Faltan figuras
Ramón Zurita Sahagún lunes 24, Ago 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Solamente rindieron protesta como nuevos dirigentes nacionales de sus partidos, Manlio Fabio Beltrones y Ricardo Anaya Cortés y de inmediato fueron sembrados entre los prospectos más sólidos para sendas candidaturas presidenciales.
Los nuevos dirigentes nacionales de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional muestran la poca oferta política existente con vistas al 2018.
Manlio es un político con mucho tramo recorrido, al que unos le conceden posibilidades reales y otros lo descalifican, por considerar que representa un salto al pasado. Lo que es cierto es que Manlio es uno de los políticos con mayor presencia en todo el territorio nacional y al que se le conceden habilidades de todo tipo.
Cuenta con una extensa hoja de servicios en la que se incluyen cargos de elección popular, dentro de la administración pública y un cúmulo de posiciones partidistas. Manlio es un personaje polémico que logró quitarse algunos fantasmas del pasado, recomponer la figura y presentarse como un político de actualidad, al que los fantasmas del pasado no le inquietan. Sus principales adversarios ya no participan en política o murieron o se encuentran sepultados por la memoria.
El sonorense logró su reconversión, hacer nuevos aliados, presentarse como un gran negociador y saltar como una opción de su partido para la candidatura presidencial.
Claro que falta mucho tiempo para ello y que dentro de su partido ronda la idea de respaldar a un político maduro (tendrá 65 años en 2018), serio, profesional y con amarres en los otros partidos políticos.
Si se considera que dentro de los gobernadores no hay uno solo que sobresalga y que los entrantes del año próximo no tendrían tiempo para posicionamiento nacional, se advertirá que en ese terreno corre solo.
Por lo que respecta a los integrantes del gobierno federal, la advertencia de no moverse los mantiene contenidos, aunque solamente dos o tres de ellos son los que podrían emerger como prospectos sólidos.
Los secretarios de Gobernación y de Hacienda, Miguel Ángel Osorio y Luis Videgaray Caso, respectivamente, se mantienen dentro del “top five” de los aspirantes priístas, aunque todavía hay tiempo de que existan otros personajes que podían ubicarse dentro del gabinete presidencial.
En el pasado de los aspirante priístas hay de todo, desde personajes que siempre salieron de favoritos como fueron los casos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez que se mantuvieron firmes en sus posiciones de secretarios de Gobernación hasta el momento de su ungimiento.
Otros como José López Portillo y Miguel de la Madrid Hurtado, irrumpieron fuertemente en la segunda parte de los sexenios, al ser ascendidos a secretarios del gabinete presidencial.
Al inicio de los respectivos gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo no representaban nada, ya que ni siquiera eran miembros del gabinete.
Ernesto Zedillo Ponce de León fue el único candidato emergente del partido tricolor, tras la contingencia causada por el asesinato del candidato presidencial del tricolor, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Los Adolfos, Ruiz Cortines y López Mateos no fueron vistos como favoritos nunca y fue sorpresiva su candidatura, dejando de lado a los favoritos Fernando Casas Alemán y Gilberto Flores Muñoz. Incluso Ruiz Cortines ni siquiera inició el sexenio de Miguel Alemán como secretario.
En el caso de los panistas, hoy fuera del poder presidencial, han tenido dos presidentes surgidos de sus filas. Vicente Fox Quesada saltó como favorito de la candidatura y no tuvo que batallar demasiado por ella y muchos menos por la Presidencia de la República, ya que aventajó en forma considerable a su principal adversario el priísta Francisco Labastida Ochoa.Desde el gobierno de Guanajuato, Fox Quesada se construyó una figura nacional que atrajo a los votantes en forma singular.
Felipe Calderón Hinojosa fue el segundo candidato triunfador de Acción Nacional y él no era el favorito para abanderar al partido, por lo que tuvo que trabajar ardorosamente durante dos años antes de la decisión.
Calderón fue separado del gabinete presidencial como castigo a su indisciplina de anunciar sus pretensiones de competir y cumplió su propósito, venciendo en la contienda interna a Santiago Creel Miranda. Ricardo Anaya guarda algunas similitudes con Calderón, principalmente la de haber sido dirigente nacional del partido y militar desde joven en el organismo político e ir escalando los espacios políticos.
Los contendientes que se avistan hasta ahora son el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, con los tiempos exactos para competir (termina en febrero del 2017), Margarita Zavala, sin espacio político vigente y Gustavo E. Madero (se le ubica en la candidatura al gobierno de Chihuahua).
Claro que para poder competir, Ricardo Anaya deberá mostrar que tiene el talento suficiente para dirigir al PAN, cohesionar a la militancia y obtener victorias en los comicios del 2016, lo que podría catapultarlo hacia esa oportunidad. De otra forma, Ricardo Anaya quedará como un político joven con futuro promisorio, si es que consigue alguno de esos objetivos.
OTRA LEY ANTIBRONCO
Rafael Moreno Valle se encuentra dispuesto a defender para el PAN el espacio que gobierna.
Sabe que perder ante otro partido o un independiente el estado en la elección del año próximo, le significaría el fin de sus sueños presidenciales.
Por eso, el gobernador de Puebla, como hicieron antes los de Chihuahua y Veracruz, los llamados Duartes de la destrucción, fomentaron su propia ley que frena las candidaturas independientes.
Claro que no las impide, pero si le pone reglas sumamente duras de cumplir.
De inicio los aspirantes independientes tienen 20 días para cubrir el 3 por ciento de las firmas del total del padrón electoral, pero además cada uno de los firmantes tendrá que ratificar su respaldo en forma personal ante los organismos electorales.
Ver para creer.