Las otras alianzas
Ramón Zurita Sahagún martes 17, Ago 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Recorrido el camino con un éxito mayor al esperado, los partidos de izquierda y derecha entraron al terreno del análisis para establecer otro paquete de alianzas para los comicios del año próximo.
Son varias las entidades en las que habrá cambio de gobierno, aunque una supera por mucho las expectativas y es la que se encuentra en la mira de los partidos que pretenden la alianza, ya que con un eventual triunfo descarrilarían al PRI en su anhelado tránsito de regreso a Los Pinos.
El Estado de México resulta ser por mucho la gema preciosa de los procesos electorales del año próximo, por tres razones fundamentales: el alto presupuesto con que cuenta, el número de votantes que ocupa el primer lugar en el padrón nacional y la figura de quien gobierna, Enrique Peña Nieto, situado como el favorito de las encuestas en cuanto a posibilidades presidenciales se refiere.
De ahí que el interés de los dirigentes de Acción Nacional, Convergencia, de la Revolución Democrática y del Trabajo, sea el de arrebatarle esa porción del territorio a los tricolores.
Sin embargo, la dificultad de establecer una alianza radica en la búsqueda de un candidato idóneo que tendría que ser ajeno a los dos principales partidos que encabezarían esta coalición, ya que tanto PRD como PAN confían en que sus candidatos son sinónimo de triunfo.
Y es que durante varios lustros el PAN dominó lo que consideró el corredor azul que comprendía los ayuntamientos de Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Cuautitlán, llegando su dominio hasta Toluca, Huixquilucan y Ecatepec, entre otros municipios.
El PRD mantuvo supremacía en los municipios más poblados del estado, entre los que se contaban Netzahualcóyotl, Texcoco, Los Reyes la Paz, Chalco y hasta Ecatepec.
Fue por ello que el PRI se quedó sin senador por la entidad mexiquense, ya que los tres senadores a los que cada entidad tiene derecho, fueron repartidos entre PRD (dos de mayoría) y PAN (uno de primera minoría), luego de que el partido tricolor fuese barrido en la elección presidencial del 2006.
Tres años después, el fenómeno Peña Nieto volvió a la vida al PRI en la entidad mexiquense, donde dejaron al PRD y PAN, sin oportunidad de nada, reconquistaron los ayuntamientos perdidos, algunos hasta por más de quince años, recuperaron la mayoría en el Congreso local y ganaron con amplitud las diputaciones federales.
Pero si el interés máximo radica en el estado de México, otras de las gubernaturas no son nada despreciables como es el caso de Guerrero, donde el PRD es gobierno y pretende conservar esa figura con uno de sus militantes.
El PAN se encuentra perdido en la entidad y en la elección más reciente no superó el uno por ciento de los sufragios, lo que equivale a nada, por lo que podría subirse al carro de la izquierda, en un afán por incrementar su paupérrima votación.
Los panistas llegaron a tener dominio en Taxco, aunque fue en sus mejores épocas en el estado y hoy están casi desaparecidos
En el recambio de apoyos, los perredistas deberán empujar al candidato panista en Coahuila, otro estado sumamente atractivo, ya que ahí gobierna Humberto Moreira Valdez, quien podría ser una pieza fundamental en la campaña presidencial y el aspirante mejor posicionado es su hermano Rubén, diputado federal y presidente del PRI y de la comisión de Derechos Humanos del Congreso federal.
Por mucho, el priísmo mantiene el dominio en el estado, aunque las cosas varían de una elección a otra, como dan cuenta los resultados en Puebla y Oaxaca, donde el PRI barrió en los procesos locales del 2007 y lo refrendó dos años más tarde.
Nayarit y Baja California Sur no representan estados atractivos en cuanto al electorado, aunque como todas las entidades del país, son deseadas por los partidos políticos.
En el primero de los estados ya se mostró que una alianza entre derecha e izquierda trae beneficios y puede conducir a triunfos. En 1999, una alianza de izquierda y derecha consiguió su primer triunfo como tal, luego de haber fracasado en Durango, Tamaulipas y otros estados del país.
Los desfiguros del gobernador Antonio Echevarría Domínguez y sus saltos de la derecha a la izquierda, luego de militar por décadas en el PRI, sirvieron para que los priístas recuperaran la plaza, la que están dispuestos a defender, apoyados por Nueva Alianza que ubicó en el estado uno de sus reductos.
Baja California Sur no requiere de alianzas, ya que el perredismo es fuerte en la entidad y los caciques que lo controlan lo convierten en una fortaleza casi inexpugnable.
Michoacán viene siendo una de las dos gemas perredistas (la otra es el Distrito Federal) donde los del sol azteca no buscan ni permitirían alianzas con la derecha, ya que es incluso la entidad natal del Ejecutivo federal y cuentan con una larga lista de aspirantes, entre los que se ubican Luis María Calderón Hinojosa, hermana de Felipe, Germán Martínez Cázares, ex presidente nacional del PAN, César Nava Vázquez, presidente del CEN del PAN y Salvador Vega Casillas, secretario de la Función Pública, entre otros.
*Jorge Herrera Caldera fue validado con el triunfo en el proceso electoral del 4 de julio por el Tribunal Electoral del Poder Judicial en Durango, con lo que se ratificó su victoria en las urnas por más de quince mil votos sobre el candidato aliancista José Rosas Aispuro.
El Tribunal estatal desechó los recursos presentados por los adversarios del priísta, ya que carecían de los argumentos suficientes para descalificar la elección.
Con todo y ello, Herrera Caldera tendrá que esperar el veredicto del Tribunal Electoral federal para poder gobernar por los siguientes seis años.