El reto de Ulises
Ramón Zurita Sahagún jueves 19, Ago 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Uno de los personajes políticos que resultó más damnificado por el tsunami electoral que golpeó al PRI en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, fue el gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
Considerado como uno de los principales operadores en cuestiones electorales, hombre de las confianzas de Roberto Madrazo Pintado en esas tareas y convertido en leyenda por sus hazañas en estados como Michoacán, Tabasco y Oaxaca, Ulises se desinfló y mostró que es un simple mortal, al que se le acumularon una serie de facturas pendientes.
Es cierto que en la anterior contienda electoral local y en la federal, el gobernador de Oaxaca se fortaleció y su fama creció hasta límites insospechados, por lo que creyó que esa proyección le serviría para contender por la presidencia nacional del PRI y hasta se dejó convencer de que podría contender hasta por la candidatura presidencial.
Sin embargo, los electores oaxaqueños le tenían preparada una sorpresa para el cobro de los agravios sufridos durante casi seis años de su gobierno y la factura le fue pasada el cuatro de julio con la derrota contundente en las urnas.
El poderío de Ulises Ruiz Ortiz quedó reducido a nada, su fama se derrumbó estrepitosamente, sus sueños quedaron frustrados, sus ilusiones de crecimiento político se desvanecieron y casi aliados, el todavía gobernador de Oaxaca busca los escondrijos en los que habrá de refugiarse, para resanar las heridas y preparase para el futuro.
Ulises sabe que la tarea no será fácil, ya que arrastra consigo, además de la derrota, el desprestigio y la denuncia pública.
Los agravios cometidos en su administración son muchos, los que van desde públicos, personales, administrativos, sin dejar de lado en los que incurrieron varios de sus principales colaboradores.
Eviel Pérez Magaña regresará a la diputación federal, aunque sobre el pesará siempre la derrota en las urnas y la frustración del proyecto de Ulises y el freno a sus ambiciones y planes de un mejor futuro.
La presidencia del PRI es solamente una quimera, ya que Ulises fue relegado de la misma y sus apoyos a los prospectos presidenciales del PRI deberán de ser analizados antes de ser aceptados.
Con una carrera política, donde pasó por diversos cargos de elección popular, desde diputado local, federal, senador y gobernador, Ulises mostró al final de cuentas como el poder ensoberbece y hace que los políticos pierdan el rumbo.
Ahora tendrá que reinventarse, ya que los logros del pasado no le sirven en la actualidad para posicionarse de nueva cuenta.
Es tal deterioro sufrido que el gobernador de Oaxaca intentó dejar sembrado un procurador de Justicia y un Tribunal Superior de Justicia a modo, para evitar que el peso de la acción de la justicia pudiera caer sobre de su persona y la de sus colaboradores.
Su intento se vio frustrado y aunque el gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo, ya anunció que no realizará una cacería de brujas, ni buscará culpables del desastre oaxaqueño, hay quienes consideran que varios de los principales colaboradores de Ulises deberán pagar por las cuentas pendientes.
En el caso particular de Ulises, la recomposición de su figura política, dicen algunos de sus allegados, se iniciará con la campaña presidencial, cuando sus servicios sean necesarios y lo que queda de su fama electoral se vuelva necesario.
Hay quienes ubican al todavía gobernador de Oaxaca como uno de los prospectos para disputar una de las dos candidaturas senatorial de mayoría, mientras otros consideran que las heridas estarán demasiado frescas como para que eso suceda.
En los tiempos pasados, la fama de Ulises como operador electoral se volvió tan grande que superó a los dos principales estrategas del PRI en esa materia, César Augusto Santiago y Amador Rodríguez Lozano.
Sin embargo, en la elección de Oaxaca coincidieron dos de ellos, el chiapaneco Santiago Ramírez y el propio Ulises y ni siquiera con eso pudo el PRI vencer la alianza opositora que cobijó a Gabino Cué.
*Siempre si actuó el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, al demandar al cardenal Juan Sandoval Íñiguez, por las acusaciones que fueron lanzadas sobre el eventual maiceo del perredista a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, para la aprobación de los matrimonios y la adopción de hijos por parte de las parejas gay.
La denuncia es por daño moral y alcanza también al sacerdote Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis, quien también lanzó frases duras por la decisión asumida por los ministros y que permite que las parejas del mismo sexo gocen de estos derechos en todo el país.
*La violencia muestra de nueva su poco respeto a investiduras y que esta se encuentra presente en todo el país. El alcalde de Santiago, Nuevo León, secuestrado hace unos días apreció muerto y con huellas de tortura. De esa forma, los políticos ponen su contribución a una guerra en la que nadie queda exento, ya que todos los sectores de la sociedad han sufrido las consecuencias de este baño de sangre que ahoga a México.