Entre la fe y el fanatismo
¬ José Antonio López Sosa jueves 29, Oct 2015Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Ayer fue 28 de octubre, día en que se conmemora a San Judas Tadeo, que más que un santo de la Iglesia católica, se ha transformado en una suerte de deidad para una gran cantidad de feligreses que año con año llenan las inmediaciones de la Iglesia de San Hipólito, donde se le rinde culto.
No se trata de estar contra la fe de las personas, cada quien es libre de creer en lo que mejor le parezca; sin embargo, hay elementos que prueban que conmemoraciones como ésta, cruzan la delgada línea entre la fe y el fanatismo, con el silencio por supuesto de las altas jerarquías católicas.
Sin caer en la discriminación por estrato socioeconómico, debemos ser claros, la mayor parte de quienes acuden a ver a San Judas Tadeo el 28 de octubre (y los días 28 de cada mes) son gente humilde. Me tocó constatarlo por los años que trabajé en ABC Radio, cuyos estudios se encuentran frente a la Iglesia de San Hipólito. Ahora bien, ¿cuánto dinero invierte toda esta gente en venir hasta el templo?, ¿cuánta limosna dejan?, ¿cuánto dinero le representa a la jerarquía católica la visita de los peregrinos que visitan a San Judas Tadeo?
Evidentemente, ésta es carne de cañón para otras religiones, llámense cristianos, testigos de Jehová o cualesquiera de sus derivaciones bíblicas; sin embargo, en todas ellas hay quienes rebasan esa frontera de la fe y el fanatismo y el problema de fondo no es la gente, sino los liderazgos en todas esas religiones -la católica incluida- que no hacen nada por frenar a sus fieles y explicarles la diferencia entre ser un buen católico o cristiano y un fanático en el que sólo ven una fuente de ingresos económicos y de poder sobre su mente y acciones.
YA VIENEN LOS MUERTOS
Hablando de fe y metiéndonos en el tema del sincretismo, se acerca una de las celebraciones más coloridas que tenemos en el país: el Día de Muertos.
Este año viajaremos a una de las entidades federativas con más tradición en esta celebración, Campeche. En la península de Yucatán hay distintos tipos de celebración, desde los más tradicionales que se dejan ver en la ciudad de Campeche y alrededores y en Mérida, Yucatán, hasta las réplicas que a través de parques temáticos buscan mezclar lo auténtico con lo comercial. En fin, hay de todo y para todos, pero la celebración en sí misma es un deleite a los sentidos.
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