aunque usted no lo crea, el gobernador del Estado de México, sin querer queriendo, quedó bien, sin mirar a quién, por la organización de la misa en Ecatepec. Un millón de fieles acudieron, según cálculos del vocero del Papa, el sacerdote jesuita Federico Lombardi, aunque los organizadores calcularon que fueron 3 millones. El Papa calificó el evento de “fantástico”, según dijo Lombardi, porque se puso de manifiesto orden, disciplina y respeto en esa ceremonia religiosa, donde la fe prevaleció.
Ahora, los mexicanos, creyentes o no, tienen que esperar para saber si la visita del Papa Francisco tendrá frutos en la clase política. ¿Cómo saber si a los políticos les cayó el veinte de la conversión y arrepentidos lucharán por el bien común o seguirán trabajando por su bien personal? El Papa Francisco, dijo su vocero, no vino a resolver todos los problemas, pero por sus mensajes demandó que todos juntos trabajen para resolverlos.
¿Este país, con tanta riqueza y con tantos pobres, podrá cambiar?, ¿La respuesta se conocerá en el próximo sexenio?, ¿O habrá otra visita del Papa? ¡Sólo Dios lo sabe!