Y los asesinos materiales, ¿cuándo?
¬ Augusto Corro martes 16, Feb 2016Punto por punto
Augusto Corro
Josele Márquez “El Chichi”, jefe de plaza de “Los Zetas”, es el autor intelectual del asesinato de la periodista Anabel Flores.
El impresentable gobernador de Veracruz, Javier Duarte, informó lo anterior en las redes sociales.
¿El móvil del crimen?
Una supuesta publicación que Anabel realizó en Facebook, con el seudónimo de Mariana Contreras, en la que se refirió al sucesor de “El Chichi”, en aquella zona, un tal Omar Escalona.
La comunicadora fue secuestrada la madrugada del lunes 8 de febrero cuando se encontraba en su casa, en Orizaba, Veracruz.
Los desconocidos torturaron y asfixiaron a Anabel Flores y abandonaron su cadáver en la carretera Puebla-Tehuacán, un día después de ser “levantada”.
La información que proporcionó el mandatario estatal fue escueta. Ahora se esperan más explicaciones sobre el caso. Saber que condujo a señalar a “El Chichi” como culpable del asesinato.
Con la rapidez que ofrece Twitter, el funcionario dijo quien era el responsable intelectual y que éste fue enviado a la cárcel de “Puente Grande”, Jalisco.
La premura de la consignación de “El Chichi” más la información a cuentagotas de las autoridades veracruzanas, así como el desprestigio de éstas, sólo llevan a formular más interrogantes.
El gobierno veracruzano comunicó en agosto del 2015, que “El Chichi” había muerto en un enfrentamiento entre grupos delincuenciales en un bar de Orizaba.
Tendrán que ser capturados los asesinos materiales para saber la verdad sobre la muerte de Anabel. A “El Chichi” también lo acusan del atentado al periódico “El Buen Tono”, en Orizaba.
LA MASACRE EN TOPO CHICO
¿Había manera de evitar la mortandad en el penal de Topo Chico, Nuevo León?
La pregunta surgió luego de conocer la noticia de la riña colectiva en el reclusorio mencionado, que arrojó la muerte de 49 reos.
El jueves pasado al filo de la medianoche, se enfrentaron grupos del cártel de “Los Zetas que rebasaron la barbarie.
Volvemos a la pregunta. Es difícil saber si pudo evitarse el derramamiento de sangre, porque las cárceles en México están convertidas en verdaderos infiernos.
En este espacio ya señalamos que en algunas prisiones, son los propios internos los encargados de administrarlas. Esto conduce a un sinnúmero de privilegios y a una aplicación laxa de la ley.
En Topo Chico quedó demostrado que los amos del penal eran los “zetas” que vivían con las comodidades de una residencia de gente rica. Uno de los capos hasta disfrutaba de un baño sauna en su celda VIP.
Las autoridades catearon las celdas y encontraron que estaban equipadas con salas, camas king size, pantallas, frigobares, aire acondicionado y acuarios.
Eran innumerables los beneficios que tenían los presos, pues se les permitía extorsionar a sus propios compañeros para protegerlos; los delincuentes ganaban hasta 15 millones de pesos al mes por cobro de cuotas, venta de droga y otros negocios.
Los problemas propios del desgobierno en el reclusorio se agravaron con la sobrepoblación en la cárcel. Desde el año pasado, el entonces gobernador Rodrigo Medina fue informado de las irregularidades en la cárcel multimencionada, pero las dejó pasar.
Llegó el nuevo gobernador independiente, Jaimero Rodríguez Calderón “El Bronco” y fue a éste a quien le estalló el conflicto, se complicó la situación.
La masacre en el penal fue ejemplo de salvajismo incontrolable por parte de las autoridades. Cuando se hacen los trámites de cambio de poderes ¿no se supo de la bomba de tiempo que representaba Topo Chico?
Se sabía, pero al gobierno estatal se le olvidó. “El Bronco” empeñado en la lucha política recorre otros sitios entregado a la “grilla” y dejó a sus segundones que se encargaran de gobernar como Dios les dio a entender: los resultados no se hicieron esperar.
Ojalá y la experiencia de lo ocurrido en Topo Chico oriente a las autoridades responsables del buen funcionamiento de las cárceles mexicanas y así evitar nuevos derramamientos de sangre.
LA OBESIDAD
El problema de la obesidad es ya una “epidemia” en México. No hay duda.
Nuestra inclinación por alimentos que engordan ya empieza a causar verdaderos problemas.
En la entrega del XXIX Premio “Miguel Alemán Valdés” , el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, habló sobre la obesidad que afecta al 30 por ciento de los adolescentes e infantes y al 70 por ciento de la población adulta.
El asunto no es nuevo, aunque la lucha contra la gordura no rinda frutos positivos.
La idea es no echar en saco roto las advertencias sobre un consumo sano y ordenado de nuestros alimentos, para evitar el sobrepeso tan dañino que lleva a enfermedades del corazón y la diabetes.
Para empezar, elimine a los tres principales enemigos blancos del hombre que son: la sal, las harinas y el azúcar. Hágalo y se sentirá mejor.