En Guatemala, oportunidad de cambio
¬ Augusto Corro martes 27, Oct 2015Punto por punto
Augusto Corro
El cómico Jimmy Morales Cabrera será el próximo presidente de Guatemala.
El artista venció en la segunda vuelta a la ex primera dama Sandra Torres.
Así, los guatemaltecos se dieron la oportunidad que los gobierne un personaje ajeno a la política tradicional.
Los partidos políticos fueron derrotados en unos comicios donde sobresalió el repudio a la clase política.
De 46 años de edad, Jimmy fue registrado como James Ernesto. Es un cómico famoso en aquel país por sus programas en televisión y cine.
Asumirá el poder el 14 de enero de 2016 y su gestión será de cuatro años. Durante su primer discurso de agradecimiento, Jimmy se comprometió a no defraudar a sus electores.
Dijo que recibió una orden y un mandato del pueblo guatemalteco, que es el de luchar contra la corrupción que nos ha carcomido.
Es posible que el nuevo mandatario empiece a sacar su país del abismo de la corrupción que lo condujo el anterior presidente, Otto Pérez Molina, quien se encuentra en la cárcel, acusado de encabezar una banda delincuencial.
La historia de Guatemala registró una guerra despiadada de los gobiernos contra los indígenas y las clases pobres.
Se encuentra pendiente el juicio contra el ex presidente y dictador Efraín Ríos Montt, acusado de genocidio.
El sátrapa será juzgado en condiciones especiales, debido a que su defensa argumentó que padece trastornos mentales.
Con el triunfo de Jimmy, Guatemala entra a una experiencia compleja, pues la clase política no se dará por vencida fácilmente.
En fin, los guatemaltecos ya despertaron de su marasmo y saben que tienen en el voto un arma poderosa para vivir plenamente su democracia.
EL SAQUEO “TRADICIONAL”
Tal parece que saquear las finanzas públicas en los estados se vuelve una práctica tradicional que no se castiga.
En ocasiones muy contadas los ex funcionarios-delincuentes son perseguidos por la justicia, pero el problema se apaga y se olvida.
¿Alguien sabe que ocurrió con el delincuente Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco?
Acusado de meter la mano en el erario para enriquecerse ilegalmente, el ex funcionario se encuentra en un hospital capitalino, con la idea de enviarlo, algún día a su estado para rendir cuentas ante la justicia.
Mientras, Andrés Granier continúa lejos de su tierra y de la cárcel tabasqueña.
Son varios los gobernadores que dejaron a sus entidades sumidas en deudas financieras multimillonarias, previos sus respectivos saqueos al tesoro público.
Y esa acción de los mandatarios estatales está presente en Nuevo León y Guerrero. En la primera entidad, el ex gobernador Rodrigo Medina podría ir a la cárcel. Su enriquecimiento fue escandaloso.
En este caso, el tiempo transcurre y el gobernador independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” parece que ya se olvidó de sus promesas de campaña. Una de éstas, incluía la investigación a fondo de la riqueza de Rodrigo Medina.
Todo lo anterior viene a cuento, porque el nuevo gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, heredará un quebranto financiero de más de 15 mil millones de pesos.
Según se informó, el principal déficit se concentra en las secretarías de Salud, Educación y Finanzas y Administración.
¿Quién se despachó con la cuchara grande del erario? ¿Fue el ex mandatario Ángel Aguirre Rivero?
Porque su sustituto, Rogelio Ortega Martínez, también un funcionario transa, no tuvo el tiempo suficiente para cargarse las alforjas con dinero mal habido.
Aunque sí pudo hacerse multimillonario con la venta de patentes notariales.
Por ejemplo, repartió, en lo oscurito seis notarias a “hijos de fedatarios en funciones, ex funcionarios y familiares del defenestrado ex gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Días atrás, el gobernador interino, Ortega Martínez, “solicitó el pago de 35 millones para otorgar siete patentes. Una vez que se conoció la noticia, el político lo negó.
Finalmente, el viernes por la noche, Ortega Martínez realizó su negocio.
SIN RENDICIÓN DE CUENTAS
Mientras no se sometan a una rendición de cuentas, los gobernadores dilapidarán los recursos públicos. Claro, el dinero no es de ellos, no tienen por qué cuidarlo.
Resulta que el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, nunca supo de la miseria en que vive su pueblo.
Todo mundo sabe que Oaxaca es uno de los estados más pobres de México; pero el mandatario estatal lo ignora.
¿O cómo entender que despacha en unas oficinas en la Torre Omega, en Polanco, cuya renta es de 200 mil pesos mensuales?
Eso sí, se trata de instalaciones lujosas donde recibe a sus cuates, políticos y empresarios.
¿Entonces, para que le sirven las oficinas propias para su representación oficial en el Distrito Federal?
Total, los mandatarios estatales viven mejor que un rey. A nadie le informan lo que hacen con los recursos públicos y nadie los llama a cuentas. La historia de nunca acabar.