“Ilhuicamina”: flechador del cielo
Mauricio Conde Olivares lunes 5, Oct 2015“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
Corría el final del mandato de Miguel de la Madrid Hurtado, muchos años antes de que el presidente George Bush hijo disertara sobre la llamada “Guerra de las Galaxias”, que no era más que el escudo protector satelital del imperio estadounidense desde el espacio; México llevaba a cabo la más intensa modernización contemporánea de su infraestructura pública, a los nuevos aeropuertos, puertos mercantes, carreteras, puentes atirantados, a todo esto se sumaba la de las telecomunicaciones con colocación en órbita de satélites propios como el Morelos I, que originalmente se llamaba “Ilhuicamina”, Flechador del Cielo, en lengua náhuatl.
Prevaleció la temática de los héroes de Independencia que caracterizó el mandato de Carlos Salinas de Gortari para bautizar a sistema de satélites mexicanos como “Morelos”, pues ya habían ganado la batalla tecnológica los estadounidenses con su oferta orbital ante la propuesta japonesa del uso de la fibra óptica.
México pasaba de la red de telecomunicaciones punto a punto, es decir de transmisiones radiadas que corrían, brincaban literalmente por todo el territorio de antena parabólica a antena parabólica, dónde la falla en el “espejeo” correcto de alguna daba al traste con la transmisión entera, se caía el sistema pues.
Los japoneses insistían ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes comandaba en ese entonces por Rodolfo Félix Valdez y después por Daniel Díaz Díaz, que era mejor aplicar en México la fibra óptica, con la ventaja ante los satélites de que la red se podía reparar aquí en tierra con manos mexicanas, mientras que la propuesta de los gringos significaba pérdida de soberanía en el control de las telecomunicaciones, pues si algo fallaba, habría que ir al espacio a reparar el satélite o recuperarlo, y quienes creen que tienen la tecnología para lograrlo. Así, los estadounidenses daban el golpe, la pomada y también la sobada, nadie más.
Pero pudo más el imperio y también hay que decirlo, existía la coyuntura legal internacional de que estaban libres dos franjas orbitales que correspondían a México, y si no las ocupaba quedarían resueltas con equipos satelitales de otras naciones, por lo que prevaleció otra manera de ver la soberanía nacional en la materia. Cuestión de enfoques…, y de negocios al amparo del gobierno.
Estimado lector, le voy a dar un ejemplo al respecto. Nuestros satélites son como los encendedores portátiles y desechables con los que usted prende sus cigarros. Dejan de servir cuando se les acaba el combustible. Lo mismo pasa con el satélite colocado en órbita sobre la Tierra.
Así que imagine su pequeño encendedor suspendido en el espacio sideral, lleno de gas, con orificios controlables de salida del combustible en cada costado, y usted desde la tierra debe mantenerlo dentro de un triángulo imaginario de tres kilómetros. Cada que el encendedor por su fluctuación en el espacio vaya a salir de ese sitio, ordena la liberación del combustible en la cantidad, dirección y tiempo suficiente para que retorne a su lugar y no se pase para que esa acción no se haga infinitamente.
Entre más ducho sea para posicionarlo, menos combustible gastará y tendrá su encendedor más tiempo de vida útil, de esos que le dan 10 años al satélite; así que el tiempo que está en funciones el equipo orbital depende de la habilidad de los técnicos para ubicarlo en ese triángulo imaginario sin consumir todo, porque al final se saldrá de órbita y según las leyes internacionales el aparato será de quien lo rescate.
Pero si hablamos de soberanía, le contaré una experiencia personal que tuve a mi paso como funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Era el jefe de Información de Comunicación Social y estuve en una de tantas reuniones del secretario Díaz Díaz con los constructores del satélite mexicano.
Nos pasaron un audiovisual con la explicación en inglés de todos los servicios que podría prestar el sistema satelital en materia de transmisión de señales de voz y datos, cuestiones técnicas de más o de menos y al final, el video se detuvo en la imagen con todos los satélites que, en ese tiempo, estaban en órbita, obviamente los colocados por Estados Unidos en todas las ramas del conocimiento humano, como el meteorológico, los de telecomunicaciones, de investigaciones científicas y monitoreo, y los llamados “espías”.
En ese momento. Los técnicos de la NASA, de la Hughes Aircraft, de AstroTech, de la Boing, le confían al secretario Díaz: “además, le ofrecemos al gobierno de México un beneficio adicional muy importante; una parte de todos los satélites que construimos, que no interfiere en nada con la cantidad y la calidad de los servicios comprometidos con el fabricante, nos permite que en caso de una guerra de gran escala, el equipo que les vendemos pase a formar parte del escudo de inteligencia militar de Estados Unidos para garantizar la sobrevivencia de nuestros pueblos. Esto es adicional, sin ningún costo para ustedes”.
La parte mexicana de la SCT estábamos del lado izquierdo del secretario, quien de inmediato volteó a vernos con una cara de “¡mira qué hijos de su pink floyd!”; los estadounidense continuaron la presentación del video con el detalle de la cantidad de datos posibles de transmisión, del número de canales, etcétera.
El caso es que México le entró a la posible “Guerra de las Galaxias” y a la fecha ya logró la puesta en órbita del Morelos 3, pero debemos recordar que en la vida del Sistema de Satélites Mexicano, al menos ya dos veces los técnicos nacionales que controlan el equipo desde “Contel Iztapalapa” ya perdieron toda comunicación satelital hasta por 24 horas, sin que a la fecha se hayan oficializado las causas como la del 28 de abril de 1998 a la que simplemente llamaron “falla del sistema de procesadores”.
Es presumible, que ese número de veces haya sido el de las pruebas y puesta en operación del llamado escudo orbital para la guerra de las galaxias, recordemos que luego del sistema Morelos le siguió el Solidaridad. El Solidaridad I fue lanzado el 13 de noviembre de 1993, para reemplazar al Morelos I. Al igual que la primera generación de satélites mexicanos, los Solidaridad fueron elaborados por la empresa estadounidense Hughes Aircraft Co. (hoy Boeing Satellite Systems International).
En esta ocasión, el lanzamiento se realizó en Kourou, en la Guyana Francesa, a través del cohete impulsor Ariane 4. El Solidaridad II también fue puesto en el espacio de la misma manera, el 17 de octubre de 1994. Cabe destacar que los satélites Solidaridad I y II, contaban con el doble de capacidad de los Morelos, y su vida útil se estimaba que culminaría en 2007 y 2008.
De hecho, en 1997 se solicitó a la misma empresa la construcción del Morelos 2R (hoy Satmex V). Sin embargo, el 28 de abril de 1998 tuvo lugar la primera falla del Solidaridad I, al dañarse uno de los dos procesadores del sistema, dejando sin servicio temporalmente a 150 importantes usuarios. El 29 de agosto, el Solidaridad I fue apagado definitivamente, provocando importantes pérdidas y daños en materia de comunicaciones a diversas entidades del país.
Baste mencionar que su pérdida afectó a varias redes de servicio fijo que operaba Telecomunicaciones de México (Telecomm), la del canal 11 de televisión, la red malla, las dos redes de la Presidencia de la República, casi 14 mil estaciones de EDUSAT, además de 953 terminales de las instituciones responsables de la seguridad nacional, 2 mil 683 terminales de transporte público de pasajeros, además de que casi 4 mil 500 comunidades rurales se quedaron sin servicio de telefonía satelital.
Sus tareas fueron transferidas al Solidaridad II. Al migrar las funciones, las señales de televisión quedaron listas el mismo día, pero las de las redes de datos y de tele-audición hasta fines de agosto, y las estaciones de EDUSAT hasta octubre.
En el año 2000, las autoridades mexicanas contrataron los servicios de Loral Space Systems para construir un satélite de alta potencia, el Satmex VI, después entró en operación el Solidaridad II opera en órbita inclinada, y se le emplea exclusivamente en tareas de seguridad nacional, siendo utilizado por la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, y la Secretaría de Seguridad Pública, y hay que señalar que es el único satélite que puede operar señales cifradas, voz y datos para éstas instituciones gubernamentales; y también recientemente se desintegró el satélite “Centenario” cuando era puesto en órbita.
Por eso, el actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, afirmó que con el reciente lanzamiento y puesta en órbita el Morelos 3, se consolida el Sistema Satelital Mexicano MEXSAT, de última generación con lo más avanzado de la tecnología.
Además, se avanza en el cumplimiento de los objetivos de cobertura y conectividad de la Reforma de Telecomunicaciones y da pasos para construir una nación más justa y próspera. Actualmente el Morelos 3 está en su órbita geoestacionaria a 36 mil kilómetros de altura para ubicarse, después del 15 de este mes, en la posición orbital de 113 grados de longitud Oeste sobre el Ecuador. MEXSAT es el proyecto de infraestructura de telecomunicaciones más grande e importante en la historia contemporánea de nuestro país y de los más modernos y avanzados de todo el mundo, pues el satélite Morelos 3 prestará servicios móviles, sobre todo, en temas de seguridad nacional, prevención de desastres y auxilio a la población en casos de siniestros, desastres y emergencias.
Se integra a la flota MEXSAT y junto con el satélite Bicentenario operará en beneficio de los mexicanos, el que actualmente provee servicios de conectividad a cinco mil sitios públicos del Programa México Conectado y ofrece servicios de comunicación satelital fija a varias de las entidades en el país, dijo el secretario; todo esto en el marco de un debate sobre la soberanía nacional en materia de telecomunicaciones en la que vamos de la mano del imperio actualmente comandado por Barack Obama; pero esto será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.